parte única

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-De acuerdo, Harry, para el auto-. Hablé con la voz más grave que pude hacer, mi mano se colocó sobre el brazo derecho de mi novio y apreté aplicando algo de fuerza. Sentí como el calor subía por todo mi cuerpo y coloreaba mis mejillas. En el mismo instante sentí mi agujero liberar lubricante natural y noté el pequeño bulto en mis pantalones, mi cuerpo tembló ligeramente.
Grité y gruñí por lo mierda que era ser omega y pasar por los celos sin aviso. Es decir, estábamos en medio de la nada, Harry estaba conduciendo y yo con una maldita erección. ¡Y no quiero pensar en que ya haya manchado mis pantalones! Dejé mis supresores en la maleta como el imbecil que soy, aunque no era mi culpa, no sabía que justo hoy vendría mi celo, de igual forma no iba a servir de mucho. Venía reprimiendo el calor desde hace unos diez minutos pero no pude aguantar más, mi olor a canela se sentía en todo el auto y miraba de reojo a Harry quien tenía su cuerpo tenso pero aún así no quitaba los ojos de la carretera, y era mejor, imaginen si nos pasaba algo, iba a ser el colmo. El olor de Harry me hacía sentir desesperado.

-¡Harry, detén el auto! - repetí alzando mi voz y sintiendo el vacío dentro de mí, claramente hablando de lo físico ya que lo único que podía llenarme era mi alfa. Estaba ansioso por tenerlo ahora, y sabía que estaba siendo así por el celo.

-Mierda, Lou. ¿Realmente quieres que pare? Muero por comerte ahora pe-

No dejé que continúe hablando, era estúpido si me iba a dejar así. Mi omega se molestó e indignó, mis cejas se fruncieron, y aunque me cueste admitirlo, mis labios formaron un puchero. Con fuerza apreté una vez más su brazo para luego bajarlo a su miembro que aún no estaba despierto; volví a enojarme. Mi omega necesitaba esto tanto como yo ahora, él debía estar preparado sin decir palabra alguna, era mi maldito alfa y si lo necesitaba ahora, ahora lo iba a tener. Incluso Harry debería haber detenido el auto en cuanto olió mis feromonas causadas por el celo, gruñí nuevamente y observé el perfil de su rostro.

-Me vas a follar ahora y si te sigues quejando entonces me encontraré otro puto alfa que me quiera.

Presioné mi mano sobre su miembro mientras agua se hacía en mi boca, mi agujero se apretaba por poder sentirlo ya que ahora lucía despierto y apetecible. Sabía que estaba siendo caprichoso, molesto e impaciente, también sabía que Harry más tarde me castigaría, pero eso era justamente lo que mi omega quería. Ser castigado con una buena cogida sería lo mejor para iniciar las vacaciones, ¿a quién no le gustaría?

Mordiendo su labio inferior, mi alfa estacionó el auto en algún lugar desconocido, estaba todo oscuro y habría dado miedo de no ser porque mi mente se dirigía para otras cosas y mis ojos para otras vistas. Mi cuerpo se tensó cuando sus ojos verdes miraron los azules míos, estaba ligeramente enojado, sin embargo sabía que eran por mis palabras y no por detener el auto.
Aunque nos estemos arriesgando a una multa muy grande si nos encontraban, yo sabía que deseaba esto de igual forma y lo confirmé cuando desabrochó su cinturón y en menos de un segundo ya tenía sus brazos rodeando mi cintura, no sé qué obra de magia hizo pero yo ya me encontraba sentado arriba suyo, con cada pierna a sus costados y jadeando por sus rosados labios.

-omega irrespetuoso.

Harry arrasó con la respiración tranquila que hasta en ese entonces teníamos, sus labios se apresuraron en juntarse con los míos y me devoró. Cerré los ojos disfrutando con mucha más intensidad aquél beso que se transformaba en uno desordenado y lleno de lujuria. Su lengua no tuvo que hacer esfuerzo alguno para adentrarse a mi boca y empezar a jugar. Sus manos que anteriormente se pegaron a mi cadera, no hicieron más que dejar las marcas de sus dedos allí. Mis manos, en cambio, se colaron en su cabello y sin cuidado tiré de algunos rizos, él hizo su cabeza hacia atrás y me permití bajar mis labios hacia su cuello, siendo yo el dominante ésta noche. Dejaba rastros húmedos por donde tocaba, aspiraba desde su fuente de olor y me volvía más loco.
Mis caderas se movían intentando crear la fricción que mi pene anhelaba contra el suyo, mi omega realmente quería quitar los pantalones que tanto molestaban, pero yo quería continuar con los besos desesperados.
Por suerte, Harry se apresuró en desabrochar mi pantalón y bajarlo lo más que pudo, pero eso no fue suficiente y yo me encontraba incómodo. Salí de sus piernas volviendo a mi asiento y me enojé con el pantalón por ser tan ajustado, me lo quité con toda la rapidez que pude tener en ese entonces. Cuando estaba por volver a las piernas de mi novio, él recién estaba saliendo de su vestimenta y tirando el asiento para atrás. Mientras lo hacía, mis manos fueron a la mochila que tenía debajo de mi asiento, sacando de allí un preservativo.

stop [Larry Stylinson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora