Caminando

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Una de las cosas que más me gusta hacer es caminar, soy una chica simple de necesidades simples, me encanta recorrer las calles, sentir una suave brisa entre mis piernas mientras uso una falda, el como mi pelo se mueve mientras camino, me encanta verme bonita, no lo hago para gustarle a los hombres, lo hago porque me gusta, me gusta verme. Solo hay una cosa que me encanta más que ser hermosa, el sonido de mis tacones cuando camino.

Suelo caminar mucho y muchas veces lo hago sobre mis tacones, mis amigas, primas y tías me preguntan como lo hago, he llegado a caminar varios kilómetros, la verdad es que no lo se, tal vez sea que me gusta tanto el sonido que ignoro el dolor, tal vez de tanto usarlos mis talones se fortalecieron por lo que ya no duele.

Sea lo que sea que haga solo camino y por eso puedo seguir caminando como una hora es mis preciosos stiletto hasta la plaza donde quedo con mi novio.

—¡Hola! Guapa— Dijo Juan mi novio, nada más verlo lo abrace y puse mi cabeza sobre la suya, si soy más alta que el, bastante más alta, sin usar a mis preciosos le gano por una cabeza, no es que sea muy alta, mido 1.70, es que mi chico  es bajito, el pobre tiene 19 y mide 1.55. A mi me gusta así, pero el se siente acomplejado. —¿Que tal estas?— Dijo Juan mirando exageradamente hacia arriba, no le gustaba que use tacones tan altos (15 cm) cuando estoy con el y hace eso en señal de protesta, pero ya hemos tuvimos esa conversación y no pienso ceder. 

Me agache y empece a verlo fijamente a los ojos. —Okay, ya paro— Dijo Juan resignandose

—¿Por que no pruebas usar unos de estos?— Dije mientras señalaba mis preciosos zapatos de tacón stiletto rojos, que combinaban de manera perfecta con mi blusa azul para generar contraste y una falda plisada negra para balancear. —Si te los pones medirás 1.70— Dije

—No se si vale la pena el dolor de pies, ademas sabes que mi padre me mataría, ya me mira mal por tener altura de ¡chicaaaaaau!— Dijo Juan mientras le pisaba el pie, la verdad es que tener un tacón de aguja tendría sus ventajas si fuera una agente secreta, aunque el hermoso ruido no ayudaría a mantenerme oculta —¿Por que hiciste eso?— Pregunto Juan

—Mido 1.70 y soy una chica— Le dije firmemente.

—Lo siento, pero sabes a lo que me refiero. Aun le molesta que mi hermana mida más que yo.

—Ignora lo que tu padre diga y pruébate uno de estos— Le dije, aunque automáticamente negó con su cabeza. —Hagamos un trato, si yo saco 10 en mi próximo examen de física te entrenare para usar tacones de manera perfecta— Le propuse a Juan

—De acuerdo, pero si sacas 9.9 o menos no volverás a usar tacones cuando estés conmigo—

—Solo en citas

—Si te veo no puedes usar tacones

—Se permite eventos formales a los que vayamos juntos

—Si voy a verte a una presentación donde todas tus compañeros usen tacones tu no puedes utilizarlos— Dijo Juan, muy probablemente esperando que con ese comentario cambiara de opinión y cancelara la apuesta. 

No usar mis preciosuras siempre que este con Juan y muy probablemente se aproveche de eso. —Aceptare eso pero en caso de que yo gane, siempre que estemos en el mismo espacio usaras tacones. 

Los tacones de mi novioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora