El Juego de las siete piezas

capitulo 2: primeros enemigos

Lo que sucedió despues fue que hablamos y nos contamos cosas, aunque al parecer ninguno recordaba nada personal de su vida pasada exepto nombre y edad. Yo Vila de doce, y el Baal tambien. Resultó ser un chico agradable, chistoso y alegre, totalmente distinto a lo anterior, lo que, al parecer, era una especie de táctica secreta.Tuvimos que esperar unas cuantas horas hasta las 12 pm, y, aunque el sol seguía donde mismo, unas campanadas y nuestros relojes nos avisaron, luego simplemente aparecimos junto a los otros chicos y el hombre-estatua en la sala blanca nuevamente.

-¡genial! Habeis pasado la primera prueba, y, aunque todos lo hicieron muy bien, creo que la que la que se merece más crédito aquí es quien consiguió la primera pieza, .... ¡Vila !

Me apuntó y empezó a aplaudir, pero ver las expresiones de los demás me hizo saber que ellos no estaban tan felices, en especial una chica, que tenía pelo castaño, claro, anaranjado, en un moño alto, tez más naranja (mate) y ojos cafes.Tenía una mirada asesina, que se topó con la mía, nos la sostuvimos y entonces me di cuenta de que me caía mal. Yo tendría que correr apenas llegáramos si quería conservar el anillo. El hombre-estatua dijo algo más aunque no lo escuché y luego sucedió lo mismo que antes, una turbulencia, la desaparición del hombre, el pitido, la alarma y la masa negra. Está vez no me resistí, aunque sentir su contacto frío en la piel hizo que me estremeciera, luego todo se volvió negro.

El dolor de cabeza era insoportable. Era como si me la estuvieran martilleando constantemente. Lanzé un gemido. ¿acaso eso era la vida? Porque si era así, solo deseaba que terminara. Me obligué a abrir los ojos y un haz de luz que traspasaba el follaje de los árboles me encandiló. Me levanté y el dolor se fue, dejando paso a los recuerdos.
Tenía que correr, y eso fue exactamente lo que hice, aunque dos pares de pies no tardaron en seguirme, el primero era un chico como de 15 años, grande, de aspecto fuerte, con pelo corto y rubio, y con una expreción furiosa. El segundo era Baal, que respiraba agitadamente y llevaba una mochila, al parecer la chica de antes no me había seguido. Las hojas secas crujían bajo mis pies, estaba cansada y respiraba rápidamente, en cambio el chico de atrás parecía con tanta energía como al inicio, y desgraciadamente, igual de furioso. Apreté el paso pero me detuve cuando una figura cayó delante de mí, la chica de antes. Esos segundos bastaron para que unos brazos enormes vinieran por detrás y me rodearan el cuerpo de forma que podrían aplastarme en cualquier momento. La chica que tenía delante dijo:

-bien hecho Balat- probablemente al chico que me había seguido y me estaba agarrando, luego se dirigió a mí-  danos la pieza o...- alzó un cuchillo afilado y le pasó un dedo por el filo- tendré que obligarte a hacerlo

Me estremecí, ¿donde estaba Baal?

-bien veo que elegiste el modo difícil- se prepara para hacerme un tajo en el brazo, pero se me ocurre una idea que me daría algo de tiempo.

-¡no, espera!

Ella detiene el arma a centímetros de mi piel.

Yo suspiro fingiendo derrota y digo:

-es el pinche de mi cabello

Ella frunce el ceño- ¿un pinche para cabello? Bueno, no importa- chasquea los dedos diciendo- ¿balat?

Él gruñe, pero obedece y alza un brazo para registrarme el cabello. Siento su mano despeinándome y luego su aspera y grave voz diciendo:

-no hay nada

La chica frunce el ceño, se pone el cuchillo en la cintura y lo mira:

-¿es que tengo que hacerlo todo yo?

Se acerca para comenzar a registrarme, entonces, en ese preciso instante en que pasa junto a mí por el lado desprotegido (Balat seguía buscando algo que no existía) le robo el arma. Lanzo un pequeño cuchillazó a la mano de mi captor que retrocede soltándome, luego me levantó rápidamente mirando a la chica, que porta otro cuchillo, y a Balat furioso, que tiene los puños apretados sin importarle mucho la herida de su mano.