Jiminnie... [E D I T A N D O]

4.

Ya era otro día, todos se encontraban en la cocina. Yoongi bajó primero junto con Nam y Jin, pero al ver dos siluetas juntas y saber perfectamente quiénes eran, quería irse. Pero Namjoon lo tranquilizó.

—¡Buenos días! —gritaron Hobi y Jimin e hicieron reverencia.

—¿Pueden dejar de gritar? Buenos días —cuestionó Yoongi un tanto enojado.

Jimin notó eso y lo llamó.

—Min, necesito hablar contigo...

—En un momento, estoy comiendo.

—Yoongi —le miró Namjoon.

—Bien, pero que sea rápido —se quejó.

Jimin.

Por fin logré que Yoongi quisiera hablar conmigo.

—Y, ¿de qué querías hablar? Anda, suéltalo.

—Yoongi, yo sé que te gusto. Entonces, ¿cuando nos ves a mi y a Hoseok juntos, te dan celos?

—¿Porqué celos? Si tú eres feliz con él, yo lo seré también.

Sabía que mentía.

—No mientas, Min.

—... Sí, sí me dan celos. Ahora, ¿me puedo ir?

—Yoongi, no te pongas así...

—¿¡Que no me ponga así!? Tú sabías perfectamente que me gustabas, te lo dije y sólo me rechazaste. Ya no tenemos de qué hablar, Park. Adiós.

Se quedó en silencio observando cómo se alejaba Yoongi. Él también habría sentido algo por él en algún momento, pero eso ya pasó...

Seguramente escucharon los gritos porque escucho que alguien viene.

—¿Jiminnie, estás bien?

Lo sabía, los escucharon y Hoseok vino.

—Sí, no te preocupes...

—Jimin...

Lo abracé, obviamente no estaba bien. Yoongi estaba roto por mí.

—No Hobi, no estoy bien —dije llorando mientras Hoseok me acariciaba el pelo.

—Lo sabía, Jimin. Tranquilízate.

—No lo entiendes Hobi, Yoongi está roto por mí...

No hubo respuesta.

—Lo entiendo, Jimin. ¿Quieres ir a hablar con él?

—No creo que quiera, dijo que no teníamos más de qué hablar.

Hoseok.

Trataré de hablar con Yoongi para arreglar las cosas, aunque creo que sólo recibiré un puñetazo.

Toqué la puerta de su estudio pero no contestó nadie.

—¿Yoongi, puedo entrar?

—Vete.

Escuché decir, al parecer había estado llorando...

—No, Yoongi, no me iré hasta que habrás ésta puerta y vea que estás bien.

—¿Enserio te preocupas por mí? —preguntó burlón.

—Sí Yoongi, por favor abre la puerta.

Conseguí que la abriera, pero no quería hablar.

—¿Para qué estás aquí?

—Para hablar, sobre Jimin.

Ví que se tensó cuando mencioné su nombre.

—No tengo nada de qué hablar de él.

—A ver, yo sé que Jimin en algún momento sintió algo por ti. No se atrevía a decírtelo porque creía que lo rechazarías...

—Ve a otro lugar. No tengo ganas de hablar.

Obedecí y salí del estudio. Creo que sólo lo arruiné más de lo que ya estaba...