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Había algo ridículo con la situación, porque a pesar de saber que quizás gran parte era cierta, solo podía pensar en su dolor y en las ganas infinitas de partirle la cara a el sujeto causante de todo aquello

-Quédate

Lo haría, joder que lo haría. Porque si la miraba así y le pedía que dejara ese lugar en la empresa o su cómoda vida, ella lo haría

Pero, ¿por qué debía ser así? En esa situación desmedida que solo pedía a gritos espacio

- No creo que sea buena idea - no, no lo era porque esta segura que cada poro de su cuerpo decía Solar de la fuente y ella solo quería quitárselo o a besos o a gritos, la primera le resultaba tentadora

- Quieres dejar de mirarme así.

Mierda

¿Cómo la miraba? Porque ella sentía que tenía tantas ganas de llorar que las lágrimas ya no cabían en sus cuencas

Al menos entendió la referencia de confusión porque le dijo casi tan bajito que pensó en acercarse más, para que le susurrara y así lograr mantener el secreto entre ambas

- Me miras con lástima - lo dijo pausado, porque aún seguía en shock de las últimas dos horas y necesitaba recuperarse - Y tu nunca me miras así.

No

No podía hacerlo, no podía mirarle con lástima, porque eso jamás sería verdadero, se llamaba rabia. Rabia de que no captará el pensamiento que se negaba a poner en palabras

Rabia de que la tomara de estúpida, de que no se diera cuenta

Joder si no quería besarla mientras fumaba un poco y así dejaría de doler menos, porque si la miraba más iba a estallar y bueno, eso no venía resultando últimamente

- Me estoy ahogando

Tres tonos más bajos de su voz, para que ella se acercara más de lo que ya estaba y le mirase como todo el rato que llevaban de pie, en la puerta de su apartamento, con la misma entreabierta los abrigos a medio poner y el corazón en la mano, aunque esa era ella porque Ileana se veía estupefacta y demasiado confundida, sin embargo eso no debía de haber salido de su boca, lo correcto era evadir el tema e irse a casa, regresar al otro día a la oficina y mirarle hacer su trabajo en intermedio de cada junta, pero su referencia quizá era descolocada como la situación en si

Pero no podía más

Porque quizá había algo más terrible que el solo hecho que estaban viviendo, y era demasiado para una sola noche

- ¿A que te refieres? - pregunto como quien no quiere la cosa, lástima; ella lo quería todo

La miro de nuevo, y la vista la hizo boquear, porque no era justo que alguien se viera tan malditamente bien después de casi romper en llanto y haber separado a dos personas de una pelea, era incorrecto que se sintiera como si hubiese sido desmembrada porque el pecho le dolía y las manos le estaban quemando, quizá porque no estaban en el rostro de su hermana.

Lanzo su carta de suerte, con un tono considerado y con todo el valor que la misma frase le brindaba

- Te follaste a mi hermana - No era una pregunta, era una maldita afirmación que pesaba, justo como la mirada que le estaba dando

- ¿Quién te lo dijo? - pregunto, si era posible; con más sorpresa y le dolió saber que no podía negarle en la cara el hecho, porque joder habría sido mucho pedir

- ¿Importa en realidad? - la pregunta en realidad sobraba, porque ella más que nadie sabía que si importaba, y mucho. A ver; era malditamente peligrosa la situación porque no solo era su hermana, era la maldita dueña de la sección de economía, no solo era su carrera, era su maldita forma de ser, un puto fiasco que no le estaba ayudando mucho

Barcos De Colores Y Nubes Pomposas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora