𝑘𝑖𝑧

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Los planes estaban listos, los rastreadores en posición y las armas cargadas.

YoonGi tenía todo el plan en la cabeza, tenía analizado y practicado cada movimiento, tenía calculado y memorizado como lo asesinaría y como lo escondería.

Por otro lado, JiMin, tenía conocimiento de cada plan, cada paso y movimiento que daba el bando enemigo. Ellos eran bastantes obvios, por lo cual, sabía que el próximo objetivo a asesinar era él.

Pero esta noche no sería JiMin, sería Sila, una bella y delicada joven de rasgos finos y sensuales, encargada de seducir con sus encantos a YoonGi, su objetivo.

Se preparaba para su papel con un bonito vestido con colores banco y negro, sus uñas barnizadas de carmín y sus labios de un color rojo vibrante.

Su peluca larga y de color azabache hacía un precioso y único contraste con sus ojos avellana, sus bronceadas piernas se dejaban ver, pidiendo a gritos besos y caricias. Sus labios expertos estaban dispuestos a todo. Tenía el arnés que sujetaba su querido cuchillo en lo alto de su muslo, quedando oculto a la vista y fácil para sus manos.

Mientras tanto, las camionetas con vidrio polarizado trasladaban a YoonGi hacía el lugar donde se había visto a JiMin, un viejo y transitado bar con olor a cigarrillos y flores por doquier.

Se bajó una calle antes de llegar al lugar, para no levantar sospechas. Su arma hacía presión en su espalda baja, posicionada entre su cálida piel y la tela de sus caros pantalones.
Entró, haciendo contacto inmediato con el ambiente caluroso y alegre. Con su cabeza gacha, trataba de localizar a su misión, camuflado entre la multitud. Su concentración se vio interrumpida por una joven chica que había chocado con su torso, derramando probablemente una bebida alcohólica en su camisa.

-—Ben efendim üzgünüm. Kahretsin, çok sakar değilim. (Lo lamento tanto, señor. Maldición, soy tan torpe)

La mirada preocupada y culpable de la chica era hipnotizante, sus profundos ojos avellana te atrapaban al instante. Su delicado cuerpo ceñido a su vestido, y sus gruesos labios rojizos fueron la perdición de JiMin.

Aunque fuera uno de los mejores sicarios conocidos entre la Mafia, el ingenio jamás se le iba.

—- Bu üzücü. Pahalı bir gömlek oldu. Sen başka bir şeyle bana ödeme yapabilirsiniz. Prenses. (Que lamentable. Era una camisa muy cara. Pero podrías pagarme con otra cosa. Princesa.)

Sus grandes manos se cerraron alrededor de la delicada cintura de la joven, deleitándose por la finura de este, la joven posando sus brazos en los altos y anchos hombros del pelinegro.

-— Adın ne canım? (¿Cual es tu nombre, preciosa?)

JiMin se acercó poco a poco a la oreja del más alto, manteniéndose sobre la punta de sus pies, susurró su nombre falso con toda la sensualidad que habitaba naturalmente en él.

—- Benim adım Sila olduğunu. Ve bu gece seni ödemek isterim. (Mi nombre es Sila. Y me encantaría pagarte esta noche.)

Las expertas manos de JiMin, bajaron desde los amplios hombros hasta la entrepierna del mayor, presionando ligeramente, pero lo suficiente como para que YoonGi sintiera un calor repentino junto a un escalofrío recorriendo sus piernas.
—- Ben Adını unutmak yapacağız. Sana iyi hissediyorum yapacağız. Sila. (Voy a hacer que olvides tu nombre. Voy a hacerte sentir bien. Sila.)

Las manos impacientes del mayor apretaron y moldearon el voluptuoso trasero de la chica. JiMin no se quedó atrás y coló una mano bajo el pantalón del pelinegro acariciando su hombría, a la vez que su lengua recorría el cuello de su contrario.
YoonGi agradeció en todos los idiomas de los que tenía conocimiento al arquitecto de aquel lugar, ya que, habían habitaciones en el segundo piso del bar, para las parejas pasionales o polvos repentinos, como era aparentemente en este caso.

Sila, condujo a su acompañante de la mano, pasando fácilmente entre la multitud. YoonGi sabía que estaba en una misión, sin embargo...su trabajo podía esperar media hora, su erección no.

Al llegar a el nacimiento de las escaleras que conducían al segundo piso, Sila atrajo a su presa a sus labios, en un beso desesperado, efusivo y pasional. YoonGi no tardó en corresponder a los suaves labios de la chica, moviendo sus lenguas y mordiendo sus labios, mientras torpemente se dirigían hacía alguna habitación vacía.

Al llegar a la primera habitación con la puerta abierta, YoonGi no dudó en entrar y apoyar a su acompañante en la puerta, cerrándola con seguro.

YoonGi comenzó a moldear entre sus grandes manos el trasero de Sila, acariciando a lo largo de su angosta espalda. Sus bocas estaban sincronizadas, sus lenguas danzaban, sus manos se tocaban y los jadeos abundaban.

JiMin, queriendo tener el control, y sorprendentemente aguantando tener una erección en el intento, empujó a YoonGi en dirección a la cama, haciendo que el pelinegro cayera en el colchón. JiMin desabrochó coquetamente el pantalón de YoonGi, solo bajando lo necesario junto a sus boxers. Tomó el pene de YoonGi entre sus dos manos, empezando a hacer un pequeño vaivén constante. Los gemidos roncos y graves de YoonGi eran música para los oídos de JiMin, esto no era parte del plan, pero un poco de diversión no hacía daño.

El mayor se encontraba con su cabeza hacía atrás, disfrutando de esas suaves manos cerrándose en su longitud. JiMin acercó su boca al pene de su enemigo, soplando en la cabeza de este, haciendo que YoonGi soltara un jadeo involuntario. Tal como un pequeño gatito, empezó a pasar su húmeda lengua por la hombría de YoonGi, el pre-semen del más alto invadiendo las papilas gustativas del menor. Introdujo en su boca el pene del contrario, por lo menos lo que alcanzaba, para empezar a subir y bajar su cabeza a un ritmo agonizante para YoonGi.

—- Tanrım, Sila. Beni öldüreceksin. (Dios, Sila. Me estás matando.)

JiMin trepó hasta quedar sentado sobre la erección de su compañero, empezando a frotar sus glúteos en la intimidad del mayor. JiMin apoyó su cuerpo poniendo sus manos en el pecho de YoonGi, tal vez este fue un descuido bastante grande. Los ojos del pelinegro se desviaron hacía las manos de la chica. Al ver el "𝑁𝑒𝑣𝑒𝑟𝑚𝑖𝑛𝑑" tatuado en parte de su cintura, palideció al instante, pero aún por la sorpresa, siguió con el juego para usarlo a su favor. Afirmó a Sila, o ahora JiMin, por las caderas firmemente, y en un movimiento tosco y agresivo, se puso encima de ella, sacando rápidamente su arma.

No alcanzó a darse cuenta de como ni cuando JiMin había sacado su cuchillo para presionarlo fuertemente sobre su estómago, mientras YoonGi sostenía su arma cargada sobre la frente del menor.

Sus miradas se encontraron, JiMin ladeó una juguetona sonrisa hacía el mayor, soltando con voz agraciada algo de lo que YoonGi estaba bastante consciente.
—- Nasıl naif YoonGi. Ama aynı derecede I zevk. Kahretsin, penisin çok büyük. (Que ingenuo eres, YoonGi. Aunque igual lo disfruté. Maldición, tienes un pene enorme.)

Avergonzado y furioso, YoonGi tenía que encontrar la forma de salir de esto.

— Solo cállate y date cuenta en la situación en la que estamos ahora mismo.

-— Claro que me doy cuenta. Tu pene no deja de mirarme desde ahí y la peluca me está picando. Solo baja el arma, tengo muchas ganas de terminar con esto, besas bien chico, punto para ti.

Tal vez esa noche nadie terminó muerto, tal vez no hubo sangre, tal vez el plan de esa noche no era necesariamente terminar con la vida del otro. ¿O no?




















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슈짐 𝐁𝐞𝐧𝐢𝐦 𝐠ö𝐫𝐞𝐯𝐢𝐦  [ ̶a̶̶d̶̶a̶̶p̶̶t̶̶a̶̶c̶̶i̶̶ó̶̶n̶ ] 𝑦𝑚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora