Tras masturbarme, no me sentía bien, mis dedos no me satisfacían, quería un pene bien hundido en mi.
Motivada por la frustración, me bañe y Sali a la calle, sin un plan solo con un objetivo... follar. En un bar local en el cual nunca había entrado conocí a un hombre en la barra, no era guapo pero si tenia lo suyo, lo que mas me llamo la atencion es que era alto y fornido, y la cara bueno si cierro los ojos eso no importa, nos tomamos una copa y tras un poco de charla me tuve que sincerar pues ya no aguantaba mas, le dije que quería que me follara como si no hubiera un mañana que no se preocupara por delicadezas, nos dirigimos al baño pero aun no estaba tan desesperada como para salir en un video porno, así que nos dirigimos a un hotel que se encontraba en la misma avenida, que conveniente.
Nada mas llegar cumplió con la que le dije, me empotro contra la pared, respirandome en el cuello mientras se restregaba contra mi trasero, eso me excito de sobre manera que no pude evitar soltar un gemido.
- Que bonito gimes, no te contengas.
Su voz era grave, lo note en el bar, pero ahora excitado lo era aun más, que sensual, yo ya no podía estar mas mojada, sin esperarlo un extraño estaba cumpliendo todas mis fantasías. Estaba tan excitada que no me paraba a pensar si este tío que acababa de conocer era un psicópata.
Mientras yo frotaba mi trasero contra su pantalón, el me sujetaba con una mano el cuello la otra permanecía contra la pared, con las venas tan marcadas como si se estuviera conteniendo, tratando de no romperme, pues la diferencia de tamaño era muy evidente.
- No te contengas, me encanta duro, que me nalgueen, muerdan, que me amarren.
Fue como si le hubiera dado a un botón de ON, pues me lanzo a la cama con fuerza que, hasta rebote, no me rasgo la ropa solo porque alcance a pedírselo.
No empezó como sexo normal, pues me puso boca abajo, me amarro las manos con su cinturón a la cabecera de la cama y amarro el pelo en una coleta.
Amarrada y boca abajo, se sentó encima mío y lo que empezó como un desenfreno ahora era calma, me perturbo un poco, pero lo entendí de inmediato, estaba dominándome y eso le encantaba a él y a mí también.
Trazaba líneas por mi espalda con su lengua dejando pequeñas mordidas sin ser dolorosas por mi espalda y cuello.
- Te ves tan pequeña y frágil, tan inocente, pero en el bar te vi, vi cómo te movías y me mirabas, al principio discreto, pero con intención, y lo supe, ¿supe que a puertas cerradas eras una perra en celo o me equivoco?
- Me encanta el sexo, pero tienes razón a puerta cerrada, como dice el dicho una dama en la calle y una perra en la cama, así es más interesante.
Solo espero esa contestación para ensartármela tan profundo y rápido que ni siquiera pude emitir un sonido, fue un dolor placentero. Estaba tan húmeda que no opuse resistencia a la fricción.
Su pene era normal, el tamaño perfecto para hacerlo rudo sin que me lastimara.
Me encanto el gruñido de satisfacción que emitió al metérmela, el vaivén era rápido y constante. En el cuarto solo se escuchaban sus gruñidos y mis gemidos entremezclados.
Estábamos tan calientes que ninguno de los dos tardo en correrse, se corrió dentro de mí, podía sentir como su semen salía de mí. Aun amarrada a la cabecera de la cama me volteo quedando boca arriba y me sujeto de las piernas para empezar a hacerme sexo oral, no le importo lamer la mescla de fluidos y en cierta manera que éxito, pero estaba tan sensible que fue un pensamiento fugaz.
- Espera acabo de correrme y estoy muy sensible.
- Por eso estas amarrada y te sujeto las piernas, para que estés bien quietecita.
Fue tal el orgasmo que tuve con el sexo oral que al parecer me desmayé.
Me desperté sola y un poco confundida, todo lo que había pasado la noche anterior parecía un lejano sueño, pero fue real y lo sabia por las marcas en las muñecas y la satisfacción que sentía.
El único rastro que dejo fue una nota en el buro:
Llámame 55538......6, hacemos buena pareja, Amelia.
Nunca nos dijimos nuestros nombres, a que que para mí era un extraño me conocía y sabia que me gustaba en la cama, las respuestas que quiera serian para otra noche.
NA: Que les parece, sigo con las historias?
VOTEN Y COMENTEN.
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Historias Lascivas
Historia CortaHistorias cortas relatos de sexo desde diferentes puntos de vista y gustos.