Viviendo de Ilusiones

Y pensar que cada noche esperaba tenerte y poder imaginar la perfección mendiga que anhelamos estando tan lejos queriendo estar cerca. Sin querer aceptar que sólo soy una quien ama, esperando ser amada, deseando profundamente que estemos juntos, recordando lo que era sonreír, y lo que significaba tu mirada, indicándome que todo estaría bien, y que todo continuaría así, aun sabiendo que no era cierto, mientras secabas mis lágrimas con un viejo pañuelo que te ha acompañado desde siempre, tal vez el mismo pañuelo con el que ahora secas sus lágrimas en los peores momentos. Y pensar que pudo haber sido diferente, ignorando todo ese error, error que nunca logre enmendar con palabras, el mismo que no me permitiste que corrigiera con hechos. Perdona mi imprudencia al ser tan sincera y tan inmadura de no poder superar todos los momentos... que fui feliz. Y ahora aquí, recuerdo aquella frase: "Si pensarte es un delito, merezco ir a la cárcel", y pienso, que ridícula fue la persona que pensó esto, nadie merece ir a la cárcel por sentir, o tal vez sí, pero sin saberlo el mundo es nuestra cárcel, gloriosas sean esas personas que logran en su día de trabajo ver el mundo desde afuera, admirando todo, y descubrir toda esa fantasía absurda en la que vivimos, pensando ser los únicos seres del universo, en vez de cuestionarse a si mismo.... ¿Que habrá tras esa capa de ozono invisible, tras la que solo vemos nubes de vapor creadas por nosotros mismos, en el que hasta ahora es el único lugar habilitado para nuestra supervivencia?, pero por contrario, nos preguntamos... ¿Porque amándolo tanto no estamos juntos? Mientras él, en el otro extremo de la ciudad se esta diciendo a sí mismo, recostado en su cama y tomado de la mano con la que ahora es el amor de su vida, "Gracias Dios por ponerla en mi camino y hacerme feliz por siempre".

¿"...Gracias a Dios..."?, ahora solo me queda pensar... Que ojalá alguna vez lo halla dicho conmigo, haciéndome de nuevo ilusiones, ilusiones que serán así siempre.