Capítulo 4

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Las chicas pasaron el resto del almuerzo conversando, Yeri y Seulgi se burlaron de Wendy por su amor por Irene en cada oportunidad que se les presentaba. Por suerte de Wendy, Irene no se dio cuenta de las bromas de las otras chicas o quizás solo las ignoró.

Lamentablemente, no se puede decir lo mismo de Joy, quién si notó estas pequeñas bromas, levantando sus cejas ligeramente con una expresión llena de curiosidad en el rostro. En muchas oportunidades Joy notó la forma en que Wendy miraba no tan sutilmente a su mejor amiga. Wendy se sonrojaba cada vez que alguien notaba sus miradas hacia Irene. Por su parte, Wendy trató de ocultar el rubor carmesí de sus mejillas, dejando descansar su cara en la palma de su mano, con los codos apoyados en la mesa. Estaba casi segura de que ese intento era inútil, su torpeza era evidente para todos los que estaban sentados en esa mesa. Bueno, todos a excepción de Irene. Wendy no podía decidir si debía estar agradecida o no de la falta de atención de Irene, era la única cosa que le impedía querer correr del lugar y morir de vergüenza.

Wendy no sabía que tenía Irene que la hacía tan atractiva, pero ella era totalmente incapaz de dejar de mirarla. Es como si Irene fuera lo más hermoso que sus ojos jamás hayan visto, como si estos no toleraran mirar a alguien más. Cada vez que Wendy intentaba unirse a la conversación de las otras chicas, ella solo se encontraba mirando a Irene nuevamente, mientras su cerebro trataba de grabar una imagen permanente de la chica, para preservarla en su memoria eternamente. A pesar de la conversación enérgica que llevaban las demás, la mente de Wendy fue absorbida con pensamientos de pasar tiempo con Irene en la casa de Seulgi durante la tarde, las mariposas comenzaron a revolotear en su estómago con anticipación. Por mucho que Wendy agradeció la oportunidad de pasar más tiempo conociendo a Irene, no le gustaba la idea de tener que hacerlo frente a tres testigos que, con mucha probabilidad, la verían haciendo el ridículo debido a su crush.

A pesar de este temor inicial que sintió Wendy cuando Seulgi invitó a Irene a unirse a ellas para el almuerzo, no podía dejar de estar agradecida con su amiga. Wendy nunca habría tenido el valor suficiente para invitar a Irene por su cuenta, y el pasar tiempo con ella valió totalmente la pena a pesar del ridículo que hizo. Wendy estaba contenta de que Joy se haya unido al grupo. Después de haberla conocido más durante la clase de español en la mañana, a Wendy le agradaba Joy. Esperaba convertirse en grandes amigas con ella a medida que avanzara el año, pero por sobre todo, ella esperaba poder salir con Irene a causa de algún milagro.

Al final del almuerzo, Seulgi le dio a Joy su número y dirección. Ella le dijo que vivía en la misma calle de Irene y que podían llegar a su casa a la hora que quisieran. Wendy se sintió desanimada, ya que todas se dispersaron para asistir a sus próximas clases, comparando horarios, ella no compartía clases con ninguna de ellas durante el siguiente periodo. Eso no solo significaba que Wendy tendría que dejar de ver a Irene por las siguientes horas, sino que también no tendría a nadie para distraerla de una clase que sería muy lenta y aburrida.

Lo prometido es deuda, Irene volvió a ver a la Señorita Kim e hizo todo lo posible para que Wendy no la acompañara, aunque la chica le había rogado a más no poder. Irene parecía tener más energía desde el almuerzo ya que pudo hablar con mayor fluidez, pero Wendy estaba realmente preocupada de que la Señorita Kim insistiera en que Irene debía irse a casa. Wendy se preocupó, ya que esto pondría en peligro la posibilidad de que ella asistiera a la casa de Seulgi en la tarde, y como consecuencia, la oportunidad de que ella pudiera verla una vez más antes de mañana.

Después de lo que pareció una eternidad, la campana sonó marcando el fin de las clases, Wendy prácticamente saltó de su silla ya que estaba ansiosa por irse. Puso su mochila en el hombro, casi golpeando a una porrista que estaba atrás de ella, y salió rápidamente al pasillo lleno de gente. Siguió la marea de estudiantes y se dirigió a su auto donde esperaría a Seulgi y Yeri, quienes aparecieron cinco minutos más tarde.

Trials & Tribulations; WenreneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora