Parte 1

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𝓛𝓪 𝓷𝓸𝓬𝓱𝓮 𝓼𝓮 𝓪𝓫𝓻𝓲𝓪 𝓹𝓪𝓼𝓸 𝓮𝓷 𝓽𝓸𝓭𝓸 𝓮𝓵 𝓹𝓾𝓮𝓫𝓵𝓸 𝓭𝓮 𝓚𝓪𝓻𝓶𝓪𝓵𝓪𝓷𝓭.

El joven castaño se encontraba corriendo de los bichos que iban apareciendo en su alrededor, defendiendose de algunos ataques con su espada de diamante encantada, en ese momento estaba agradecido de haber conseguido un arma poderosa, aunque viendo la cantidad de monstruos esta no le iba a ser de mucha ayuda si lograban acorralarlo, asi que, con toda la resistencia que le quedaba decidió correr a la casa de uno de sus compañeros, debido a que la suya no se encontraba cerca.

A lo lejos percibió como la mansión se iba haciendo visible y soltó un suspiro de alivió, trepo la muralla con ayuda de las enredaderas y sin dudar subio las escaleras que dirigian a la casa de su amigo, al llegar al ascensor se quedo quieto — Mejor le aviso, estoy seguro de que las torretas estan activadas —. Sacó su teléfono y decidió por enviar un mensaje.

Rubius

Vegettita! Estoy afuera de tu casa por favor desactiva las torretas :c

Vegetta

Hola hermoso, ya enseguida las desactivó...

Rubius no pudo evitar reír ante el saludo del  pelioscuro, ambos bromeaban constantemente tirandose coqueteos que ya resultaba normal para sus demás compañeros como para ellos.

Un mensaje llegó confirmando que las torretas ya habían sido desactivadas por lo que subió al ascensor y camino por el hermoso puente hasta llegar a la entrada.

A que se debe esta agradable visita Rubius! — exclamó Vegetta asomándose por  la muralla.

Ya anochecio y no puedo ir a casa por la cantidad de bichos. Puedo pasar la noche aquí?

El mayor vio fijamente al castaño, no pudo evitar sonreír al ver su linda gorra de oso y sus mejillas sonrojadas causadas de tanto correr.

Esta bién! Pero me tendrás que dar algo a cambio.

—Claroo lo que necesites, ahora abre la puerta y dame algo de comer que me muero!

Vegetta no pudo evitar reír al escuchar aquello y finalmente bajo para abrirle la puerta a su amigo y dejarlo pasar. Al entrar decidieron sentarse a comer y hablar sobre próximos proyectos o aventuras.

—Que te parece si vamos a minar un dia de estos? Necesito bastante hierro para hacer algo que quiero — dijo Rubius para luego dar un mordisco a su tarta.

—Y que es lo que quieres hacer?

—Es una sorpresa...— contestó sonriente.

—Como sea algo ilegalisimo Rubius —regaño causando una carcajada en el castaño.

—Que noo hombre, no es nada ilegalisimo — contestó imitandolo.

Ambos rieron y Rubius continuó contando al mayor sobre los arreglos que hizo en su casa asi como de otras cosas. Vegetta lo miraba fijamente con una tierna sonrisa, oírlo hablar tan amenamente era lindo, admiraba eso de su compañero, era un hombre apasionado y trabajador. Mientras lo escuchaba analizaba su rostro, el chaval tenia unos hermosos ojos verdes, nariz fina, mejillas levemente sonrojadas y unos lindos labios, el pelioscuro no pudo evitar pensar como se sentirían estos ¿tal vez suaves, agradables, adictivos? pero tan pronto lo imaginó  borro ese pensamiento de su mente. Un leve sonrojo apareció en sus mejillas y no pudo evitar sentirse avergonzado.

Night in Karmaland |Rubegetta|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora