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Ambos grandes maestros estaban sorprendidos por lo que escucharon decir de el arcángel dentro de la princesa. No les dio tiempo de decir nada más pues el arcángel hizo una grieta en el aire con su espada creando un portal

-siganme-

Dijo Ludociel y se adentró al portal

-¡vamos rompete!-

Grito con desesperación el caballero sacro mientras gastaba su poder mágico contra la pared

-rindete Gil no podrás salir de aqui-

El pelirosa no le hizo caso a las palabras de la bruja y siguio corriendo buscando una salida, hasta que noto algo

-e-entra aire, eso significa que-

Siguio la brisa hasta encontrarse con un hueco y salió de allí, fue corriendo hasta lo que parecía ser un balcón. Al llegar al borde su desesperación solo aumentó

-¿Que en donde estamos? E-esto no puede ser, estamos sobre las nubes-

Dijo con desesperación

-Gil ya rindete, estamos muy lejos de Lioness y los demonios se apoderaron de Britania Margaret ya debe estar muerta lo sabes

Dijo la bruja con un deje de burla

-Vivian, CIERRA TU MALDITA BOCA-

Grito Gilthunder al borde del llanto y es que al saber que sus amigos estaban a ya abajo con los demonios sueltos por toda Britania y con el capitán Meliodas muerto, lo hacía sentir triste y desesperado

-Margaret hubiera tenido opción hubiera preferido morir contigo..-

No pudo continuar con la frase, de solo pensar en ello su garganta y ojos picaban ¿cómo viviría en un mundo sin su amor y sus amigos?

-Gil no digas esas cosas, nosotros debemos vivir por ella-

"Oiste eso Margaret Gil ahora es mío solo mío y no puedes hacer nada"

Pensó la bruja con una gran sonrisa en su rostro

-Gil creo que deberíamos tener bebes y si es una niña le podemos poner Margaret-

Detrás de ella venía el arcángel y antes de que Vivian pudiera hacer nada la fina espada paso por su cuerpo acabando con su vida

-eh cumplido con mi promesa, eh salvado a tu amado y la malvada mujer a sido eliminada-

Dijo el arcángel

-Gil, por favor déjame ver a Gil, necesito verlo-

Dijo la conciencia de la princesa en el interior de su cuerpo

-esta bien- dijo el arcángel no muy convencido

-¿Margaret eres tu?-

Pregunto sorprendido el pelirosa

-¡Gil!-

Dijo la princesa con lágrimas en los ojos, ambos corrieron a abrazarse, los dos querían abrazarse, besarse y decirse cuanto se habían extrañado

-eh cumplido mi promesa ahora es turno de que cumplas con la tuya-

Antes de que Gil pudiera abrazar a su amada el arcángel tomó posesión de ella y esquivó el abrazo.

Esa Hermosa Alma En PenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora