Capítulo I: Instalación en la mansión Sullivan

384 18 2
                                    

Mi nombre es Katherine Harrington , tengo dieciséis años y una vida demasiado aburrida, el ambiente familiar que me rodea no es muy familiar que digamos pues mis padres se lo pasan trabajando en las empresas de sus familias y a pesar de seguís casados, los cuernos se asoman tras la cabeza de ambos, soy hija única a esto hay que sumarle que por el ambiente egoísta en el que me crie llevo algo de ese egoísmo a mí, y para empeorarla también soy tímida, por lo que cero relaciones sociales o al menos ninguna muy fuerte o duradera.Retomando el tema de mis padres, se podría decir que en mi familia pertenecemos a una clase social alta, con estabilidad económica, multipropiedades, Malditas multipropiedades, vamos mudándonos a mansiones más grande, Lo considero algo bastante innecesario ya que solo somos tres y el equipo de limpieza y orden de la casa.
Ahora mismo estamos en camino a la mansión Sullivan  en la importante Woontig City, no muy lejos del centro turístico de la misma, supuestamente para mudarnos definitivamente, la casa es además de innecesariamente espaciosa, en su mayor parte colores derivados del salmón, rosado, marrón y anaranjado, Tiene dos ventanales de frente, cuatro balcones y muchos detalles. Arcos tallados, estatuas, gárgolas en el techo… Tiene un estilo ingles, las escaleras enormes del comedor que llegan al segundo piso donde están las habitaciones. Una enorme cocina que jamás Tocare, gracias al cocinero y lo demás no importa.

 ¡mi habitación!…. uf, es enorme, tiene una cama de dos plazas y un gran piano, eso es lo que más resalta de mi cuarto. El resto son muebles, televisión, estantería, un librero, baño privado, cambiador… Definitivamente el sueño de cualquier adolescente...

