❛❛ Ya no quiero ser duro.
Ya no quiero ser frío.
Ya no quiero asustarme.
No tengo nada que perder.
Yo solo quiero estar contigo。❜❜
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➤ Contenido homosexual.
➤ Parejas: Yūichirō Hyakuya y Mikaela Hyakuya. Guren Ichinose y Shinya Hīragi...
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Se encontraba sentando en una silla de la mesa del comedor que se situaba en la sala. Tenía un lado de su cabeza apoyado sobre su mano izquierda mientras que se sostenía con su hombro el cual estaba afincado sobre la mesa. Su mirada era completamente perdida ya que estaba pensando en algo que lo llevaba atormentando desde hace unas semanas.
Guren Ichinose, un joven de tan solo catorce años entraba en la etapa de "confusión de sentimientos" ya que se sentía atraído, por no decir enamorado de su amigo de la escuela que era el mismo tiempo, su vecino de la calle de al frente.
Estaba hecho todo un lío mental en su cabeza, tratando de descubrir si realmente le gustaba, si realmente estaba enamorado pero no lo sabía con exactitud. Miles de preguntas giraban y giraban en su mente pero las que más se repetían, eran:
"¿Qué es lo que siento?"
"¿Realmente me gusta?"
"Si le hablo de esto, ¿Seguirá siendo mi amigo?"
"¿Está bien que me haya enamorado de un hombre?"
Esas preguntas no lo dejaban dormir bien por las noches y más porque no podía hallar la respuesta a cada una de ellas, o sobretodo a la última.
Dudaba, ya que desde pequeño siempre le habían dicho que en el momento que se enamore, debía estar cien por ciento seguro que iba a ser la mujer indicada con quién pasaría el resto de su vida.
No estaba seguro si estaba enamorado pero realmente no dudaba que aquel chico de cabellos blancos, que siempre lograba hacerlo sonreír cuando se sentía triste o enojado, que al estar junto a él en momentos divertidos era como si nada más fueran ellos dos solos en el mundo, que siempre estaría a su lado sin importar qué; definitivamente si quería que aquel chico estuviera con él por el resto de su vida.
Pensar en todo eso lo hizo darse cuenta que si cabía la posibilidad de que estaba enamorado pero aún no estaba del todo seguro. Por otro lado, también pensó en otra persona. Aquella con la que había convivido por más tiempo que su amigo y ahí sí admitiría que le llegó atraer bastante no solo por su belleza, sino también por su forma de ser tan linda y vivaz. Si se había enamorado de ella pero nunca se atrevió de decirle ya que no suele ser muy abierto con sus sentimientos.
¿Qué pasó con ella? ¿Acaso ya no estaba enamorado de esa chica?
Eso fue otro lío más para su cabeza que lo hizo soltar un fuerte quejido que seguramente pudo haberse escuchado en toda la casa pero tenía suerte de que se encontraba solo. Pegó su frente en la base de la mesa y repitió esa acción varias veces. Estaba completamente frustrado por no poder poner sus pensamientos y sentimientos en orden.
