Capítulo 1

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- ¿Estás segura de que quieres que me quede en tu casa? No quiero ser una molestia para tí, Lottie - Paso mi mano por mi nuca. No me gusta pedirle favores a Charlotte y prefiero que me los niegue, pero ella es tan linda que nunca lo hace; en especial cuando son este tipo de situaciones dónde debo dejar mi orgullo de lado y acudir a ella

- ¡Pendejadas!, Me encantaría tenerte aquí, sobretodo después de que me fuí de Latinoamérica. Te extrañé un chingo - Me dió un abrazo que obviamente correspondí. Charlotte lleva unos dos años viviendo aquí en Miami desde que decidió estar con su padre y, tiempo después, consiguió un trabajo para comprarse un apartamento. Ella se separa del abrazo y acomoda mis cabellos empapados por la lluvia mientras lleva  mi maleta al ascensor conmigo siguiéndole - ¿Ya comiste? Puedo prepararte algo.

- No es necesario, comí algo con el dinero que mis papás me dieron antes de irme. Ya sabes, lo necesario para poder venir al país - Nuestra plática se vio interrumpida por el sonido del elevador abriéndose, supongo que llegamos. Lottie me toma de la mano y yo sólo me dejo llevar por ella hasta que paramos en el apartamento número 83. Saca unas llaves de su bolsillo y abre la puerta.

- Bienvenida a mi humilde morada, pendeja.
- Ja, esta estúpida - Estallamos en carcajadas, mi mejor amiga me envuelve entre sus brazos y nos tira al sofá de su apartamento. Me levanto con la respiración pesada y tomo mi maleta - ¿Dónde puedo dormir?

- Hay una habitación de invitados pero está más cochina que mi mente así que hoy duermes conmigo.

- Vale, pero no me violes.

- No prometo nada, Bebé.

Nos fuimos a su habitación y yo saqué una pijama de mi maleta mientras que Lottie sacaba la suya del armario y nos cambiamos, luego nos fuimos a la  cama y me abrazó. No estamos acostumbradas a dormir juntas, ya que tenemos tiempo de no vernos, pero tenemos la suficiente confianza para hacer este tipo de cosas.

Dormí bastante bien esa noche a pesar del mal día que tuve. Cuando desperté, Lottie no estaba en la cama. Me estiré aún acostada y, después de esperar a que mi cerebro se encendiera por completo, fuí hasta la sala para encontrarme con un desayuno simple tapado con un plato transparente y un post-it pegado a él.

"Me fuí a trabajar, bebé. Te hice algo de comer y te preparé un periódico para que fueras a buscarte un trabajo. Sabes que te extrañé mucho, pero conociéndote no te quedarás conmigo mucho tiempo.
              - Tu lerda favorita, Charlotte"

En parte tiene razón.
Terminé de comer y lavé los platos. Entro a la habitación de huéspedes que Lottie había mencionado antes, la verdad es que esa vaina estaba más puerca que el salón de clases de colegio público en pueblo, así que la limpié y ordené para no quedarme con el mal sabor de boca al no ayudar en la casa.

Al terminar, me bañé y saqué ropa para estar en casa. Tipo, camisetas seis tallas más grandes de lo necesario y pantalones cortos. Me senté en una silla en la isla de la cocina y agarré el periódico junto con un resaltador, comenzando a señalar los posibles empleos de medio tiempo que pueda adquirir y poder pagarme la U. Puesto que rechazaron a último minuto la beca que solicité, tengo que hallar un modo de pagarme los estudios. Pero no aplicaré para la misma universidad, no me parece tan buena después de negarme la entrada a los dormitorios prometidos ya estando en el país y sin ningún lugar dónde quedarme. Fue una suerte que se me haya ocurrido llamar a Charlotte para que me deje quedarme con ella unos días por lo menos.
Terminando de resaltar el último empleo posible, me pongo en marcha para hacer el almuerzo.

Recibo un mensaje de mi mejor amiga diciendo que almorzará en el trabajo, creo que sólo haré para mí entonces.

"ꜱᴇᴇᴋɪɴɢ ᴀʀʀᴀɴɢᴇᴍᴇɴᴛ" ᴋ.ᴛ.ʜ +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora