Hacía frío esa noche de invierno en Dortmund. Los copos de nieve caían con intensidad al paso de las horas. Dos jóvenes estaban patinando en la pista de hielo del parque principal con grandes sonrisas. Ella era la que mejor lo hacía de los dos, pero él controlaba bastante bien los patines, por lo menos no se la pasaba en el piso, y podía mantenerse de pie unos cuantos minutos.
– Juntos. – murmuró Marco mientras se acercaba a la chica, la tomaba de la mano, y la atraía suavemente a su pecho.
– Siempre. – completó mientras ocultaba su rostro en su pecho y sus manos se abrazaban a su cintura.
Él le beso dulcemente la coronilla, para luego sonreír mientras recostaba su rostro en su hombro. La apretó aún más a él, y cerró sus ojos.
Charlotte se alejó de los brazos de Marco, y comenzó a patinar, mientras el rubio la observaba con una sonrisa en su rostro. Amaba ver a Charly sonreír como solía hacerlos en aquellos momentos. Con su bufanda del Dortmund cubriendo su cuello, sus guantes negros protegiendo sus manos, y sus skinny jeans ajustándose a sus piernas.
Se acercó a ella lentamente, con su cuerpo tambaleándose, preparando sus manos para la posible caía. Charly rió, a carcajadas, y las mismas hicieron eco por el desierto parque.
So kiss me where I lay down, my hands press to your cheeks
Marco acomodó a Charly entre sus brazos, mientras se estiraba tanteando con sus manos, la búsqueda del interruptor del velador que estaba sobre la mesada de luz de su lado. La habitación quedo en penumbras a los pocos segundos.
– Que descanses bebe. – susurró él mientras le besaba el cabello
– Buenas noches Reus. – murmuró suave. Se acercó a él, y le beso lentamente la mejilla.
Marco sonrió al instante, mientras cerraba sus ojos, y comenzó a sentir como se quedaba dormido.
We took a chance
God knows we tried
– Entonces, ¿Un frapuccino de frambuesa y un muffin de chocolate para ti? – preguntó Marco mientras miraba a Mats.
El mismo asintió con la cabeza, mientras le sonreía y le señalaba el fondo del local. – Iré en búsqueda de una mesa. –
Reus asintió con la cabeza, mientras ponía sus manos en los bolsillos de sus joggins de entrenamiento negros. Habían salido del campo hace pocos minutos atrás, y su amigo le había insistido en ir a tomar un café, ya que su novia no estaba en Dortmund, y se aburría de estar solo en su apartamento. Marco tampoco tenía mucho por hacer, por lo que no había dudado en aceptar su invitación. Además le haría bien salir, necesitaba despejarse, tomar aire, y dejar de pensar.
Noviembre, la peor época del año. Desde hacía unos cuantos años atrás, en ese mes solía entrar en una pequeña depresión. Se encerraba en su caparazón, y no quería salir de allí. Nadie sabía que le ocurría, pero la sonrisa se borraba de su rostro, y no volvía hasta que el mes acababa.
– El que sigue. –
La voz de la joven lo saco de sus pensamientos, se acercó a ella mientras suspiraba y mantenía su cabeza gacha, mientras revisaba twitter.
– Hola buenas tardes, ¿En qué te puedo ayudar? – su voz era cálida, y dulce.
– Quisiera un frapuccino venti de frambuesa, un muffin de chocolate, un chocolate caliente venti con una rebanada de budín de limón. – murmuró mientras marcaba como favorito un tweet de un seguidor, que le comentaba que le alegraba saber que él volvería a jugar el sábado.
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Siempre te ame |Marco Reus| |One Shoot|
RomanceSiete años han pasado, y Marco aun recuerda a Charlotte todos los noviembres. Ir a Starbucks con Mats no le parece una mala idea. Su vida volverá a tomar sentido, al llevarse una gran sorpresa en esa cafetería.