xxx

De nuevo en una casa nueva, solo que esta vez es más grande, entre con mis valijas y  Contemple mi entorno, queriendo comprobar que cada foto que recibí efectivamente sea de la casa, las enormes escaleras, las habitaciones, los balcones y mi habitación. 
Las sandalias que llevaba puestas impartían presencia sonando a cada paso que daba sobre las hermosas cerámicas negras del pasillo mientras salía de mi habitación no podía mantener la mirada fija en algún lado, contemplaba hasta las lámparas de lo que a partir de hoy es mi nuevo hogar, detuve la mirada en una ventana al final del pasillo de las habitaciones y me acerque a ella.
Solté un sonoroso suspiro al ver el patio trasero de la enorme mansión de Sullivan ( Por cierto Sullivan es el apellido de mi madre, quien decidió comprar esta mansión que perteneció al padre de su abuelo)
Había un hermoso lago con una estatua en el centro de una mujer, varios árboles, un par de hamacas entre arbustos con flores rojas, la verdad tiene una decoración y una enorme cantidad de detalles impecables.
Mi madre me interrumpió.
-Katherine – Llamo y continuo – ven rápido para la presentación de personal.
Baje las escaleras contemplando extrañada a las cinco personas reunidas junto a mis padres al pie de la escalera. Normalmente hay más de diez personas de limpieza.
Mi padre hizo las presentaciones, y si efectivamente esta casa tendría menos personal de limpieza… Tres eran mujeres: Alicia, Matilde y Flavia. Ellas serian personales de cada uno, funcionarían como cocineras personales, limpieza de cuartos y luego en conjunto limpiarían el resto de la casa. En cuanto a los otros dos, eran hombres: Marcos y Hugo, Ellos eran los encargados del jardín, no habría mucha interacción con nosotros más que las pagas.
-Puedes irte ya si quieres cariño – Expreso mi padre, asentí y regrese a mi habitación. 
Mientras subía las escaleras ya me imaginaba como terminaría todo… Flavia es del estilo de mujeres que busca siempre mi padre, asi que ella sería una mas seguramente. Quizás también Matilde, menos mal que me toco de asistenta Alicia.
Qué triste mis pensamientos, pensar en la infidelidad como parte de la vida cotidiana en tu familia, aunque mi madre tampoco se queda atrás ese Hugo… Uf, ya no quiero ni pensarlo.
Al fin llegue a mi cuarto, ya mas distraída de contemplar la casa, me encerré en mi habitación y me tire en la cama. Al instante oí un extraño ruido, algo parecido a un hombre llorando, creí que había sido mi imaginación asique lo deje pasar. Me levante de la cama, y me senté en el piano. Empecé a tocar algunas teclas al azar hasta que llegue a una linda melodía, y en ella permanecí hasta las seis o siete de la tarde, cuando el hambre me distrajo impidiéndome continuar. 
Baje la tapa del teclado volví a oír esa especie de llanto lejano y algunas quejas al parecer, que no lograba descifrar que decían pues no me era claro asi que abrí la puerta de mi habitación y el llanto ceso, me extraño bastante, pero antes de llegar a las escaleras me cruce con Alicia.
-Ah, menos mal que la encuentro Señorita. Sus padres han salido, me pidieron que le avise. 
-Gracias… -Y rápidamente se me vino a la mente la manera abierta en que se engañan, es algo que no puedo evitar son tan obvios, varias veces me han metido en el medio para cubrirse, como si el otro no se diera cuenta ni siquiera esperan a un momento prudente cada vez dejan más en evidencia su avaricia por la fortuna del otro, siempre creí que esa era la verdadera razón por la que se casaron.
-y señorita – insistió levantando el dedo – no quiere tomar una merienda?
-Si, exactamente a eso venia.
Ella me pidió que la siga y así fue llegamos a la cocina, me corrió la silla para que me sentase mientras calentaba el agua. Sentía la necesidad de pedirle que no me trate de usted, no me gusta hablar con tanta distancia, después de todo estaría en casa de ahora en adelante a toda hora.
-Alicia – la llame
-Si? – pregunto volteándose hacia mi
-No me trate de usted. – le pedí 
-Está bien Katherine.
El silencio de las casas en las que viví tendrían que hacer que sea algo común, pero por el contrario el silencio de la mansión de Sullivan era insoportable e incomodo al menos para mí.
Intente llamar al tema de conversación recordando esos extraños ruidos que sentía de alguna parte del segundo piso –Alicia, Alguien estuvo llorando en el segundo piso?
-No lo creo, sus padres salieron con marcos y Flavia a buscar víveres, luego de la presentación y Hugo esta en el lago podando los arbustos y Matilde… mm, entendí que ella por esta semana iba a volver a su casa y a partir de la próxima viviría acá como todos.
-debe ser cosa mía- dije riéndome de mi.
La noche cayó rápidamente y ya había terminado de acomodar mis pertenencias, también descubrí en el cambiador un espacio para colgar alagas, lo cual me pareció muy útil, ya que tengo cantidad y variedad de joyas.
No tenía hambre asique, simplemente me acosté en la cama dispuesta a dormir.
(…)
Estaba muy cómoda, durmiendo plácidamente en mi recién estrenada cama  y de nuevo ese ruido semejante a un llanto. Ya no podía ser simplemente mi imaginación, Corrí las sabanas y con un poco de miedo me puse de pie. Pero esta vez, el llanto suave no ceso… Comencé a seguirlo. Abrí la puerta lentamente y Salí de la habitación. comencé a caminar por el pasillo, El llanto provenía de la biblioteca, Cada vez con más temor me acerque a la puerta y gire el picaporte viendo a un muchacho de más o menos veinte años contra una pared sentado en el suelo, tapándose la cara y llorando interrumpido por mi ingreso a la habitación levanto la cara y me miro con los ojos llenos de lágrimas.
