Capítulo 1: El encuentro

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Ha sido difícil, pero al fin he podido concluir mis estudios. Estoy tan orgullosa de mí misma.

Decidí mudarme de ciudad para poder encontrar la total plenitud, tener nuevas experiencias, no sé... no quiero quedarme estancada y que mi vida se vuelva una basura repetitiva y aburrida.

Llegué aquí hace dos días. Parece un lugar tranquilo, incluso la gente. Mi departamento tiene lo necesario y me encanta estar sola. O, mejor dicho, tuve que aprender a sentirme cómoda así. Nunca he sido de muchos amigos, generalmente las personas se alejan de mí y nunca he logrado entender por qué. ¿Le doy miedo a la gente? ¿Soy fastidiosa? ¿Un poco rara? Ni idea. Prefiero no dar tantas vueltas en mi mente, solo quiero una vida tranquila. Aunque, debo admitirlo, desearía compartir esa vida tranquila con alguien.

Demonios, tengo que aprender a soltar las cosas tristes. Son las 9:00 a.m., no debería estar pensando estas cosas desde temprano. Preferiría ir a dar una vuelta por el centro de esta linda ciudad y consentirme un poco... ¡Café! ¡Un café me vendría de maravilla!

Exploré las calles y avenidas de (_____), me parecía rara la sensación de nunca haber estado aquí, pero al mismo tiempo me sentía feliz, era la ciudad en la que siempre había querido vivir

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Exploré las calles y avenidas de (_____), me parecía rara la sensación de nunca haber estado aquí, pero al mismo tiempo me sentía feliz, era la ciudad en la que siempre había querido vivir. De un momento a otro ya me encontraba en un callejón lleno de restaurantes pequeños. Me decidí por Iggy's Coffee, se veía bastante acogedor.

En la cafetería

Afortunadamente no hay tanta gente como imaginé, es perfecto para mí. Podré dejar la paranoia un rato y disfrutar mi estancia aquí. Me pongo nerviosa cuando estoy en multitud e imagino que no dejan de mirarme.

Entré y pedí un café con leche, me gustan las cosas sencillas. Después de pagar, me senté en una de las mesas cercanas a la ventana para esperar mi pedido. La vista era agradable. Amo la naturaleza, en especial los árboles grandes.

Me quedé viendo hacia afuera algunos segundos, hasta que llegó el mesero con mi café. Lo dejó en mi mesa y le agradecí. En ese mismo instante, un joven que pasaba caminando se detuvo frente a la ventana. Noté que veía hacia adentro de la cafetería... ¿me habrá confundido con alguien más? Vi detenidamente su rostro para comprobar si era algún conocido y resultó ser que no, pero ahora ese era mi único deseo: conocerlo. ¿En verdad existe alguien con tan perfectas facciones? «Su barbilla me encanta», pensé.

Giré mi cabeza hacia un lado para disimular que lo vi a los ojos, pero, vamos... tenía unos hermosos ojos azules. Yo ya estaba demasiado sonrojada.

De la nada el mesero regresó.

—Una galleta gratis para usted, señorita. Por ser la primera vez que nos visita. —dijo con una sincera sonrisa en su rostro.

—Gra... gracias. Qué amable. —Apenas y podía hablar por culpa de mis nervios—. «¿En verdad recuerda a todas las personas que vienen a este lugar? Maldito loco».

Desesperado (Jotaro x Lectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora