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"El sábado es cumpleaños de Dabi"

Lo había escuchado de Toga la última vez que la vio y no podía sacarlo de su cabeza. Se supone que ese era su día libre, el primero en meses desde que se infiltró a la liga.

Quería  descansar, ir a un bar con Shinya y Rumi, quizá conseguir un poco de sexo. Como fuera paso mucho más  rápido de lo que esperaba, el plan de quedarse en casa murió al escuchar un grito cerca de su casa, claramente no podía ignorarlo.

Quiso patrullar un rato para estar con la gente y subir su ánimo, salvo a un perro de ser atropellado, una señora que quería cruzar la calle, dos intentos de robo en distintos bancos, todo era demasiado monótono.

Pronto dieron las 8 pm y su cita en el bar estaba en su itinerario si o sí. Llegó en cuestión de minutos y ya habían llegado sus amigos.

Los saludo gustoso y platicaron sobre las azañas más recientes, cosas de héroes y el no pudo compartir nada sobre de misión, nada sobre el chico que había conocido, nada de cómo quería golpearlo y que no entendía porque no dejaba de pensar en él.

—¿Te sientes mal?— preguntó Shinya notando la poca atención que les prestaba su amigo a las anécdotas de Rumi, podía ser cretino y odioso pero solo se veía distraído y eso sí que le preocupaba.

—¿De qué hablas? Solo estoy cansado de escuchar como salto y salto y a todos les partió la cara— contestó mofandose de su amiga.

—Al menos no soy un lindo pajarito— dijo la morena dándole otro trago a su bebida.

—Como quieras conejita— claramente su amiga se enojo y estaba seguro de que querría golpearlo de no ser porque Edgeshot había reído tanto al ver su reacción que contagio a ambos. Era raro verlo reír pero tenía una carisma que hacía rieras con él.

Paso el tiempo y sin importar que hiciera seguía pensándolo, ya un tanto ebrio decidió enviar un mensaje. Sabía que probablemente ese idiota estaría ocupado celebrando, quizá estaría ebrio tirado en algún callejón oscuro pero eso no evitó que mandará el  mensaje.

Pasaron unos pocos segundos y su celular comenzó a vibrar, Rumi bromeó sobre la "nueva conquista de la pajarita" mientras que Shinya asentia con la cabeza y seguían bebiendo.

Takami se levantó apresurado para alejarse lo más posible. Dudaba que alguien reconociera la voz del idiota por el celular pero no podía confiar en que no dijera algo imprudente.

—Pajarito, que sorpresa— dijo Dabi burlón.

—Idiota, siempre es un gusto oír tu voz— respondió sin poder evitar el sonreír.

—Ven a la dirección que te mande, no te arrepentirás— sonrió, jamás había esperado una felicitación del "héroe".

Hawks revisó la dirección, lo conocía. Se habían reunido allí en varias ocasiones y estaba seguro de que estarían festejando como solo ellos sabían hacerlo.

La oportunidad de una fiesta salvaje, alcohol en exceso y quiza algún que otro delito le estaba esperando. Se convenció de que lo hacía por su trabajo, se lo repitió cuando se despidió de sus amigos, volvió a hacerlo al llegar a su departamento para cambiarse y salir encubierto.

Llegó lo más rápido que pudo sin llamar la atención. Odiaba no poder moverse con sus alas libremente pero era el precio justo para esa escapada.

—¡Hawks! Bebé, si viniste!— gritó Toga tan pronto lo vio entrar. El lugar era una serie de bodegas abandonadas, estaba lo suficientemente lejos de la ciudad para que alguien se quejara del estruendoso ruido de su mix de música que variaba de reggaeton, k-pop y metal.

Las paredes estaban llenas de grafiti en pintura neón, muchos sin sentido, otras retratando asesinatos, sangre, una de él chico de cabello verde de la U.A., y otra de una chica que jamás había visto, pero debía de admitir que Toga tenía talento.

—¡Preciosa! — le contestó mientras la saludaba para después ser arrastrado por ella por el lugar.

—¡Aléjate de mi princesa!—
—¡Viniste Hawks!—  exclamó Twince al verlo.

Sin pensarlo esos dos comenzaron a pintarlo con pintura neón para que hiciera juego con todo lo del lugar.

Una vez estuvo, como describiría Toga "Fabuloso" fue liberado para tomar sus primeros tragos. Paso saludando buscando al cumpleañero hasta que por fin lo halló.

Estaba tirado en un sofá roto que por alguna extraña circunstancia se encontraba allí. Camino hacia él mientras una de sus plumas voló en la misma dirección comenzando a molestar sobre su rostro.

—Despierta hombre asado— bromeó mientras lo movía sin recibir respuesta.

Aprovecho para acariciar su rostro, era ligeramente atractivo y todo eso pero lo que verdaderamente le llamaba la atención eran esas marcas que tenía en la piel, con cuidado lo acarició lentamente sintiendo la diferencia entre la parte que el mismo se quemaba y la que aún sobrevivía a su quirk.

Instintivamente llevó sus dedos hacia sus labios y después le trató de peinar un poco con sus dedos.

Cerró los ojos y se inclinó ligeramente hasta besarlo en los labios. No fue tímido, tampoco dulce, simplemente se le antojo hacerlo y lo hizo.

—Feliz cumpleaños— le susurro con un tono de ternura que hasta a él le sorprendió escucharse.

—Se mi regalo— ordenó Dabi abriendo los ojos y volviendo a besarlo. Sintió una mordida en respuesta a su beso, así que sonrió subiendo su temperatura corporal.

El héroe se alejo bruscamente al sentir como su piel comenzaba a quemarse ligeramente, llevó sus dedos a la cara del otro, le miró con un ligero desprecio observando esa sonrisa de satisfacción, claramente se mofaba de la pequeña quemadura que tenía en la boca.

—Eres un cretino— dijo mientras se mordía su labio inferior sin poder dejar de mirarle.

—Tu un abusador— contestó sonriendo al mirar el gesto de falsa indignación en el rostro del castaño.

—Solo está noche— respondió rodeando con sus brazos el cuello del más alto.

Volvieron a juntar sus labios en una desesperada ola de besos y caricias, no estuvieron conscientes de cuanto tiempo pasó antes de que abandonaran el lugar. Tampoco estaban conscientes en que momento se perdieron uno en el otro, pero sin duda fue el regalo que más disfrutó esa noche.


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⏰ Última actualización: Jan 19, 2020 ⏰

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