Perdóname || Joerick

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°Joel°

Erick me cansó.

Teníamos una relación que después de un año y meses se volvió fastidiosa para mí.

Realmente no sentía esa emoción que tenia cuando decidí irme a vivir con él después de que opte por mudarme porque no aguantaba vivir con el desorden de Richard. No creí necesario buscar un lugar en donde quedarme si Erick tenia un departamento para él solo y ya estábamos en una relación.

Todo eso cambio luego de un tiempo cuando no podía ver la cara de Erick. 

Era agotador volver a casa.

-Joey, ¿Qué te parece si vamos al cine por la tarde?-

-No puedo, hoy saldré con Richard.-

-Pero hace mucho no salimos juntos, Joel.- 

Realmente tenía que ser una broma.

Desde que me mudé con el nunca volví a salir con mis amigos porque siempre terminaba cediendo a salir juntos. Eso se acabó, y toda relación con Erick también.

-Erick, te dije que voy a salir con Richard. No puedo estar todo el día soportando que estés pegado a mi.-

-Joel...-

Erick me mira con decepción. No digo nada por unos minutos y él tampoco, pero me sostiene la mirada y yo no sé cómo terminar de interpretarla. 

-Estoy cansado.- agrego mientras tomo mis llaves.

-Entonces no vayas, Joel.-

-¡Te dije que iba a salir!-

A Erick se le llenan los ojos de lagrimas y yo solo quiero irme porque se que me va a hacer sentir culpable por gritarle.

Yo no quiero tratarlo así porque es una buena persona, pero la relación se volvió tan monótona que no siento felicidad estando junto a él.

Algo en nosotros se rompió.

Me acostumbre a su presencia que en verdad ya me da igual si él está o no. Tampoco me importa si está esperándome cuando vuelvo a casa después de haber salido a hacer las compras o cuando salgo de trabajar.

Nos conocimos en mi trabajo. Soy gerente de un supermercado y Erick iba cada miércoles a comprar. Me parecía lindo y tierno verlo tratar de llevar tantas bolsas para ser una sola persona. Así que un día decidí tomarme el día y ayudarlo con las compras, no esperaba que termináramos en la cama pero me confeso que solo iba a ese supermercado porque yo le llamaba demasiado la atención. 

Desde ese momento no paramos de hablar todos los días y salíamos muy seguido o incluso tan solo nos quedábamos en su casa a charlar o ver películas. Realmente amaba tenerlo en mi vida, pero un día solo desperté y ya no podía mirarlo con los mismos ojos.

Abro la puerta y antes de salir lo miro parado en el medio de la sala.

-Estoy cansado de ti, Erick.-