1) Introducción: El Error

14 0 0
                                    

Las leyendas de los libros, mencionaban a cinco dragones, los más poderosos, temidos. De solo escucharlo de la boca de mi maestro, me erizaba la piel de pequeño, imaginándome lo grande que podían ser, pero también contaba la parte de que los reinos se unieron y acabaron con un dragón, pero el poder espiritual son los mismos, llegando a encerrarlos en un libro, no sabía que un día encontraría ese libro y todo cambiaría. 

No tardaré mucho... —El entrenar era cada vez más aburrido, luchar contra los pequeños dragones que eran presentes de bajo nivel de vez en cuando eran perfectos, pero no eran tan frecuentes pensó interiormente. 

Eres demasiado tosco para las cosas, Xilo. —Mencionó Shadel, un compañero y amigo de la infancia del joven príncipe. — 

Deberías tomarte las cosas con calma, y no ser tan agresivo para las peleas —Este solo soltó pequeñas risas divertidas conociendo la personalidad del muchacho. 

 Para después, Shad, si no voy en serio ¿Cómo aprenderé más? —preguntó algo burlesco y sarcástico mirando de reojo al joven de piel oscura. "Además, necesito que ellos sean también fuertes para mantener un ritmo cada día." Finalizó con una risa terminando de desenvainar la katana que tenía en su diestra en el estuche en el costado izquierdo de su cadera. — Iré a dar una vuelta por ahí... la verdad me encuentro algo aburrido. 

 —Shadel solo soltó risas algo fuertes, sus palabras le divierten a veces. "Vale, pero no hagas alguna estupidez" suspiró levemente pesado para sacar tomar una espada la cual estaba posicionada en una mesa en frente del campo de entrenamiento para poder entrenar. — 

 —El chico salió saltando entre varias casas hasta las puertas del reino y salir con tranquilidad caminando hacía el bosque, pasado unos minutos miraba con detalle cada árbol, sus tamaños, pues admirando un poco de estos, el ver la naturaleza admiraba de esta constantemente en sus caminatas aleatorias.Ya más adentrado por aquel bosque, donde cada rama creaba una sombra perfecta en todo el lugar, una pequeña alma azul celeste, en forma de fuego se empezó a ver a lo lejos para su vista, le llamó mucho la atención para seguir de este. 

 —Luego de una pequeña rutina de entrenamiento entre la reina Zerpa y su hija, Deva pudo respirar con calma, recuperaba el aliento perdido y solo le regaló una sonrisa amable a su madre, le agradeció con una leve reverencia para luego dirigirse a su habitación. Poco a poco al sentirse con falta de ánimos al estar en su habitación, fue hasta un pequeño estante de biblioteca en frente de su cama para tomar un libro, pero solo sacó el borde de este y abrió automáticamente una puerta oculta, la cual se dirigía a las afuera de su reino, solía escaparse a veces solo para poner en practica algunas de sus habilidades lunares en la oscuridad, mientras menos sol, más era su poder mágico.No tardaría mucho en llegar al bosque, pero sintió la presencia de una sombra la cual pasaba entre los árboles, pero era una presencia peculiar, era diferente, siguió de este. 

 —El muchacho se terminó encontrando con unas ruinas de un templo, donde una estatua de un dragón enorme estaba en el suelo, partido a la mitad. Un pequeño dolor se le hizo presenté en su ojo izquierdo, era medianamente insoportable, cada vez que se acercaba, su dolor apaciguaba. 

 —Aquella muchacha no tardó demasiado en intentar a alcanzar aquella sombra, pero las atrajeron hasta unas ruinas abandonadas, pero, la presencia de la sombra desapareció, se hizo presenté la de un humano en el lugar colocándola en alerta, agradablemente el sol no pegaba mucho en tal zona y su poder era beneficiario para ella, solo tenía una pequeña sonrisa. 

—Aquel espíritu desapareció de la nada cuando el estiró su mano para tomarlo, suspiró un tanto pesado para luego mirar las ruinas llamándole la atención el centro de esta, al acercarse solo pudo reaccionar rápidamente ante dos cadenas mágicas las cuales atravesaron el suelo, pero apuntaban hacia él "¡¿Quién es?!" exclamó, el muchacho tomo el mango de la katana y al darse cuenta solo era una muchacha de pelo negro, de estatura baja. Pero no la iba subestimar solo por su apariencia, negó un poco y solo dejo de agarrar su arma "No estoy interesado en pelear" el conocía los peligros de la magia, lo que era capaz de hacer, temía de este un poco. 

Menos mal que entiendes tus límites... —Mencionó seriamente la princesa al momento que escuchó las palabras del contrario, hizo desaparecer las cadenas, pero aquel libro en todo del centro de las ruinas, también llamaron su atención, al ver que él se acercó, ella también lo hizo "No tienes que tocar algo antiguo y menos en unas ruinas sospechosas"— 

 —El muchacho solo suspiró levemente, un tanto aburrido "No eres quien para mandar a un desconocido... siendo maga." Al acercarse tomó aquel libro petrificado notando que la portada de este, había un dragón de cinco cabezas, pero una de estas estaba cortada por la mitad.Al pasar los segundos, el libro empezaba a perder pequeños trozos de la petrificación, llegando a un punto de poder levitar por sí solo, bruscamente hizo que un aura se creara en todo el templo haciendo que el libro empezara abrirse y pasarse las páginas por si solas con rapidez, cada uno de los jóvenes no dudaron en dar un par de pasos hacia atrás, en la página del libro se vio un sello romperse y de la nada el suelo empezó a vibrar, en esa zona. 

 —Un pequeño instinto del muchacho se hizo presente de forma repentina, llegando al ver a la contraria y saltar hasta ella, al tomarla rápidamente en brazos y saltar hacía las afueras del templo, un enorme Dragón de color gris, salió del suelo del templo destruyendo completamente de este. Su piel se erizo por completó y poder miedo se escondió detrás de los árboles. 

 —La muchacha se sorprendió de la nada ante la reacción del muchacho llegando a asustarse, pensar que la iba a atacar, pero a los segundos notó que no era así, su piel temblaba levemente al ver tal Dragón enorme vivo, sus rugidos eran insoportables para sus oídos, pero esté solo expandió sus alas y se marchó del lugar, pero de la nada, desapareció. 

— ¡¿E-Eso era un dragón cualquiera?! —Preguntó con cierto miedo ante tal vista, pero recordó que estaba en los brazos del muchacho a lo cual solo se bajó de forma brusca y molesta. 

No es tan común... de ese tamaño no... —Solo tenía su mirada de reojo fijamente al templo destruido, pasados unos segundos este se levantó para estirarse un poco y negar algo con la mirada, se negaba a creer que podía ser un dragón de las leyendas mencionaban, Un Dragón anciano.

Cinco Almas, Dos EsperanzasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora