❝Se siente ansioso y desespera en todo que lo involucre con su pasado y ese dulce amigo de la infancia que atesora. ¿Harías eso por amor? Aún cuando pasaron 10 años❞
༄Créditos al autor del fanart de la portada: Mitsuo Parker❤❤❤
Un nuevo día, pero era igual de monótono que el anterior. Ya no conocía la emoción de despertarme pues murió hace mucho.
¿Acaso era normal?
Tendí mi cama y ya vestido salí de mi cuarto. Ni siquiera era mi propia casa, era los dormitorios de la academia, la más prestigiosa de Seúl.
Tomé un emparedado de la mesa. Era unos quince minutos de caminata hasta su salón, tiempo más que suficiente para comer.
El clima templado, pero con un cielo blanco, era horrible.
Deseaba tanto volver a ver el azul, el rosado y...a alguien de verde cabellera. Aún pasado diez años después de lo ocurrido, él seguía en mi mente.
Seguía pensando en mi primer amor.
Cierto éramos niños ingenuos, eso siempre me digo, pero no pude experimentar las mismas emociones con mis novias en la academia.
Ellas terminaban la relación luego de unas semanas, siempre con la misma frase.
''No deberías estar con alguien que no te gusta''
Por eso decidí parar, era algo insano lo que hacía. Nadie podría reemplazarlo.
Llegue al aula, estaba vacía por suerte. Me recuesto en mi carpeta, solo tenía que seguir por unas horas más, las últimos horas hasta que me gradúe.
Para volver como un adulto al lugar donde comenzó todo.
Unas inocentes promesas en un jardín con un cerezo que floreció, esa vez, para unirnos...
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La esperada primavera llegó al fin, los botones de los cerezos florecieron majestuosamente y un Japón más modernizado, esta vez, recibía los pétalos en el aire.
El Estado daba comienzo a un nuevo plan de gobierno que comenzaba a dar resultados.
La bienvenida a un Japón más moderno y, pronto, una de las potencias mundiales.
Esa idea motivaba a sus ciudadanos, sin embargo, una buena parte veía con temor a que sus tradiciones se olvidaran.
La familia Todoroki, de prestigioso e histórico linaje, se mantenían con sus vestimentas tradicionales y vivían en su mansión al estilo japonés antiguo. Supieron permanecer intactos ante los cambios de los siglos y para ellos las tradiciones son importantes.
Vivían de acuerdo a las reglas de los familiares mayores y apartados de la tecnología.
—Mira, madre —el más joven de la familia habló—. Los cerezos ya florecieron, ¿podríamos ir al jardín?
—En un momento, Shōto —mientras acariciaba la cabeza del infante—. Tengo que ir a atender a alguien, mientras puedes ir al jardín.
—Te esperaré allí —dijo por último para darse la vuelta y caminar hacia el jardín.
