Bodas Negras - OneShot :: ShadAmy (Fanfic en Español)

Y para siempre se quedó dormido...

La tarde era perfecta para los planes, cada preparativo estaba listo, la luz natural alumbraba todos los rincones de aquel hogar en el cual había vivido solo durante tantos años. Aunque algo de polvo aún estaba presente, había limpiado tanto como pudo. Hoy era el día, al fin podría descansar como tantos años lo anhelo. Subió a su cuarto a paso lento, acomodó su cama con todos los pétalos de rosas que consiguió y observó toda su creación. Estaba listo. Antes de irse se aseguró de ir al menos presentable. Se observó a sí mismo, sus púas negras, muy opacas, con un rojo en ellas que no brillaba más desde hacía tanto; sus ojeras envejecen más su rostro al igual que todas sus cicatrices que, con los años, se ganó en tantas aventuras y misiones que tuvo. Sus piel morena se había decolorado tras encerrarse años de soledad; sus ojos, era la única parte de su cuerpo que parecía que tenía vida por lo intenso de su color, pero al mismo tiempo era la parte de él que se notaba que estaba muerto en vida. Shadow se analizaba a sí mismo ¿cómo terminó en ese estado? La inmortalidad era demasiado larga para cualquier persona, nadie está diseñado para vivirla, o siquiera sentir la soledad que se enfrenta en la infinidad de la vida. Sonrió para sí mismo, estaba listo, estaba feliz, después de tantos años realmente estaba feliz. Salió de su casa con lo que necesitaba para el trabajo que haría, montó su vieja moto que ya le faltaba algunos ajustes pero ahora eso no le importaba, la echó a andar y en su camino rememoró todo lo que esa semana había pasado.

Sentado esperaba su cita con su Archie, el cientifico mejor reconocido de casi todo Mobius en esa epoca, y tataranieto de cierto zorro amarillo que conoció. Miró a su alrededor, había bastantes personas pidiendo refacciones o ayuda en alguna cosa, pero por alguna razón sentía el lugar vacío, quizás porque odiaba esperar, quizás porque ya no tenía muchas ganas de de estar con alguien más, suspiró hasta que el asistente de aquel zorro café lo llevara ante su presencia; esperaba alguna buena noticia que le hiciera feliz el día, por mínima que fuera. Había esperado durante años que su deseo se cumpliera; fueron quizá 4 generaciones trabajado en ello, años de espera y aún no había solución a su problema.

Cuando llegó ante el científico este lo recibió con una enorme sonrisa, dejó sus otras investigaciones un momento apartadas, se sentó con él a charlar, le explicó todo lo que había pasado el último año con “eso”, le dijo cada detalle, todo procedimiento hasta casi hartarse de tanta cháchara. Shadow le pidió ir al grano y así lo hizo. La sonrisa, la risa que soltó al recibir la noticia, no había emitida una risa desde hace tanto que hacerlo le regresó años a su cuerpo, era la mejor noticia que le habían dado, estaba emocionado, lo abrazó agradeciendo y jurando que lo recompensará. El zorro negó y le advirtió que la solución no estaría lista hasta el día siguiente, que tendría que pensar lo que hará antes de obtenerla. El simplemente miró al piso y observó aquel anillo que tenía en su dedo anular de su mano izquierda, le afirmó que no tenía que preocuparse, que ya tendría todo preparado.

Y así fue, llamó a los pocos familiares que tenía, ya que la gran mayoría de sus nietos y bisnietos se habían alejado de él o habían dado por muerto hace mucho, les comunicó lo que sucedería y que estuvieran listos para cualquier cosa, les dejó claras sus intenciones y que no podrían hacerlo cambiar de opinión. Al terminar ese asunto se preguntó qué hacer antes de que todo acabase.

Durante el día se dedicaba a tener todos los preparativos, tendría la mejor noche de su vida hasta ese momento, sus ojos después de años se habían iluminado y estaba más energético en ese momento. Pasó horas eligiendo los mejores detalles para la ocasión, preparó su hogar. Se detuvo un momento a observar su alrededor, había tantos recuerdos en ese lugar, cada esquina tenía algo que contarle, algo que recordarle, algo que lastimarle. Agitó su cabeza de forma rápida, no quería encerrarse en esos recuerdos, no al menos en esa semana, que lo atormentaran después, pero no ahora. De noche iba al cementerio, se dirigía a la misma tumba, al mismo lugar, llevando todo tipo de flores cada día sin importarle que tan difíciles de conseguir eran, las llevaría y regresaba antes de la media noche. Ya había planeado todo, estaba listo para recibirla.