Trague saliva sin dejar de mirarlo. Demasiadas preguntas partiendo de un : ¿que hace en la biblioteca de mi casa a estas horas? 
-Perdona, quería llamar la atención, son demasiados años de silencio y la soledad es agobiante, la tristeza que trae la misma es incesable… - sus lagrimas brotaban inagotables inundando su rosto.
Entre en la habitación, encendí la luz y cerré la puerta. Me senté en frente del atractivo y extraño muchacho. Y pregunte lo obvio:
-Quien eres, como llegaste hasta mi casa?.. – le pregunte extrañada, es decir, es una extraño y está en mi casa nueva. ¿un vago tal vez?. No tenía apariencia de serlo y luego de unos segundos el continuo:
-Siempre estuve acá… Mi nombre es James Sullivan -¿Sullivan?  pariente de mi madre tal vez? o una simple casualidad? me pregunte rápidamente y repetí en mi interior James por que hablo recién con un tono tétrico sobre la tristeza y la soledad(? Por un momento sonó como yo, en los días de conflictos familiares no me iba a quedar con la duda, después de todo el es un ajeno en mi propia casa..
-¿por que recién hablabas de tristeza y soledad? – Le pregunte
-por qué es lo que siento… -se sentía su sinceridad en cada palabra- soledad de la eternidad que acarrea la muerte, y tristeza de la misma soledad, de la monotonía de los días, de la incapacidad que tiene el resto de verme. - incapacidad de verme Quede como tildada. No hay que ser un genio para entender el mensaje de trasfondo, solo basta haber visto una película de ficción, en otras palabras se entendía perfectamente el hecho de que me estaba diciendo que estaba muerto, extrañamente esto último no me atemorizaba.
-No somos muy diferentes –acote- también me envuelve una profunda tristeza.. – le expresé siendo sincera, pues es la verdad, me siento triste y vacía desde que veo a mis padres engañarse abiertamente sin cuidado, además tampoco tengo amigos en los quienes confiar mis problemas, por lo que los voy acumulando. Me puedo definir como una persona triste a pesar del lujo, soy la prueba viviente de que el dinero no lo es todo, como muchos creen. El me miraba con sus ojos Grises llenos de lágrimas y una terrible expresión de desconsuelo.
-Mis padres no me prestan atención, no hay mucha más familia que ellos en mi vida, no tengo amigos ni novio… -hice una pequeña pausa- verdaderamente también tengo una vida muy monótona y con respecto a la incapacidad de verte… dos cosas, la primera es que yo te veo y la segunda es que también soy invisible en otros aspectos, a mi parecer para el resto. – manifesté con mucha sinceridad y al borde de las lagrimas
-y por qué no corres?
-porque debería hacerlo? –respondí, cuando uno hace amigos, supongo que es por que comparte algo: gustos musicales, ropa, hobbies, o algo… por que debería correr de alguien que siente lo mismo que yo…
-Soy un fantasma… -Percibí que él esperaba una respuesta común “ver un fantasma, gritar como loca y correr lejos de él”. Pero es que no me imparte miedo, extrañamente por el contrario, me inspira confianza.
-No te tengo miedo, no creo que seas capaz de hacerme nada.- Asegure, nos miramos unos segundos en silencio, sus lágrimas aun recorrían su rostro escasamente y quise secarle las lágrimas pero mi mano paso atreves de él, hasta la pared en la que estaba apoyado. Debo decir, por qué sino sería hipócrita de mi parte, que esto me dio escalofríos y se me erizó la piel.
-perdona, yo solo… -intento disculparse, pero lo interrumpí, ya que fue muy tonto de mi parte querer tocar un fantasma.
-No importa… -asegure.
De repente su pelo comenzó a oscurecerse hasta volverse completamente negro desde las raíces hasta las puntas y sus ojos de grises pasaron a un azul hermoso. 
-Ahora si puedes tocarme-Tomo mi mano.
-Como haces eso? –Dije atónita, mirando nuestras manos.
Sentía alrededor de él un frio potente intensificado en la unión de nuestras manos.
-Esta es mi forma humana y dura exactamente dos minutos, y recién la puedo volver a tener después de las 48 horas. –me aclaro
-Wow esto si que es raro. –Jamás creí en fantasmas, simplemente tenia la confianza en que las personas se morían y pasaban a otro mundo, pero esto, esta situación, volví a mirar su rostro, ya no lloraba… ¿Es-Esto es real?
Sentí la necesidad de tocar su ropa, ¿por qué?, no lo sé es todo tan raro, que ya no me sorprendería nada, con el dedo índice toque su atuendo y lo mire, el se sonreía con una mueca de confusión por mi repentino interés por su camisa.
Su rostro pálido como la harina, a pesar de que ya no lloraba, estaban las huellas del camino que recorrieron sus lágrimas y con el pañuelo que llevaba en la cabeza, limpie los recorridos de ellas.
-Sabes, deberíamos estar juntos, así no nos sentiríamos solos jamás – le ofrecí.
De repente su expresión cambio y sonrió levemente, e instantáneamente volvió a su apariencia anterior: Cabello y ojos volvieron al gris y su piel permaneció pálida, casi tan banca como la nieve

AfterlifeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora