Hija de Dios II (Jorobado De Notredame)

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¡Busquen la!, busquen a ___ Thargeen, a traicionado la fe de Dios, a traicionado mi confianza, traigan a esa mujer pecaminosa a mis manos para que pueda ser purificada y que su piel no sea consumida por las llamas del infierno, busquenla, ¡hasta el último rincón de todo París!

Aquel fue el mandato de Frolo ante sus guardias justo después de dos días de llevar Desaparecida, cada casa fue revisada meticulosamente, cada callejon, cada pequeño hogar y aún así no lograron encontrarla, es por que a aquel hombre nunca se le pasó por la cabeza buscar en aquel lugar donde escondía a aquel chico con ciertas peculiaridades

—Muchas gracias, Cuasimodo—habla la chica al resivir aquella comida

—n-no hay de que—ciertamente ella estaba ahí desde hace 12 horas en las cuales el chico se mantuvo alejado de ella a pesar de que a ella no le parecía molestar su condición

—son muy bellas las figuras que haces, ¿te cuesta mucho hacerlas? —el niega mientras se acercan a la mesa donde están las figuras—tienes un talento muy hermoso—el pelirrojo aparta la mirada sonrojado

—muchas gracias ___....—vuelve a mirarla y puede notar cierta pisca de tristeza en su mirar—¿Tienes algún talento?—ella lo mira y se para un poco a pensar

—pues...hace mucho tiempo hacía melodías con el arpa, siempre se las dedique a Dios o al padre, pero Frolo decidió que debía emprender mi vida totalmente como monja, no en hacer gracias—le sonríe entre apenada y burlesca—aunque nisiquiera logre ser una monja hahaha

—¿por qué decidiste dedicar tu vida a la iglesia? —el se sienta prestando toda su atención

—...yo era muy pequeña, apenas caminaba, no se por que me encontraba en las calles de París, todos son recuerdos nublados por los años pero...algo que recuerdo muy bien fue que al anochecer del primer día un ángel me tomó en brazos y calmo mi hambruna y mi frío...poco a poco fui creciendo y no me separe del padre de la iglesia—Cuasimodo sonríe con gracia, pero unos pasos lo alertan

—Frolo...—toma a ___ y la lleva hacia las afuera del lugar, donde se encontraban las gárgolas—no hagas ruido—rápidamente se regresa, toma un rasimo de uvas y se para frente al final de las escaleras—ho.Hola—le sonríe a la figura frente a él, quien lleva una mirada tan fría como las campanas de Notredame

—Hola, Cuasimodo—se acerca a él y pasa de largo, sentándose en una banca, Cuasi deja las uvas sobre la mesa y se sienta frente a el

—disculpe la pregunta señor, pero e visto como los soldados se han estado moviendo mucho por la ciudad, ¿a ocurrido algo?—trata de comportarse curioso para poder ocultar su nerviosismo entre las preguntas

—Nada que te concierne—come una uva mientras mira el lugar pasando su mirada por las figuras de madera viendo especialmente una de lo que parecía un hombre de camisa blanca y pantalones purpura—los mejor es que no metas tus narices donde no te concierne—toma la figurilla y mira a cuasimodo el cual trata de mantener bajo su nerviosismo, instantáneamente Frolo comienza a buscar por el lugar, moviéndose por los lugares en que el pelirrojo suele trabajar, hasta que encuentra aquella figura con un vestido negro y lo que parece un vuelo blanco, se gira y mostrando la figura pregunta— ¿donde esta?

—¿Q-quién? —El retrocede ante los pasos decididos de Frolo

—dime donde está, en este instante y no tomaré represalias contra ti—Cuasimodo desvía su mirada sin querer hacia el escondite de ___, al darse cuenta, el hombre mayor camina decidido hacia aquel lugar encontrando....

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