CAPÍTULO 19

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Me encontraba entre los brazos de Diego muy, muy cansada. Mi mente se encontraba echa un caos y los nervios pudieron conmigo, notaba sus manos sobre mi cabeza acariciándome los cabellos cariñosamente mientras nos encontrábamos en el sofá de los Cullen.

Todos decidían lo que hacer a partir de ahora no podían dejarme sola, pero los chicos no estaban dispuestos a dejarme con  los Cullen a solas, por eso de las disputas vampira-lobunas.

Poco a poco los ojos se me fueron cerrando y caí en un duermevela un poco agitado.

Todo a mi alrededor era oscuridad no podía ni siquiera ver mis manos. Es silencio era sobrecogedor solo roto por los fuertes latidos de mi corazón desbocado. Intenté moverme pero tampoco podía, me encontraba como anclada en el lugar.

¿Dónde estaba?, ¿los chicos estarían bien?, Jacob y yo no arreglamos nuestra tonta discursión. ¿Ese sería el último recuerdo que tuviera el de mí? Una loca gritando y persiguiéndole por una grandísima bobada. Solo me había mirado en ropa interior, ¿y que?, yo también lo habría espiado en calzoncillos y me lo hubiese devorado con la mirada. Ahora pensaba en que debería haberme dejado de preocupaciones y darle a Jake todo de mi. El tenía tanto mi corazón como mi alma… ¿Por qué no también mi cuerpo? Me arrepentía por mi estúpida inocencia, en cualquier momento podría morir y lo tenía bastante claro ya que al estar en ese sitio algo malo me pasaría. Y si sabía que estaba viva ya que si mi corazón bombeaba y tenía ese sentimiento de peligro…

Una tétrica risa me sacó de mis cavilaciones, era la misma risa del instituto y esta vez tampoco podía verle, pero sabía que se encontraba cerca, muy cerca, demasiado cerca.

 Mi respiración se aceleraba la risa se escucha cada vez más fuerte y cercana.

Solté un grito cuando noté su aliento en mi nuca.

-¿Asustada? Me encanta…_ rió diabólicamente y voz grave y áspera_ escucho el sonido de los bombeos de tu corazón, mmmm suena delicioso se me hace la boca agua. Pero no se me permite tocarte, es una lastima porque podría disfrutar mucho de ti.

Gemí muerta de miedo.

-¿Qu-que quieres de m-mi? , ¿y quien eres?_ intenté no sollozar pero era imposible.

-Yo todo_ rió_ pero querida quien soy es lo de menos, hay muchos tipos detrás de ti. Eres una chica muy valiosa y eso es muy peligroso.

-¿Qué quieres decir?_ temblando_ yo…_ me paré al notar como una mano recorría mi espalda.

-Solo te diré que te vas a tener que cuidar muy bien a partir de ahora preciosa, porque puede que no pueda tenerte en este mismo momento pero lo lograré. _ me olió el cuello_ estoy deseando tenerte querida Alex. Tus sollozos son como música para mi. Por ahora espero que estés alerta para que ningún otro se te lleve. Te dejaré un recordatorio para que no te olvides de mí.

Sentí como posaba una mano sobre mi pecho, aguanté la respiración, me desmayaría en cualquier momento. Noté como metía su mano debajo de mi camiseta. Lloraba exasperada y aterrada por lo que pudiese hacerme.

-Shhh_ me mandaba a callar _esto será rápido.

Cuando llegó a por encima de mis pechos hico presión sobre mi lado derecho, mi relajé un poco al no ir hacia el corazón, pero fue un alivio mínimo porque sus dedos empezaron a quemarme.

El dolor que sentía era atroz. Chillaba y chillaba, e intentaba alejarme de aquella mano pero estaba paralizada en aquel lugar sin posibilidad de escape.

Aliento calido (Jacob Black)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora