¿Qué hubiera pasado si, desde el primer momento en el que te vi, hubiera sabido todo lo que íbamos a vivir?
¿Hubiera logrado entender del todo lo mucho que nuestras vidas se iban a entrelazar para después soltarse?
Tal vez no.
O tal vez lo hubiera notado, pero hubiera decidido ignorarlo para dejarme llevar por la corriente que tus palabras y esos ojos grandes como tus sueños formaron alrededor de ti, buscando ahogar a quien prestara atención.
Yo lo hice, y, complacida (incluso halagada), tomé una bocanada de aire con la estúpida idea de que sería suficiente para sobrevivir un año junto a ti.
ESTÁS LEYENDO
En junio no me olvides
RomanceEntre arte, libros y estrellas estaba yo. Y tú, sin tratarlo ni forzarlo, te escurriste entre todos mis gustos para volverte mi favorito. En ti encontré más arte que en ningún verso escrito y más belleza que en la estrella más brillante del firmamen...