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Era el viernes de la primer semana de clases.

Lo recuerdo bien porque para mi segundo lunes siendo profesor había pasado todo el fin de semana llorando.

Ese año arranqué dando clases en un solo liceo; había ganado el concurso para cubrir el puesto de profesor titular de educación física.

Me tocó dar clases los miércoles y los viernes.

Ese viernes me tocó volver a casa más temprano, tenía que hacerle el almuerzo a mis hijas.

Como el viernes pasado había elegido la menor, hoy le tocaba elegir a la mayor.

Me mandó un mensaje de texto a las 9 de la mañana.

"Hoy comemos ravioles".

Le pregunté de qué pero me dejó en visto.

Salí a las 12:20 del establecimiento y fui a la parada de buses.

Una profesora (creo que de música pero no estoy seguro) me ofreció alcanzarme hasta mi casa en su auto cuando me vio en la parada.

No acepté, pero le dije gracias.

"Igualmente" le dije cuando me deseó un buen fin de semana.

Había lluvia, había olor a tierra.

Pasaron unos minutos y el bus no venía, mis piernas estaban cansadas y yo comenzaba a desesperarme pensando en mis niñas.

Me senté en el banco que había en la parada y me mojé el culo.

Por suerte estaba solo, sino me hubiera muerto de vergüenza.

Un rato después llegó el bus, mi bus, el 809.

Mientras subía me acordé que tenía que ir a comprar ravioles.

Pero el momento en el que subí al bus y miré al fondo, pensé "a la mierda los ravioles".

Pagué mi boleto hasta Las Piedras y fui casi corriendo a sentarme atrás del todo.

A la izquierda, en el asiento contra la ventana, había un muchacho que me llamó poderosamente la atención.

Había algo en su mirada, o en su nariz.

O en sus pantalones, quizás.

Ahora estaba a menos de dos metros de él y podía observarlo con mayor detenimiento.

Saqué mi celular para tomar fotografías de el.

Le saqué 3 fotos y como salieron movidas decidí grabar un video.

Creo que se dio cuenta, porque me lanzó una mirada seductora, se acomodó el pelo y comenzó a sonreir.

Cuando estaba tomando coraje para preguntarle su nombre, se bajó en una calle de tierra a 10 cuadras de mi casa.

Estaba molesto.

Caminé al almacén y pisé caca de perro.

En el almacén volví a revisar mis mensajes, pero mi hija seguía sin contestar así que compré ravioles de verdura.

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⏰ Last updated: Jan 16, 2020 ⏰

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Historias en Buses de Montevideo (La biblia del viajero casual)Where stories live. Discover now