HISTORIAS K C ME OCURREN CUANDO STOI SOLA EN KSA

Sueño o aviso

Era un sábado por la noche, eran las 2 de la mañana y yo estaba en mi cama acostada.
Antes de dormir, me quedaba dibujando en mi cuaderno y diciendo lo que me había pasado ese día.
Tenía mi teléfono en la mesilla de noche y estaba con los cascos puestos escuchando música.
Llegaron las 2:30 AM
Ya me entraba el sueño así que me fui preparando para dormir.

Me metí entre las sábanas dejé los cascos, el cuaderno y el boli...
Llegó el momento de apagar la luz.
Yo soy muy miedosa, y me da miedo la oscuridad , así que tenía una luz pequeña para no tener miedo.
Apagué la luz y metí la cabeza debajo de las sábanas.
Después de 30 segundos la saqué, pero no abrí los ojos.
Notaba algo raro como una presión en la frente. Estaba demasiado asustada para abrir los ojos.
Después de 1 minuto de estar con los ojos cerrados pensé que ya me había acostumbrado a la oscuridad y los abrí.
Cuando los abrí me quedé mirando al techo.
Pero... Solo veía negro.
No había ningún rayo de luz, a pesar de que había dejado la luz pequeña encendida.

Me giré a la derecha y mi cara estaba en el borde de la cama.
Me medio levanté para comprobar si la luz la había puesto.
Y cuando estaba levantando la cabeza me choqué contra algo.
Parecía algo de metal por que me había hecho daño.
Miré para arriba, siguiendo una silueta que podía alcanzar a diferenciar.

Me quedé en silencio sin moverme...
Parecía una persona.
No podía ser mi padre ni mi hermano, era demasiado alto...
Alcancé ver un movimiento de lo que parecía ser un brazo acercándose a la luz y la encendió.
No era la misma lámpara que tenía yo. Tenía un color muy rojo y apagado.

Volví la mirada hacia arriba y vi lo que era.

Era un hombre con una máscara que le cubría casi toda la cara. Con una pistola apuntándome justo en la frente. Vi como sacaba lentamente un bisturí de su bolsillo y me lo ponía en el cuello.
Se acercó y me murmuró al oído:
"Shhhh... Tranquila... No hagas ningún ruido"

Después se me nubló la vista y me desmallé.
Me desperté en mi cama, como cualquier otra noche.
Pero entonces, noté una gota caliente y espesa que me caía y me resbalaba por todo el brazo.

Me toqué el cuello... Y no tenía piel.

Me desmallé de nuevo y me volví a despertar en mi cama, con la cabeza metida entre las sábanas.
"Parece que ha sido un sueño"

levanté la cabeza para comprobar si estaba la luz puesta.

Cuando estaba sentada y con el cuello estirado... Me agarró una mano de la cara y me metió al armario.

"Ras,ras (sonido de cuchillo en la madera), no me verás, vendré a por ti y lo notarás, ras, ras, no hagas un ruido o lo lamentarás, RAS, RAS!!"

Me empezó a sangrar otra vez el cuello, de la misma forma que en mi sueño.

Días después encontraron mi cuerpo en el armario, nunca encontraron al culpable.

Me he dado cuenta escribiendo está historia q tengo una obsesión con los armarios XDDDD