>> Harry no era idiota, sabía que Louis le estaba ocultando algo hace bastante, pero nunca preguntó para no hacerle creer al mayor que no confiaba en él. "Louis, no entiendo nada. ¿Puedes decirme qué demonios me estás ocultando?".
Louis temblaba, pero no entendía del todo porqué; tal vez porque estaba por contarle a la persona que amó durante casi nueve años que lo había estado engañando los pasados cinco meses con Sam, su 'mejor amigo'. Cuando Louis le decía que iba a salir con Sam a un club, en realidad se iba a su departamento a hacer de todo menos hablar- cuando volvía al otro día y Harry le preguntaba cómo la había pasado, él simplemente le mentía y se disculpaba por no avisarle que no llegaría a casa a dormir; pero al rizado no le importaba, porque confiaba ciegamente en el mayor, no lo creía capaz de engañarlo. Que confundido estaba.
"Harry, antes que nada, quiero que sepas que te amo. Nunca amé a nadie de la forma en la que te amo a ti, y sé que vas a odiarme cuando sepas la verdad. Y lo entiendo, me merezco tu odio y repudio". El ojiverde no entendía, pero se limitó a asentir y a susurrar un apenas audible 'Yo también te amo', esperando que Louis no lo haya escuchado; pero lo hizo, y esas cuatro palabras terminaron de romperlo. No aguantó, tenía un nudo en la garganta hace horas, y ahora se daba el lujo de llorar abiertamente. Esperaba que Harry lo abrazara, le dijera que todo estaría bien, como siempre hacía cada vez que el ojiazul lloraba- pero no lo hizo, porque Harry ya sabía lo que estaba tratando de decir; se dio cuenta al entrar a la habitación y ver a Louis usando un suéter que no era ni de él, ni del mayor. No le pertenecía a ninguno de los dos, pero ya lo había visto antes. Se lo había visto puesto a Sam el día que vino junto a Zayn, Liam, Niall y Mitch a cenar, hace apenas dos semanas. Sabía que Louis le ocultaba algo hace mucho, pero nunca lo creyó capaz de engañarlo.
El rizado suspiró, alejándose un poco del chico que no podía dejar de llorar frente a él. "Ya sé que me estás engañando con Sam, Lou; tienes su suéter puesto. ¿Por eso las maletas? ¿Te vas con él?", y Louis sintió su corazón romperse aún más, porque no quería esto. No quería que Harry se alejara, pero ¿qué esperaba? Harry no era idiota, en algún momento iba a darse cuenta. Estaba usando el maldito suéter de Sam, ¿cómo pudo ser tan imbécil? Sabía que había perdido al rizado cuando lo sintió alejarse y pegar su espalda contra el cabecero de la cama.
Harry se alejó de Louis, y no podía estar más roto; la persona con la que compartió ocho casi nueve años de su vida se había aburrido de él para irse con otro, y se lo merecía por ser un arrogante hijo de puta que no sabía cuándo disculparse. Se lo merecía por causar todas sus peleas, por ser tan celoso y posesivo, por ser tan inseguro. Louis había logrado derribar todas esas paredes que había construido al rededor de su corazón para protegerse. No quería salir lastimado, no de nuevo. Por ocho años intentaron ser libres, poder salir de la mano sin que alguien se enojara con ellos y les prohibiera que siquiera hablaran en público- lo intentaron durante mucho tiempo, y cuando por fin lo lograron, cuando por fin pudieron besarse y gritarle al mundo que se amaban con cada pedazo de sus almas, todo se iba a la mierda; y Harry tenía la culpa. Tenía la culpa de todo como siempre. Siempre era el causante de las peleas, siempre hacía enojar a Louis con sus jodidas inseguridades. ¿Qué esperaba? ¿Tener una historia de amor como la de los cuentos? Claro que no, todos se cansaban de él y lo cambiaban por alguien mejor. Aunque todos eran mejor que él, pero dolía; dolía porque Louis le había prometido amarlo hasta dar su último aliento, hasta que su cuerpo deje de funcionar, incluso después de eso seguiría amándolo. Pero por supuesto que eso no sucedería, el amor no es eterno, en algún momento se acaba- el amor es como un reloj de arena; comienza, la arena cae y el tiempo pasa, pero en algún momento el último grano de arena cae. Ahí estaban Louis y Harry, pero lo prolongaron mucho tiempo porque ninguno estaba listo para decirse adiós. No estaban listos para soltarse.
"Lo amo, Harry", susurró el mayor sin levantar la mirada de sus manos entrelazadas sobre su regazo. "Pero también te amo a ti, y no quiero hacerte más daño. No mereces a alguien que te engañe, que dude de su amor por ti. Por eso hago esto, tienes que entender, por favor".
Harry no lo soportaba, no soportaba perder a su alma gemela, por lo que se levantó de su lugar en la cama y se acercó a la puerta con la vista fija en el suelo. Pero antes de abrir la puerta, juntó fuerzas desde el fondo de su ser para darse vuelta y encontrarse con esos ojos azules de los que está completamente enamorado, y decir; "Te amo, y quiero que seas feliz, aunque no sea conmigo. Está bien, lo amas a él, lo entiendo. Sabía que en algún momento te aburrirías de este desastre, pero siempre vas a ser mi porque, no importa si me amas o no; siempre vas a ser mi alma gemela, aunque sé que eso te parece una idiotez. Eres la mía, y doy las gracias por haberte encontrado, pero ahora tengo que soltarte para que seas feliz. Y aunque me duele como el demonio, debo hacerlo". Y con eso, Harry miró por última vez a esos ojos azules como el mismísimo mar, y se dio vuelta saliendo de la habitación.
Cerró la puerta, y Louis sabía que no había forma de abrirla de nuevo. No para él. <<
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after all this years. | l.s.
FanfictionEn donde Louis y Harry estuvieron juntos durante seis años, hasta que Louis se enamora de Sam y deja a Harry en Londres, para irse con su nuevo amor a Los Ángeles. Cuatro años después se reencuentran en una entrega de premios y Louis se da cuenta de...