Capítulo único

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El simple hecho de ser un omega no era nada fácil, y Bryan sabia muy bien eso, más que nadie. Ya que él era de la clase inferior de la sociedad, los trabajadores del hogar, los sin derechos, los buenos para nada, los mantenidos, los incubadora humana, entre otros tantos comentarios peyorativos que usaba la sociedad para calificarlos, además el ser un omega hombre no ayudaba a su situación, ya que muchas veces los alfas preferían a las omegas hembras que a los machos, con el argumento de que estas son mejores madres para sus cachorros, cuando en realidad es igual, ya que por el simple hecho de ser omega ya eres una madre de nacimiento, o con dones, el punto es que los omegas son las mejores madres de los tres subgéneros.

Otro aspecto que odiaba de ser omega es el estar ingiriendo supresores y anticonceptivos constantemente, para que su aroma en su celo y su calentura no sean tan alarmantes. El ya ha escuchado varios casos de omegas que han sido abusados y el alfa queda impune, porque en su defensa dice que él omega lo seducía con su aroma en el celo, lo cual es absurdo para Bryan ya que ellos no pueden controlar su olor, hasta cierto punto él considera a los alfas indignantes y soberbios, ya que se creían lo más genial de este mundo, el sistema solar y la galaxia.

Lo positivo para él omega es que ya se habían fundado varías leyes que los protegían de los alfas, aunque fueran pequeñas acciones contaban para mejorar el mundo y dejar la discriminación de subgénero a un lado y coexistir como sociedad. Pero el mundo aún se encontraba lejos de esa utopía.

—Hola lindo - dijo con lujuria y deseo impregnado en su voz, un alfa de cabello negro y piel morena -

—Ángel, déjame en paz, por favor - suplico él omega castaño, mientras forcejeaba con sus brazos para apartar de su camino al alfa -

—No lo creo, un omega tan hermoso como tu no puede andar por ahí sin una marca, déjame marcarte y te podría hasta bajar la luna a tus pies - el omega continuaba golpeando el macizo pecho del moreno y con su mirada gritaba por ayuda, lo malo es que nadie le dirigía ni una mirada, que un omega fuera acosado constantemente era casi tan común como tomar una ducha -

—Alfa, por favor, déjame ir - los ojos del de tez blanca se comenzaban a cristalizar y pequeñas gotas de agua asomaban por su ojos, odiaba no poder defenderse por el hecho de ser un omega débil -

—Que patético Bryan, se supone que eres un hombre, debes saber defenderte - una tercera voz entro a la escena, siendo en este caso una voz con tono demasiado fuerte, él omega dirigió su mirada hacia la dirección de donde surgió la voz, y ahí estaba otro alfa igualmente de tez morena y cabello negro, este se encontraba lo más tranquilo posible guardando sus cosas en su casillero, actuando como si no hubiera una escena repugnante a su lado -

—Es un omega, ¿lo olvidas?, jajaja - dijo el alfa que mantenía al castaño bajo sus brazos, para posteriormente expulsar una risa patética de lo más fondo de su garganta -

—Enserio, aquí tu pareces él omega y no él - dijo el alfa que continuaba guardando sus cosas con aires de sarcasmo, solo les dirigió una vaga mirada y continuó con lo suyo -

—Maldito Rafael, te demostrare que no soy un jodido omega - el de tez blanca fue soltado de los brazos de ángel, y se sintió aturdido al instante ya que las hormonas que desprendían los alfas eran muy fuertes, en ellas y en su olor se podía saber que los dos estaban enojados, no, más bien furiosos -

—Quiero ver que me lo demuestres Ángel, vamos, ven a darme lo que tienes - dijo conforme se remangaba los extremos de su chamarra de cuero -

Bryan era un manojo de nervios, nunca le gustó llamar la atención y eso era lo que ahora mismo estaba haciendo, por el solo hecho de originar una pelea,tal vez si no fuera tan patético y débil esto no hubiera ocurrido.

Celo| O.S| Rafabeche| Omegaverse|+18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora