Aquella chica de pelo castaño y ojos color miel se encontraba en su cuarto mirándose en el espejo. Era su primer día en una nueva escuela así que, quería dar una buena primera impresión. Una falda escocesa roja, una camisa negra con unas líneas que formaban un dibujo de una rosa y unas botas. Agarró su mochila y bajó rápidamente las escaleras para después, agarrar las llaves e irse a la parada de autobús, tenía que llegar temprano para que le diera la oportunidad de recoger su horario de clases y explorar un poco la nueva escuela. Esperó unos siete minutos en la parada de autobús hasta que llegó el suyo, subió y se ubicó en las primeras sillas. Sacó su teléfono y llamó a su madre para avisarle que ya estaba en camino a la escuela, que no tenía de que preocuparse. Después de quince minutos por fin había llegado a la nueva escuela, bajó del autobús y se dirigió a la entrada. Permaneció un momento viendo la entrada hasta que salió del trance y fue a recoger su horario, mientras caminaba por los pasillos notó un grupo de chicos que no le daba confianza, ignoró eso y siguió su camino.
