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¡Send Me A Sign God!

《《1 de Abril 1989》》

''Clero la douleur
exquise''

■Convento X■

-Espero y quede claro. No tolerare más esta clase de incidentes. Las recibimos aquí para formarlas en en el camino religioso. No hay tiempo para jugar a escaparse y querer ser chicas de instituto una vez más, esta es la casa de nuestro señor Jesucristo, no un circo.-

Nos miraba con la misma expresion seria, severa y dura que lo caracterizaba , nos analizaba de pies a cabeza, tratando de mantener contacto visual a toda costa pero solo podiamos mantenernos cabizbajas, sabiamos que su intencion era que lo retaramos, todo su discurso siempre eran las mismas palabrerias.

Este corto mes aquí me habia enseñado que el hobbie por excelencia de ese hombre era joder al projimo. Haria lo necesario para salirse con la suya e ir a contarle todo al cabeza de la iglesia en el preciso momento que alguna se acobardara y decidiria ir a "redimirse" con el.

Otra accion que debias evitar a toda costa en este nido de ratas era no confiar en el maldito cardenal. Hazlo y tu alma acabaria en un lugar peor que el mismisimo aberno.

-¿Hermana Beatrice?.-

Llamo a la segunda más menor despues de Elizabeth.
La susodicha se metio un mechon que sobresalia de su castaña cabellera dentro del velo de nuevo, sus manos parecian un remolino por la ansiedad que le provocaba solo el hecho de saber que alguno de los superiores le estaba dirijiendo la palabra. Y más viniendo de Yoo Kihyun...

Claramente tenía motivos para estar más que aterrada.

Cualquier palabra que saliera de su altanera pero seductora boca podia destruir tu vida en cualquier momento.

Al ser la mano derecha del papa, su opinion tenia un gran peso sobre las acciones del ya antes mencionado. O al menos eso nos daba a entender en ciertas ocasiones llego a pedir muchisimo por que ninguno de los 2 este relacionado en cuanto a cosas del maligno se trate.

Su "Fé" deja mucho que desear.

- Ocurre algo cardenal?- poso sus mirada en ella instantaneamente depues de escuchar su grave tono de voz, decidio dirigirse hacia la hermana, a medida que con cada paso que daba. La expresion de su cara se iba tornando más suave pero sin que desapareciera esa pizca de sinismo que ya reconocia perfectamente.

Empeze a pedir por ella mentalmente, por el bien de la pobre chica que estaba a punto de ser cuestionada. Sabia que no traicionaria la confianza que le dimos... Por más que su corazón le perteneciera al de mayor autoridad de toda esta iglesia. Confiaba en ella...

-Querida niña.-

Dijo mientras levantaba su menton delicadamente a la vez que su pulgar rosaba la comisura de sus rojos y reventados labios.

Se acerco a su oido y le mordio el lobulo de la oreja provocandome una repulsion al ver como se aprovechaba de la ya casi mayor de edad.

Termino susurrandole quien sabe que tantas barbaridades para finalmente acariciar su mejilla y regresar al lugar del que se habia movido.

-Entonces hermanas! tendre que tratar el tema por privado con cada una? o es suficiente con que le informe a la madre superiora?-

-La madre superiora Fernanda nos dara la sancion, no tiene por que preocuparse cardenal Yoo.-

Decidi hablar de una vez por todas, la cara de preocupacion de mis compañeras me estaba matando y ver más como no pude hacer nada para ayudar a la hermana que acababa de ser descaradamente acosada frente a nosotras.

-Mmm entonces así sera hermana Alex... pasare por alto su inapropiado comportamiento por esta vez.

-Entonces podemos retirarnos a seguir nuestras labores?- No esperaba respuesta de Elizabeth ella prefiere evitar a toda costa el contacto con este inhumano sujeto y con el papa como tal.

-Oh... por supuesto que si dulce hermana Eli.-

Camino serenamente hacia la puerta, al llegar rodo la perilla lentamente para abrirla poco a poco en su totalidad, dejandonos admirar la gran ventana que ya estabamos acostumbradas a observar siempre que pasabamos por el pasillo.

Tome a Elizabeth de la mano y en voz baja le dije que hicera lo mismo con Beatrice, empeze a guiarlas con calma pero con la mente echa un caos hacia la salida.

-Con permiso.-

Era respetuosa con el más que nada para no acabar cayendo en su camara de tortura psicologica, solamente asintio con la cabeza diciendo:

-Propio.-

Cuando pise fuera de la oficina del mismisimo satanas en persona, enseguida el aire que respiraba se sentia menos pesado y mi mente comenzaba a despejarse. Esa paz instantanea termino cuando senti un leve tiron, al mirar hacia atras vi a Elizabeth con la mirada fija hacia la habitacion negandose a soltar la mano de la segunda más menor que permanecia en la oficina del cardenal mientras que este rodeababa su cintura con su brazo.

-Ca-Cardenal Yoo? pasa algo??
Mi voz se volvio un poco temblorosa al ver la mirada de horror que transmitian lo grandes ojos de la hermana que se encontraba en un callejon sin salida.

-Me temo que la hermana no podra acompañarlas el día de hoy... Olvidaba que el mismisimo reverendo requiere su presencia toda la tarde. Y no podemos decirle que no a el o si hermana?-

-No...

Una vez más esa sinica sonrisa se adueño de el, le dio un empujon a la puerta para que esta se cerrara y disfruto de como nuestros estupefactos rostros miraban la escena sin saber que hacer.

Oí como puso el seguro cuidadosamente. Decidi acercarme y pegar la oreja a la puerta, Al inicio solo escuchaba murmullos pero definitivamente escuche claramente las ultimas palabras que le dijo.

-Ademas de saber mentir de maravilla. Tu boquita preciosa sabe hacer muchisimas cosas más no?-

° / Entry 0.1 Cleared /°

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