Entre Mundos

Capítulo I

15/09/2015 1 mes antes

Hoy hace exactamente 1 año desde que mi madre, mi padre y yo nos mudamos a San Mishigan.

San Mishigan, un pueblo tranquilo conocido por sus cristalinos y hermosos arroyos que casi parecieran cristal, de esos que el fondo se refleja claramente. Casi parecieran de aquellos lagos sobre los que lees en libros de fantasía sobre Dioses y criaturas místicas. En resumen un pueblo tranquilo ubicado a tan solo unos kilómetros de la ciudad principal.

Esta tranquilidad que sentía pronto fue invadida por recuerdos.

Recordé la conversación entre mamá y yo hace 1 año.

-Madre... ¿En serio es necesario mudarnos? Podríamos esperar hasta que me gradúe de secundaria, digo afligida de ver a mi madre en un estado nervioso y desesperado como nunca la había visto.

-No, no podemos esperar tanto ¿y permitir que acaben con tu conciencia hasta entonces? No puedo permitirmelo. Mi deber como tu madre es protegerte hasta mi último aliento.

-Mamá tampoco soy un cristal, además podrías enseñarme en casa, dije con una voz rogante acompañada de un inconsciente puchero.

-No hija, ya lo decidimos. Además nos mudaremos a un lugar tranquilo para que te recuperes además ya pudiste observar lo amables que son los residentes en el pueblo y los chicos me parecieron amables.

Actualidad
Mmm... -suspiro larga y calmandamente mientras siento la brisa en golpear suavemente en mi cara.

Estoy en mi habitación.

Mi habitación, mi refugio y lugar testigo de todas mis vivencias escritas. Soy una lectora apasionada pero tan solo una amateur ni siquiera mi mejor amigo Santiago ha leído alguna vez unas de las más de 20 reflexiones escritas en mi cuaderno, originalmente no eran solo esas pero lo que sucedió con los casi 300 escritos es algo que no me gustaría recordar, es una pesadilla que me persigue.

Volviendo a mi habitación es algo normal, no provengo de una familia adinerada ni nada aunque mis padres y mis abuelos siempre han sido personas de determinada clase social y prestigio en nuestro estado.

He estado tan distraída en mis pensamientos que he olvidado la hora.

9:35am
Respiro con tranquilidad.

En serio nunca fui una chica madrugadora pero hoy era un día especial pues Santi pasará a recogerme para dar una vuelta por la ciudad.

Como si de telequinesis se tratara siento el tintineo de una campana.

Santi había llegado.

-Hola Santu!, dije mientras corría a abrazarlo.

-Le...Le...Lexi, dijo mi nombre en recortada mente debido al casi estrangulamiento que yo llamaba abrazo.

Mi nombre es Alexi, pero Santi y mi madre siempre cariñosamente me han dicho "Lexi".

-¿Qué tal? ¿Nos vamos?, dijo girando sobre sus talones encaminándose para caminar hacia la parada de bus.

Luego de 30 minutos de espera el bus que nos llevaría a la ciudad llegó.

Mientras caminábamos por el estrecho, casi sofocante, pasillo del bus miraba detenidamente el rostro de cada persona en el bus. Este hábito fue algo que desarrollé debido a experiencias pasadas donde en mi anterior ciudad los asaltos era algo bastante común pues vivíamos en un barrio bastante agitado.

Mi antigua ciudad... Nostalgia y dolor me invadieron.

Deja de darle tantas vueltas a todo Lexi solo te hará daño recordar - me gritó mi conciencia

-¿En qué piensas tanto Lex? - preguntó Santi con clara confusión en su rostro.

-Nada, respondí fríamente intentando ocultar la tristeza en mi rostro para que no le diera importancia.

A medida que seguíamos avanzando en la carretera podías percibir el cambio. Casas por grandes y lujosos complejos de apartamentos, cafeterías por elegantes restaurantes de grandes variedades de comida y puestos de compra por enormes y tupidos mercados.

Habíamos llegado a la urbe.

11:05am
Caminábamos por las calles. Miraba a todos lados admirando el lindo día que hacía hoy.

-Lindo día, no? -dijo Santi como si pudiera leer mis pensamientos.

-Si... Algo así -dije sonriendo ligeramente.

Santi... Nonono, Santiago Garcia, más que mi amigo era como un hermano para mi, ese que nunca tuve. Él sabía todo de mí. Parecerá precipitado contarle a alguien todo sobre ti cuando en realidad solo lleva 1 año a tu lado, pero lo cierto es que Santi no es un "alguien" él siempre estuvo ahí para mí, siempre lo ha estado, incluso en mis momentos más inestables, incluso cuando... Ahhh no vale la pena recordar. Lo cierto es que él es una persona indispensable para mí. Y sí que se mueren de curiosidad por saber cómo es, no? Pues... Santi es un chico medianamente alto, 1.80 para ser exactos, bueno es alto, ojos oscuros, ligeramente tonificado, solo lo necesario pero que lo hacia ver como ese clásico chico serio y elegante.

-¿Por qué no paramos en algún café a comer? No he desayunado y muero de hambre.

-No sería mala idea o el león que guardas en tu estómago saldrá y nos comerá a todos -dijo intentando bromear.

-Lo siento pero mi cerebro no trabaja con hambre y tus chistes malos lo empeoran.

-Ok ok te dejo en paz.

Caminamos otros 15 minutos en busca de un bendito café que no estuviera lleno. ¿Es que toda la ciudad había salido a comer? De pronto como si de un milagro se tratara bum!

Un café. Increíblemente vacío

Nos sentamos en la mesa de al lado de la ventana.

El lugar estaba bien ambientado, limpio y organizado. Si la comida es buena pensaré que es una señal.

A tan solo segundos de habernos sentado un señor de mediana edad se nos acercó a tomar nuestras órdenes.

-Unos huevos revueltos con bacon para mí y una tortilla francesa para ella -dijo con notable seguridad en su tono.

¿No lo había dicho antes? Lo sabe todo sobre mí.

1:30pm
Todo era bullicio, claxon de autos y puestos de revista en cada esquina concurrida. Parecía que todo iba como lo planeado con nuestra salida-

Pum!
Quedé tan perdida en mis pensamientos que no vi venir estrellarme contra una enorme pantalla que anunciaba:
PREMIOS LIBRERÍA A LA MEJOR Y MÁS CREARIVA HISTORIA

Inscripciones : Desde hoy 15/09 - 20/09
Abiertos a cualquier género

TE LEEMOS

Quedé más conmocionada por el contenido del anunció que ignoré totalmente el "huevo" recién salido de mi frente.

Esta oportunidad era el inicio del fin.