capítulo 2

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-Hola, corderito.

Mis ojos se abrieron como platos y mi cuerpo empezó a temblar, su voz ronca y grave imponía mucho más que su respiración fuerte y agitada, notaba el calor de su cuerpo recorriendo mi espalda.

Esa aura de peligro y salvajismo seguía rodeándolo, aún sin poder verle la cara, sabía que tenía una sonrisa producida por lo débil que seguramente me veía ante sus ojos. No quería girarme, quería correr, pero mis piernas no obedecían.

Podía sentir lo alto que era a mi lado y al instante me sentí tan débil e indefensa, una niña vulnerable... Pues después de todo, solo era eso.

Respiré ondo, la puerta de mi apartamento estaba a unos diez metros, debía llegar allí, no sé que podría hacer Terra contra él, pero esperaba que ella me pudiera ayudar, o al menos tenia que entrar en la habitacion y dejarlo fuera.

Respiré profundamente mientras contaba mentalmente hasta tres, entonces corrí.

Escuché sus pasos detrás mía, él no estaba corriendo, sin embargo, cuando ya solo me separaban dos metros de la puerta noté un agarre en mi brazo derecho que me hizo frenar de repente, intenté soltarme, pero un fuerte tirón hizo que me diera la vuelta, a continuación noté un fuerte empujón, el cual hizo que soltará un alarido de dolor, por la fuerza en la que mi espalda había chocado contra la pared.

Seguía aturdida por el golpe cuando sentí que una mano cubría mi boca, estaba frente a mí, me había atrapado, y ya no se me ocurrían opciones para escapar, pues su mano ejercía tanta fuerza contra mi cara que notaba una insoportable presión en la parte trasera del cráneo.

Intenté gritar... un Intento claramente inútil pues su mano impedía salir cualquier sonido que saliera de mi boca, Así que decidí subir mi mirada hasta su rostro, solo para cerciorar que realmente no era una bestia.

Sus facciones aparecieron claras ante mis ojos, y para mi sorpresa, no eran las de de un monstruo.

Su oscuro cabello estaba perfectamente peinado hacia atras, ojos azabache y feroces, su mirada desprendía maldad y seguridad, una mezcla peligrosa. Su piel palida era perfecta, como la de una muñeca, sus marcadas facciones le daban un atractivo extraño. Mantenía una sonrisa ladina, lo que hizo aparecer un hoyuelo, mi vista siguió bajando por su cuello, un tatuaje distorsionado recorría la parte izquierda del mismo, hasta perderse por su camisa negra, quizás también le cubriera el hombro de ese lado.

Físicamente era un chico malo de manual, pero su mirada, su aura...había algo que no encajaban, había un detalle que me faltaba de ese chico, quizás fue por lo oscuridad de su mirada, o puede que fuera porque su sonrisa parecía dejar un rastro de tristeza.

-signorina (Señorita) D'Angelo- sus ojos miraban fijamente los míos, lo que hizo que me estremeciera, su voz era grave, pero formal, casi hablaba con el mismo tono de voz que podría tener un profesor- Benvenuto nell'Olimpo,
posso vedere dalla tua faccia che sei già stato informato di come funziona la catena di comando in questo luogo. Voglio credere che tu sia una ragazza intelligente, che rispetta l'autorità, quindi spero, per il tuo bene, che non obietti quando i miei colleghi vogliono incontrarti, sono sicuro che ti divertirai
(bienvenida a Olimpo, por su rostro veo que ya la han puesto al tanto de como funciona la cadena de mando en este lugar. Quiero creer que es usted una chica inteligente, que respeta a la autoridad, por lo que espero, por su bien, que no se oponga cuando mis compañeros quieran conocerla, estoy seguro de que se lo pasarán bien) - no sé que fue lo que más me asustó, sus palabras y la advertencia detrás de ella, la educación y la calma con lo que lo dijo, imaginarme como sería pasar por lo mismo o peor con los otros seis, o que su italiano fuera perfecto, al igual que su acento.

No podia pensar en nada en ese momento, ni siquiera podía permitirme analizar sus palabras, pues estaba completamente debilitada por el dolor que estaba empezando a ser insoportable en mi nuca, y su mirada me hacía temblar, quería pensar que después de esas frases me hiba a soltar, al parecer, solo parecía ser una amenaza, no se el porqué, pero no me parecía el tipo de chico que pegaba palizas, una reflexión poco inteligente si tenemos en cuenta que si ejercía un poco más de presión contra mi cráneo posiblemente me espachurraria mi cerebro como un arándano, me reí Intiernamente al pensar en la imagen... Creo que el dolor me estaba empezando a causar delirios.

Se quedó callado mirándome durante segundos que me parecieron eternidades, sus feroces ojos repasaba cada una de mis facciones, al parecer, su recorrido terminó en mi aterrada mirada e inexperadamente una expresión de melancolía se formó en sus cara, era tan clara su tristeza que me perturbaba, él era un monstruo, un depredador, se veía desde lejos, se notaba, pero su mirada habia cambiado tan radicalmente que asustaba, ya no estaban esos ojos que amenazaban y gritaban peligro, mi cerebro tubo un amago de sentir empatia por el, pero todo se esfumó cuando una Honda de dolor atrabezo mi cráneo. Un dolor punzante se hizo más presente en mi nuca haciendo que cada vez tubiera menos fuerza, el simple hecho de mantener los ojos abiertos estaba empezando a ser una tarea complicada, así que mis párpados se empezaron a cerrar poco a poco, hasta que una voz me alertó, haciendo que los abriera de nuevo...

-¡alejate de ella, montruo! - no podía girar la cabeza para ver quien era,pero esa voz ya la conocía... era Terra. Para mi sorpresa, en el mismo instante en el que ella terminó la frase, él despego su mano de mí, haciéndome sentir un alivio indescriptible, me dejé caer al suelo, pues sentía que mi cerebro había dejado de tener control sobre mí cuerpo.
Aún aturdida, giré mi cabeza para observar a la chica, su cara era una mezcla de sentimientos, quizás podría decir que eran de desilusión, aún así no podría explicar en exactitud lo que su rostro expresaba, solo estaba segura de una cosa, no había ni una sola pizca de miedo en ella.

Mi cabeza palpitaba, pero aún así, hice un esfuerzo por mantenerme despierta
Volví a observar al hombre que se encontraba en frente mía, estaba callado, con la mandíbula apretada, incluso había retrocedido un par de centímetros de mi, ahora podía observarlo mejor, sus facciones se habían suavizado con la llegada de mi compañera, aunque su respiracion estaba más agitada.
No sabía si ella se encontraba en peligro, pero esperaba que supiera lo que estaba haciendo.
Pues mis ojos se cerraban aunque mi cerebro les indicará lo contrario, un mal estar recorrió mi cuerpo, y todo lo que me rodeaba empezó a dar vueltas, conocía esa sensación, me hiba a quedar inconsciente.

Una palabra con voz distorsionada salió de la boca de alguien, antes de que todo se volviera negro.

-... Toska...

Aquí Atila

me vino un poco la inspiración,
No la suficiente, pero algo vino.
El capítulo es mas corto que los anteriores, lo sé. ✨
Primero quiero aclarar que mi italiano, no es perfecto, por eso he buscado unas palabras en Google traductor, así que si hay alguna persona que sepa italiano y ve que algo esta mal, que me lo diga :).
Lo segundo es en cuanto a la última palabra... Si buscáis la palabra en el traductor de Google os saldrá como "anhelo", sin embargo esa palabra significa mucho más que eso, es rusa, lo que pasa es que no sabreis el significado que hay detrás de ella hasta el siguiente libro :)
Espero que os guste

La chica de oroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora