Hoodie

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-¿Cómo te va hasta ahora?-Cuestionaste, deslizando fácilmente las piernas debajo de la mesa para poder sentarte junto a Marcus en la mesa designada de "ratas" junto con Petra, Billy y Lex

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-¿Cómo te va hasta ahora?-Cuestionaste, deslizando fácilmente las piernas debajo de la mesa para poder sentarte junto a Marcus en la mesa designada de "ratas" junto con Petra, Billy y Lex. Pusiste la bandeja de la cafetería, mirando la comida con disgusto, ya que habías perdido el apetito hace un rato.

- Se las arregla para ser golpeado todos los días si eso es lo que estás preguntando.- exclamó Lex, con una risa ronca que dejó sus labios cuando Marcus le hizo una cara desagradable y puso los ojos en blanco por la molestia.

- Aww no tan bien entonces.-Hiciste un puchero, colocando un dedo debajo de la barbilla de Marcus para ver el daño que sin duda Chico habría causado, su grupo era un montón de pollas egoístas que disfrutaban al ver a otros doloridos.

Efectivamente, tenía un moretón nuevo sobre el ojo y un corte desagradable en el puente de la nariz. Al rozar el pulgar contra el moretón teñido de verde, te quedaste sin aliento mientras él apartaba la mano de él.

-Si te vas a burlar de mí, date prisa.-suspiró, girando el tenedor metálico en su comida antes de mirarte de reojo esperando tu comentario sarcástico.

-No estaba...-comenzaste a defenderte pero te detuviste cuando él se encogió de hombros, volviendo su atención a los guisantes descuidados en su plato que aún no había comido.

-¿Por qué viene Brandy aquí?-Siseó Petra, haciendo que el grupo se volviera hacia su mesa mirando atentamente mientras la rubia nazi de pelo rubio se pavoneaba hacia ellos con un cartón de leche con sabor en la mano.

-Hola a todos, acabo de venir aquí para felicitar a Leah por alcanzar oficialmente el estado de puta.-exclamó de pie en la parte delantera de la mesa dirigiéndose al grupo, con una sonrisa en su rostro mientras te negabas a hacer contacto visual con ella.

Sabías de qué estaba hablando, lo que hizo que los latidos de tu corazón se aceleraran preguntándote cómo se enteró en primer lugar.

Caminando hacia ti, sostuvo el cartón de leche sobre tu cabeza y antes de que pudieras tomar represalias, sentiste que el líquido con sabor a chocolate frío penetraba en tu cabello y bajaba por tu chaqueta y todo tu pecho.

El sonido de la risa se escuchó en toda la cafetería mientras intentabas limpiarte la leche de la cara y saborearla en el proceso.

- Bien, quieres llamarme puta, adelante, veamos cómo todos los demás piensan en mí después de hacer esto.-escupiste en su zapato antes de pararte en tu lugar, impredeciblemente comenzaste a desabrochar el desgarro del blazer escolar cubierto de leche con chocolate quítalo y colócalo sobre la mesa dejándote con una camiseta blanca.

-Pero, por supuesto, esto no es suficiente para ti, Brandy, ¿verdad?"-Cuestionaste mientras cruzabas los brazos con las manos para agarrar el dobladillo de la camiseta blanca ahora manchada y tirar de ella en un movimiento rápido dejándote en tu costosa marca de encaje. sujetador lencero negro.

Un alboroto de vítores y aplausos comenzó cuando te quedaste allí, con las manos colocadas en tus caderas una sonrisa maliciosa en tu cara mientras Brandy besaba sus dientes resoplando y volteando, volviendo a su mesa de "legado".

-Mierda Leah.-Exclamó Petra, comenzando a aplaudir junto con todos los demás asombrados por sus acciones audaces.

Sabías que los chicos de tu mesa te mirarían especialmente, mordiéndote el labio, moviste tu mirada hacia Marcus, cuyos labios estaban separados de lo que no podías descifrar como sorpresa o conmoción. Dándole un guiño astuto, captó su reacción por el rabillo del ojo mientras se sentaba de nuevo. La vista de sus mejillas enrojecidas era adorable, era fácil ponerlo nervioso.

Por una vez en tu vida, habías dejado sin palabras a Lex y Billy, lo que te hizo celebrar internamente, la falta de comentarios descarados te hizo sentir realizado.

Después de un tiempo torpemente largo, sin camisa, comenzaste a temblar ligeramente debido a la frescura de la habitación. La morena rizada se había dado cuenta de lo incómodo que empezaba a sentirse.

-Leah, aquí.-murmuró, comenzando a quitarse su sudadera negra y cómoda, ya que era la opción más sensata además de estar sin camisa.

-Gírate de lado.- le ordenó mientras tirabas una pierna sobre el banco, sentándote de lado y frente a él.

-Brazos arriba.-Él cantó alegremente, lo que era todo lo contrario de cómo se sentía antes, tal vez lo animaste con tu acto. Obedeciéndole, levantaste ambos brazos en forma de Y, haciendo el proceso más fácil para él.

Colocándolo sobre tu cabeza, él ayudó a bajar las mangas hacia tus brazos. Sus ágiles dedos rozaron tu torso mientras intentaba tirar del resto de la sudadera hacia abajo sobre tu figura, provocando la aparición de piel de gallina.

-Gracias.-susurraste al notar lo esponjoso y cálido que estaba alrededor de tu cuerpo, tenías que abstenerte de dejar escapar un suspiro de satisfacción.

Nunca había visto a Brandy haber sido tan humillado en mi vida", exclamó Billy, alabándote cuando comenzó a reírse de la escena que se deshizo ante él hace solo un par de minutos.

-Ella se lo merecía.-respondiste con sarcasmo mientras el grupo tarareaba de acuerdo con tu declaración.

-Y ahora vas a tener otro objetivo en tu espalda.-dijo Marcus a sabiendas, lo que provocó que emitieras un gemido de insatisfacción.

-Él tiene un punto, ella hará cualquier cosa para vengarse de ti por eso.-dijo Lex, con la pierna cruzada sobre la mesa mientras se recostaba cómodamente contribuyendo a la conversación.

-Sobreviviré, siempre lo hago.Te encogiste de hombros, levantándote la sudadera para cubrirte la cabeza de aburrimiento.

Después de usar el resto de tus clases de la tarde para contemplar si deberías devolverle la sudadera con capucha de Marcus, decidiste saludarlo personalmente en su habitación.

Doblando muy bien el jersey negro, lo abrazó inhalando el aroma de él que permaneció en él y le hizo sonreír. Te gustaba más de lo que mostrabas.

Recorriendo los pasillos casi torpemente, te detuviste en la puerta de la habitación compartida de él y Shabnams, exhalando para liberar algunos nervios antes de levantar el brazo en una posición de golpe.

Antes de que pudieras llamar, la puerta se abrió revelando a Marcus, sin camisa, que parecía igualmente aturdido de verte.

-Leah.-exclamó, levantando las cejas mientras intentaba abrocharse rápidamente la camisa blanca cuando te vio.

Tus ojos se detuvieron en las manchas de tejido blanco con cicatrices que le recorrían el pecho mientras las cubría.

-Marcus, eh, aquí.-susurraste en voz baja, entregándole la sudadera doblada mientras intentabas comprender lo que acababas de ver.

-No es nada Leah.-dijo refiriéndose a sus cicatrices mientras sonreía suavemente, se podía ver la angustia en sus ojos mientras revivía los recuerdos de la casa de los niños haciendo que dejes escapar un suspiro.

-Si alguna vez quieres hablar de eso, soy todo oídos.- ofreciste, frunciendo el ceño cuando él asintió en respuesta, murmurando un pequeño agradecimiento por devolverle la sudadera.

-¿Te veré mañana?.-Preguntó mientras comenzabas a alejarte de la habitación y retroceder por los muchos pasillos confusos de Kings Dominion.

-Quizás.-Exclamaste, echando la cabeza por encima del hombro y sonriendo descaradamente mientras él te veía partir.

𝑶𝒏𝒆 𝑺𝒉𝒐𝒕𝒔 "𝑴𝒂𝒓𝒄𝒖𝒔 𝑳𝒐𝒑𝒆𝒛"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora