Heredera.

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En las islas Kai una ves cada 20 años, se realizaba un ritual de fertilidad, que auguraba prosperidad y bonanza, uno donde se realizaba en la Isla de los dioses.

Era un conjunto de islas pertenecientes a los reinos Orientales, una de las docenas de naciones que mantenían su independencia de Hyperios, aunque grande el Imperio no tenia una fuerza para conquistar todo de un movimiento, se necesitaban años de tácticas, estrategias, de inversión, de política sobre o bajo la mesa, intereses y cuidado para ir amontonando naciones dentro del Imperio.

Las islas Kai albergaban a los Kaianos, habitantes descendientes de una antigua nación pre-atomicas llamado Nipón, eso influyo en muchas de sus características propias, estilos marciales propios, una voluntad de perfeccionamiento, sistemas sociales bien establecidos, aunque con cambios por el tiempo eran descendientes de esa antigua nación al igual que otras de las naciones que le rodeaban.

Aquí se mantenía con celo a los nuevos dioses, Dioses que representaban al espíritu humano y a la madre naturaleza, dioses de todo tipo se eleveban pero mantenían la escencia de Kai, el amor a la violencia y al desenfreno, por esto todos sus dioses inclusos los de la Justicia o Beatitud eran Dioses guerreros pero también dioses sedientos de satisfacer sus necesidades.

Una ves cada 15 años se levantaba una isla desierta en medio del mar, durante una semana se mantenía a flote, y de ella se elevaba el Templo de los Dioses, un templo dedicado a la Gran Diosa Yokubō.

Cada ves antes de emerger la isla, comenzaban las adivinaciones: Se elegía a una mujer, mediante adivinación o presagio.

Se sacrificaron vacas, zorros y conejos, Un nombre se repitió docenas de veces siempre la misma, era muy raro, se fueron con los chamanes que entraron en estados misticos, se repitió el nombre, incluso con suerte, hechando papeles con diferentes palabras y luego uniéndolas al azar, incluso cayo un rayo frente al cuarto de la elegida, ya se sabia a voz alta quien era la designada algo que no había sucedido en tantos años, el mismo nombre en todos lados.

La Diosa era clara, exigía a una sola mujer, Hitori Hosokawa.

Todo el mundo se sorprendió era la primera ves desde que se tenía memoria que una Princesa era elegida, antes habría pasado pero los Daymios podrían usar muchas segundas opiniones y cambiar el resultado a uno que les favoreciera.

Pero esos días todos dictaban lo mismo: La Princesa debía ser la Miko en este ritual.

Hitori Hosokawa se quedo en silencio, ante el templo de la Diosa Yokubō, hizo un ademan de agradecimiento, ser elegida era todo un honor.

-Padre- dijo la chica sin girarse-La diosa me ha exigido y no me detendras-

-No te detendre- dijo su padre entrando al cuarto con su hija-se que nadie te detendra-

-Agradesco que dejaras de buscar a otra chica para ocupar mi legítimo lugar- dijo ella decidida- me ha elegido a mi-

-Y lo detesto, sabes....-

La chica se giro mirando a los ojos a su padre.

-Se lo que va a pasar!- dijo ella enojada-sera lo que decidan los Dioses-

-Que así sea- dijo el hombre saliendo de la habitación, era doloroso mandar a una hija al Ritual de la Isla de los Dioses.

Los siguientes días fueron ayunos, rezos y purificaciónes, cada ves más. se acercaba el momento de la verdad.
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Fue el día que comenzaba todo, fue bañada por varias sacerdotisas, depilada y bañada en aceites

La pusieron en una bata blanca, y fue caminando descalza hasta el templo, alrededor lanzaban flores a su paso, cada habitante adulto, mujer, anciano o niño se encontraba mirandola de frente a frente.

La venganza de los Convocados.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora