El olor a vainilla inundaba toda la habitación y él no podía estar más feliz por eso, era su aroma favorito si se trataba de dar un baño relajante. El agua que reposaba en la tina estaba tibia por lo que arrojó una de sus bombas de baño efervescentes que tiñó de colores todo el líquido claro. Prendió la última vela y finalmente se introdujo dentro de la bañera.
Había sido un día realmente agotador. Ir de compras en Bangkok se había vuelto una tarea insufrible gracias al tráfico de la ciudad, la cantidad de personas que abarrotaba las calles era impresionante. Mientras se hundía más en esa tina, no podía entender cómo era posible que tanta gente viviera entre aquel bullicio, a Nine le había bastado un día para agradecer a todos los dioses que la mansión de su familia quedara alejada de todo eso.
Estaba casi desfallecido pero feliz porque todo había valido la pena.
Había encontrado los outffits perfectos para el viaje a Grecia que tendría con Joss la próxima semana. Así que cuando cerró sus ojos y se visionó junto a su novio disfrutando Santorini casi pudo olvidarse del agitado día que había tenido.
Nine suspiró tan relajado y con los ojos aún cerrados imaginando su delicioso viaje que cuando su celular sonó casi saltó del susto. Malhumorado por la interrupción, estiró el brazo y contestó.
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– Y es así como todos vivieron felices para siempre...
Las niñas suspiraron al unísono y corrieron a llenarlo de abrazos, mientras que los chicos corearon "otro, otro, otro". Earth estaba fascinado con estar ahí, junto a ellos. Las encargadas del lugar veían enternecidas la escena, y es que parecía increíble que un joven como él tenga el corazón tan noble como para pasar todos sus viernes jugando y leyendo cuentos a niños que desafortunadamente habían sido abandonados.
– Chicas, van asfixiar a Earth de tanto amor, miren que ya no va a querer regresar – Habló Sammy, una de las encargadas con más experiencia del lugar que había llegado a su rescate, entonces todas ellas dejaron de abrazarlo y con sus ojitos demostraron preocupación por no verlo más. Earth, el mejor amigo de todos ellos no podía dejar de venir.
– No digas eso Sammy, además todavía tengo una obra que terminar –Earth señaló el blanco mural que estaba al centro del lugar – Ya he convencido a un par de mis amigos para que vengan a darle algo de vida a ese mural, estaba pensando que podemos colocar un paisaje bonito con nubes y con un arcoíris al final.
– ¡Y también podría haber un río con peces dorados!
– ¡Y unos conejos saltarines!
– ¡Y una casita de enanos!
– Niños...–Sammy nuevamente intervino para evitar la avalancha de ideas que los niños tenían en su cabeza, Earth solo asentía feliz a cada una de ellas y les devolvía una sonrisa– Eres muy noble Earth, vamos a esperar con ansias el próximo viernes.
