CAPÍTULO 27

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—¿Es-Está vivo?— Escuché vagamente la voz de Yerin, para después oír a Taehyung y SeokJin entrando al callejón, gritando mi nombre

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—¿Es-Está vivo?— Escuché vagamente la voz de Yerin, para después oír a Taehyung y SeokJin entrando al callejón, gritando mi nombre. Todo se volvió demasiado confuso para ese punto, era yo tratando de controlarme, calmar a mi omega interno que me pedía ponernos a llorar al ver el cuerpo de Jinwoo en el suelo, con los restos de lo que fue un ladrillo cerca de su cabeza.

No lo pensé, no lo planeé ni mucho menos imaginé que terminaría de ese modo. Cuando giré para entrar al callejón, Jinwoo me daba la espalda mientras golpeaba a Yerin, quien estaba tirada en el suelo hecha un ovillo, cubriéndose el rostro y el estómago. La rabia que sentí fue
suficiente para que observe a mis lados, encontrándome con unos ladrillos viejos y abandonados apilados unos sobre otros, tomé el que estuvo más cerca y corrí hacía él, para el segundo en que los ojos de Yerin me miraron, ya el cuerpo de Jinwoo caía al suelo en cámara lenta, junto con el ladrillo roto.

—Demonios, Jimin.— Niall le tomó del brazo, sacudiéndome ligeramente. —Amigo, dime que estás bien, por favor. Mírame.

Salí del trance en el que me encontraba cuando su cuerpo rodeó el mío y me abrazó con fuerza, sentí su calidez y fue suficiente para aferrarme a la frágil espalda de mi rubio amigo, dejando que mi omega sea libre, que mi cuerpo tiemble y que mis ojos se llenen de lágrimas
contenidas, mientras le repetía a Taehyung que quería a YoonGi.

—Llámalo ¿Si? Llámalo, él puede ayudar.

Recordé que YoonGi tenía una reunión y que seguro para ese momento debía estar en ella, pero mi egoísta deseo pudo más, así que apenas un brazo de Taehyung me liberó, saqué mi celular de mi bolsillo y marqué al segundo número en llamadas rápidas. Pegué el aparato a mi oreja y al segundo timbre, escuché la voz de mi alfa, llenándome de una sensación de paz impresionante.

—Hey, bebé ¿Qué pasa?— Preguntó, preocupado. —Ahora deberías estar en clases.

—Lo siento.— Gemí, tratando de aclarar mi garganta. —Lo-Lo siento Yoon, es que... Necesitaba- Necesito escucharte.

—¿Jimin?— Su voz se escuchó mucho más alarmada. —Mi amor ¿Qué ocurre? ¿Por qué lloras?

—Mierda.— Llevé una de mis manos a mis rizos y contuve la respiración por unos segundos, tirando de mis cabellos con algo de fuerza. —Es que... Él, fue él, él empezó a golpear a una
omega y no pude... Mierda, YoonGi, no pensé-Bueno, sí pensé pero... Creí que no debía, no era bueno el-

—Permitirlo.

—Ujum.— Suspiré, apoyándome en la pared que estaba a mi espalda y observando a SeokJin auxiliar a Yerin. —No debía... Permitirlo.

—¿Te hizo algo? ¿Cómo estás?

—No, no.— Negué con la cabeza, aunque YoonGi no podía verme. —Él ni siquiera me vio, sólo... Sólo lo golpeé con un ladrillo que encontré, lo golpee en la cabeza y ahora está... Está en el suelo. Demonios, Yoon.— Me dejé caer hasta que me senté en el piso, apoyado aún contra la pared. —Dime... Dime que todo estará bien. Vamos, dime.

[ 𝓣𝓱𝓮 𝓟𝓮𝓻𝓯𝓮𝓬𝓽 𝓞𝓶𝓮𝓰𝓪 ]: 𝙔𝙤𝙤𝙣𝙈𝙞𝙣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora