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8 años atrás.

Yoo Taeyang.

¡Muchísimas felicidades hijo! — Habló mi madre mientras me abrazaba. — Obtuviste uno de los mejores promedios de tu generación.

Estamos muy orgullosos de ti Taeyang. — Mi papá sonrió. — Sabíamos que este cambio iba a ser para bien.

Aún hablar del cambio me dolía mucho. Incluso prefería que no lo mencionarán.

Gracias padres. — Sonreí — Los profesores me dijeron que el promedio ayudará mucho para mi admisión en la Facultad de Biología. — Acomodé mi cabello. — Debo ir a presentar mi examen ahí.

Estamos seguros que quedarás ahí. — Ambos sonrieron. — Eres un chico muy inteligente. — Se acercaron y me abrazaron.

¡Mamá! ¡Papá! ¡El cabello lo arruinan! — Hablé mientras se separaban de mi y acomodaba mi cabello.

¡Lo sentimos! — Rió bajo mi madre. — Tus compañeros te esperan, corre. — Dicho eso me despedí de mis papás y me acerqué a ellos quienes estaban acomodándose para tomar la foto de generación.

Habían pasado 2 años desde que vivía aquí. Seúl era muy grande debido a que era la ciudad principal y capital de Corea del Sur. Me gustaba mucho el ambiente que se podía vivir aquí pero extrañaba Busan.

Los primeros días fueron difíciles para mi por qué trataba de adaptarme a la nueva vida, a la nueva casa, y a la nueva escuela por suerte Zuho estuvo todo el tiempo conmigo ayudándome a hacer de este cambio algo menos difícil.

Una semana había pasado y no recibí llamada ni mensaje alguno de Hwiyoung. ¿En verdad no estuvo interesado en hablar conmigo? ¿No se estuvo preguntando por qué desaparecí de repente? ¿Estuvo pensando si aún lo quería?

Miles de preguntas pasaban por mi cabeza en ese momento mientras me maldecía por no aprenderme el número de Hwiyoung de memoria.

En estos 2 largos años nunca recibí ni supe nada de Hwiyoung. Hasta hoy en día sigo esperando por aquella llamada que estoy comenzando a pensar que jamás llegará. En estos momentos estaba graduándome y siempre me había imaginado este momento en donde Hwiyoung estuviera aquí dándome todo su apoyo pero eso no era posible.

Me rehusaba a pensar que con el tiempo el me olvido. Si eso pasó sería demasiado duro por que yo a él no lo había olvidado y estaba seguro que no podría hacerlo.

Taeyang — Se acercó Zuho — ¿Qué haces aquí sentado? — Me miró — Todos están yendo a casa de un compañero a beber algo. ¿Por qué estás aquí? — Yo no despegaba mi mirada de él celular. — Ya entendí. — Se sentó a mi lado. — ¿Sigues esperando la llamada de Hwiyoung? — Lo miré y asentí. — ¿En verdad no te ha llamado desde que estás aquí?

No. — Suspiré — No he vuelto a saber nada de él desde aquella ves que lo dejé en su casa. — Agache mi mirada. — Tal vez ya no le importo.

Perdóname por esto Taeyang pero — Se acercó a mi para tomar mis hombros. — es evidente que el no va a escribirte ni a llamarte. No lo hizo en todo este tiempo y no lo hará. — Palmeó mi espalda. — Tienes que dejar de sentarte a escondidas de todos a mirar el celular esperando una llamada que tú también sabes que no va a llegar.

Es que no lo entiendo Zuho — Regrese mi mirada al celular. — ¿Qué fue lo que pasó? — Lo miré — Sigo sin entender la decisión tan drástica de mis padres de venirnos a vivir aquí. — Estiré mi cuerpo para que mi espalda sintiera el escalón detrás de mi. — Incluso sigo sin entender por que no me dejaron despedirme de él. Algo esconden.

Tal vez merezcas las respuestas a todas esas preguntas. — Lo miré extrañado. — Llegó el momento de que enfrentes a tus padres y les preguntes que fue lo qué pasó.

Mis padres son personas muy ocupadas — Me quejé — Incluso me sorprende que estén aquí. Todo el tiempo están trabajando; hablar con ellos no es opción.

Pues tendrás que buscar el momento por qué si las respuestas a todas esas incógnitas es lo que te está quitando la paz interna entonces necesitas respuestas lo más pronto posible. —.

Zuho tenía razón necesitaba respuestas a las preguntas que desde que estamos aquí me he estado haciendo y las cuales no me dejaban dormir tranquilo.

(...)

Regresé a casa casi a la medianoche debido a que estaba celebrando con mis compañeros la graduación. Después de esto cada quien seguiría su camino, otros irían a estudiar fuera de Corea y con algunos si coincidiría ya que no era el único que estudiaría Biología en la Facultad.

Las luces de mi casa estaban encendidas lo cual me pareció raro ya que mis padres a esta hora deberían estar durmiendo. Me puse al pie de la puerta para poder introducir la llave cuando escuché voces; voces demasiado fuertes a decir verdad.

¡No podemos seguir así! — Mi madre habló fuerte. — No podemos seguir fingiendo que no pasó nada y que no sabemos nada. — Con cada palabra mi madre subía el tono de su voz.

¿Qué quieres que hagamos? — Esa era la voz de mi padre. — ¿Qué le digamos qué fue lo qué pasó? — Escuché pasos — No creo que lo tomé muy bien. Te recuerdo que este problema es igual tuyo por qué también estuviste de acuerdo.

Se que estuve mal y hasta ahora me doy cuenta de eso. Aún sigo sin permitir que el sea el chico que es pero aún así no es justo para él. — Mi madre estaba muy molesta.

Tampoco estoy de acuerdo pero lo mejor que pudimos hacer es alejarlo de ese chico. Aún era muy joven y al parecer ya se olvidó de él. — Mi padre también estaba molesto pero su tono de voz era normal.

¡Entiéndelo, Taeyang no merece esto! — ¿Estuvieron hablando todo el tiempo de mi? — El merece saber la verdad. El merece saber cuál fue la razón por la cual lo sacamos de Busan. — Mi corazón se comenzó a acelerar. — Además, ¿Tu crees que en algún momento el no va a entrar aquí con esas preguntas exigiendo unas respuestas?

No tenemos por que responder a sus cuestionamientos. Fue la mejor decisión para él. — Mi padre era la persona más fría del mundo.

Haya sido o no la mejor decisión merece saberla. El afectado aquí fue él. Le quitaste cualquier contacto que pudiera tener con ese chico y el aún sigue esperando que lo llamé. — ¿Están hablando de Hwiyoung? — ¿Crees que no notó que nuestro hijo se queda mirando el celular fijamente esperando que en la pantalla sea ese chico quien lo llama? —.

Tu y yo sabemos perfectamente que eso no va a pasar. — Mi padre habló.

No podía soportar más esto. Necesitaba respuesta en este preciso momento y las necesitaba conseguir a cómo diera lugar. De todos modos, el tema ya lo estaban tocando ellos.

Sin pensarlo mucho, introduje la llave para abrir la puerta de mi casa y entré. Por sus gritos no escucharon la puerta abrir y tampoco habían notado que se había abierto.

— ¿Qué es lo que se supone me tienen que contar? — En cuanto escucharon mi voz ambos me miraron fijamente preocupados. — Se que tienen que decirme algo. Vamos, los escucho. — Me cruce de brazos y los miré fijamente esperando que hablaran y me dieran respuestas a lo que ellos sabían perfectamente yo tenía duda.

Why Don't We | TaeHwiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora