Análisis y comentarios de "Un mundo feliz" - Aldous Huxley

Un mundo feliz... ¿a que costo?

Después de mucho tiempo con el libro que me regaló mi novia en la estantería, me dí el tiempo de leerlo.

La historia nos presenta un mundo avanzado tecnológicamente, donde no existen enfermedades y todos son felices. Una utopía irónica donde para lograr la felicidad, han erradicado de la sociedad elementos fundamentales para un individuo de nuestra sociedad, como la familia, el arte, el leer, la cultura, la religión. En sí, elementos que nos hacen diferenciarnos.

En esta sociedad estamental, se practica la ectogenesis, donde se crían fetos que están predestinados de nacimiento a pertenecer a una categoría. A través de la hipnopedia, se les adoctrina desde pequeños las normas que deben seguir. Existen diversas categorías para mantener una estabilidad social, ya que como mostró el experimento de la isla de Chipre, una sociedad solo con personas del rango más alto, es un desastre.

Existe una droga altamente instaurada en la sociedad, siendo suministrada diariamente a los empleados al fin de su jornada laboral. Con esto me refiero al soma, una poderosa droga que te aleja de la soledad. Es el mayor escape que tienen los habitantes de esta sociedad, sumado a los medios de entretenimiento fácil que tienen. Tienen todo al alcance lejano de las dificultades que nuestro mundo enfrenta, pero a un alto costo.

En cuanto a los personajes, cabe mencionar a Bernard, un trabajador que no está del todo conforme con la sociedad en que está inmerso, pero no tiene el suficiente valor como para hacer algo sin dejar sus beneficios de lado. En sí, es un personaje bastante desagradable.

Tenemos a John, un salvaje que vive en una parte que debido a la escasez de recursos y voluntades al parecer, no ha sido civilizada. Él es hijo del director de un gran centro donde se crían a los futuros ciudadanos. Su madre Linda, fue parte de la civilización. Tuvo que adaptarse al mundo de los "salvajes". En sí, John tiene un montón de problemas debido a la exclusión que le hacen en su comunidad.

Luego que Bernard y Lelina visitaron un refugio, llevaron a Linda y a John a la civilización en Londres, siendo esta la primera interacción de John con el otro lugar que siempre le contaba su madre.

Cuento corto, Bernard se aprovechaba de la fama que le generaba el estar relacionado con el salvaje y este se cansó. Se cansó de la sociedad que veía, no era para él. Consideraba que era vacía, que era impura y no tenía sentido. Probablemente esperaba algo distinto por el libro de Shakespeare que leía.

Al presenciar la muerte de su madre (que se atribuye la muerte de ella), causa un alboroto ante las reacciones de los niños que visitaban el hospital, como forma de adoctrinamiento para perderle el valor a la muerte. Después de eso, en una fábrica donde estaban racionando el soma a sus trabajadores, John tira el soma argumentando que es veneno y los liberará de ello. Esto generó altercados provocando que tomaran a John, Bernard y a su otro amigo.

Los tres fueron llevados donde Mustafá Mond, Interventor mundial de Europa occidental.

Aquí se da un dialogo muy interesante entre John y Mustafá, donde hablan de elementos que se tuvieron que sacrificar para lograr esta sociedad, como del valor de conseguir la cosas con esfuerzo, el valor de creer en Dios para John, y como Mustafá esconde los textos bíblicos de la civilización, hablando de que el Dios de ahora es distinto.

En fin, Bernard y su amigo son enviados a las islas falkland y John escapa a un faro para vivir alejado, con el objetivo de purificarse y limpiarse, sin olvidar a Linda.

Logra vivir un tiempo tranquilo, pero luego periodistas lo acosan, llegando hasta incluso hacer una película de sensorama de él. Resultaba sumamente atractivo para la gente, siendo como un animal en exhibición.

John amaba a Lelina hasta que se asqueó de su forma de ser, llegando hasta querer matarla.

Finalmente fue tanto el acoso de esa sociedad para John, que decidió suicidarse.

La narrativa puede llegar a sentirse un tanto confusa, pero envolvente. Te atrapa a seguir leyendo con el objetivo de entender que pasó.

¿Será que nos espera una sociedad tan distopica (desde mi perspectiva) para nosotros? ¿Había algún sentido de la vida en esa sociedad? Solo Ford sabrá...

Adjunto fragmentos que me parecieron destacables:

«Todo el mundo trabaja para todo el mundo. No podemos prescindir de nadie. Hasta los Epsilones son útiles. No podríamos Pasar sin los Epsilones. Todo el mundo trabaja para todo el mundo. No Podemos prescindir de nadie...». —Sí, ahora todo el mundo es feliz —repitió Lenina como un eco.

Habían oído repetir estas mismas palabras ciento cincuenta veces cada noche durante doce años.

¿Cómo puedo decirlo? —repitió Bernard en otro tono, meditabundo—.

No, el verdadero problema es: ¿Por qué no puedo decirlo? O, mejor aún, puesto que, en realidad, sé perfectamente por qué, ¿qué sensación experimentaría si pudiera, si fuese libre, si no me hallara esclavizado por mí condicionamiento?

Pasado remoto; aquél era uno de los tantos prejuicios hipnopédicos de los que Bernard (al menos eso creía él) se había librado por completo.

—Se libraron de ellos. Sí, muy propio de ustedes. Librarse de todo lo desagradable en lugar de aprender a soportarlo. Si es más noble soportar en el alma las pedradas o las flechas de la mala fortuna, o bien alzarse en armas contra un piélago de pesares y acabar con ellos enfrentándose a los mismos... Pero ustedes no hacen ni una cosa ni otra. Ni soportan ni resisten. Se limitan a abolir las pedradas y las flechas. Es demasiado fácil. (John hablándole a Mustafá sobre los vicios de la sociedad Fordiana).

Gracias por leer n.n