Según los libros de recortes antiguos, cada cincuenta años se puede presenciar una hermosa lluvia de estrellas. Ocurre una noche especial, la cual llaman "Noche estrellada".
—¿Carteles grandes o con brillo?—Le preguntaba un troll de color naranja a la reina y anfitriona de la festividad.
—Hmm. . . —Pensó la rosada.-¡Grandes y con mucho brillo!—Contestó positivamente, aunque la preparación de la fiesta la mantenía bastante ocupada.
—Excelente elección, su majestad.-Dio una leve reverencia y se retiró. Poppy miró su escritorio; estaba lleno de papeles con puros garabatos acerca de las decoraciones para hoy.
Se apoyó sobre aquel escritorio brillante y se acarició las sienes. Hace semanas que se planea esto y hace semanas que no descansaba como debía.
—¿Ocupada?—Preguntó una voz familiar.
La troll levantó la mirada y vio a cierto chico con cabellera azulada en la puerta. Se encontraba con una sonrisa mirándola.
—¡Ramón!—La troll se levantó y fue a abrazarlo. Él correspondió y luego se separaron.—Lo siento por no visitarte esta mañana, esto del festival me tiene como loca.
El azulado soltó una risita y la miró.
—Tranquila.—Se encogió de hombros.-—Después de todo, eres reina y estas son tus responsabilidades.
—A veces se hace tan pesado el día.—Suspiró cansada y se dió la vuelta para volver a su escritorio. Su mejor amigo la siguió y se paró justo al lado del asiento donde ella estaba sentada. Comenzó a ver todos los bocetos de dibujos; globos, carteles, tipos de brillantina.
—¿Tú has hecho todo esto?—Agarró uno de los muchos papeles mirándolo.
—No todos, Harper me ha ayudado bastante.
—Ya veo. . .—Susurró el contrario mientras dejaba el papel en su lugar.
—¡Poppy!—Su mejor amiga, Dj Suki, apareció en la puerta.-¡Ya tengo lista la música para esta noche! ¿Vienes a corroborar que esté bien?
La troll rosada dibujó una brillante sonrisa como siempre. Miró a su mejor amigo y le susurró.
—Nos vemos luego. . .—Se levantó del asiento y siguió rápidamente a su mejor amiga.
—Claro.—Sonrió el azulado mientras rascaba su cabellera y veía como se iba. —¡Soy un idiota!—Exclamó al dejar de escuchar los pasos de la rosada. —Perdí mi oportunidad. . .—Susurró molesto.
¿Oportunidad? ¿Para qué? Sencillo, Ramón quería invitar a la reina para ir con él a la festividad de aquella noche. Pero cuando la veía a los ojos, sentía miedo. Miedo a ser rechazado.
Miró hacia los bocetos que habían sobre él escritorio y soltó un suspiro.
Se dio la vuelta para caminar nuevamente hacia su búnker.Al llegar, se acostó en la cama y miró el techo con una mirada perdida. ¿Cómo iba a hacer que Poppy vaya a la festividad con ella? Quería confesar sus sentimientos.
—Ya lo sé, Gary.—Habló con su control remoto e hijo.—Debo decirle, pero cada vez que la veo. . .—Suspira, enamorado.—Mi corazón se acelera, mis manos me sudan y mi boca balbucea sin cesar.
Mientras tanto, Poppy ya había terminado con la música para aquella noche. Era el mediodía y era su hora de descanso para almorzar. ¿Por qué no pasarla con su mejor amigo?
Dibujó una sonrisa en su rostro y decidió ir a visitarlo a su búnker.
Al llegar, tocó y la entrada de la supuesta alfombra se abrió.—¿Viene a pasar un tiempo con su fiel y leal súbdito, majestad?—Apareció él, desde la entrada.
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''Bajo nuesto cielo estrellado''-Broppy.
RomanceCada cincuenta años, una lluvia de estrellas se hace presente, y todo el mundo en la Villa se está preparando para presenciarla. Ramón intentará aprovechar esta ocasión para confesar sus sentimientos por Poppy. ¿Ella lo verá de la misma forma que l...