11 del día. Hacía un calor abrasador.
Mucho más si se anda vestida con 2 capas de torso incluyendo el sostén, jeans gruesos y calcetines.
Mané aterrizó en Saltadilla hace exactamente 4 meses, y hace 1 mes y medio que su única obligación era vagar por las calles admirando las caras de los transeúntes.
Un chocolate amargo en su bolsillo, la cara redonda y morena mirando al cielo, adivinando las figuras de las nubes; una mata de pelo indomable amarrada con un scrunchie rojo fresa.
Un hombre de traje verde con un bolsón en la mano.
Una mujer gorda, chillonamente vestida y maquillada con sombra de ojos morada.
Un hombre afroamericano de camiseta a rayas y jeans rotos, con una bebé de la mano.
Una niñita de unos 6 años con jumper y mochila, yendo a la escuela.
Un grupo de adolescentes (Mané no supo esclarecer su edad) vestidos llamativamente y con la piel verde.
"Buscapleitos", piensa Mané.
Echa un vistazo al que, según ella, es el líder. Tiene cara de insolente, nariz larga y afilada al igual que su mentón, pelo negro grasiento y un par de lentes de sol que le confieren un aspecto de greaser de los años 50. Pasea su mirada por la acera como si todo el mundo le perteneciese. Lo envuelve un aire de impaciencia y prepotencia. A su lado, como si fuera su guardaespaldas, está plantado un chico de aspecto viperino, cuya apariencia acentúa su larga y puntuda nariz, sus ojos rasgados y su delgadez casi extrema. Sus prendas son principalmente de color blanco, negro y café, y su rasgo más distintivo es una boina color café claro que lleva puesta hacia atrás.
Al lado de este individuo, está el ser más mórbidamente raro que Mané haya visto en toda la historia. Ni los personajes más extraños de todos los libros que ha leído pueden competir con este "humano", si es que se le puede llamar así. Jorobado, descalzo, ropajes raídos y sostenidos con un cordel, su enorme lengua y ojos protuberantes acentúan la sensación de asco que nuestra heroína siente. Detrás de estos 3 está un grandulón pelirrojo muy corpulento, de más de 2 metros de estatura. "Al menos tiene cara bonachona", piensa nuestra chica. De pronto fija su mirada en el chiquillo que está sentado en el hombro izquierdo del grandulón; de todos los que conforman el grupo parece ser el más bajo, y también el más infantil. Sus piernas cortas se balancean en el aire, forradas en mezclilla negra. De hecho, toda su indumentaria parece serlo, desde su pantalón y sus zapatos hasta sus ojos y su cabello; este último cepillado de tal forma que un gran mechón le caiga sobre su ojo derecho tapándolo completamente. La única prenda que aporta un poco de color es una camiseta color burdeo sobre una camisa blanca de mangas largas, que terminan ocultando la mitad de sus manitas. Aunque no es precisamente guapo (rasgo acentuado por su enorme mandíbula inferior) su pequeñez y rostro indefenso le confieren un semblante singular que hasta podría nombrarse como atractivo.
En los 2 minutos que pasan, Mané ya se ha hecho una idea de quiénes deben ser. Aunque los había visto mucho antes, nunca fue ni tan profundo, a lo más un relámpago verde por las calles cuando marchaba a la escuela en autobús. O un correteo por aquí y por allá en la tienda de comestibles, a la hora de comprar algo para el camino a casa. Mané, como se dijo antes, aterrizó en la ciudad de Saltadilla hace cuatro meses atrás y vivió ahí durante 2 meses y medio en paz y armonía con su entorno, hasta que por alguna extraña razón terminó huyendo de casa para adentrarse en las sinuosas calles de la ciudad y afrontar la vida de la única manera posible: hacia delante.
Tan sumida está en sus cavilaciones que no se da cuenta de que el grupo de locos verdes ya cruzó para el lado de la calle donde ella está parada.
-. ¿Qué estás mirando?

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Anchimallén (Las Chicas Superpoderosas) (Arturo x OC)
Fanfiction11:49 am. Lunes 28 de noviembre. Mané Velásquez aterriza en las calles de Saltadilla. Hacía un calor abrasador ese día en el que se metió en el mayor de los líos de su vida.