Capitulo 2

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Aitana

Los rayos del sol me hacen despertar.

Es la misma rutina de todos los días.

Y como es de costumbre, Darían no se encuentra a mi lado.

Otra vez, no se despidió de mí.

Entro a la ducha y al salir me tropiezo con la camisa sucia de Darian. La levanto y noto un olor diferente.

Tiene aroma a vainilla.

¿Darian utiliza perfume de mujer?

Esto me deja pensando por unos minutos.

Yo no utilizo esa clase de olores.

Y por supuesto que él tampoco.

Solo estas delirando.

Dejo ir esos pensamientos y camino hacia mi guardarropa para cambiarme. Me pongo unos jeans, una blusa cómoda, encima mi sudadera y mis tennis. Me observo en el espejo, tengo unas grandes ojeras que me hacen ver mal y vieja, aunque en realidad no importa. Mi estómago ruge, así que bajo a la cocina a prepararme algo. Y encuentro una nota.

Tuve que salir temprano por trabajo, no me esperes para cenar.
DH.

¿Qué le costaba darme un beso de buenos días y despedirse de mí?

Tiro la nota a la basura y sigo con la preparación de mi desayuno. Desayunaría algo ligero para después hacer ejercicio.

Una llamada a mi teléfono me hace brincar del susto.

Tengo que cambiar mi horrendo ringtone.

¿Si? – dije sin saber quién era.

– Tonta hasta que respondes.

– Pero si no me has llamado.

– Por supuesto que lo hice pero bueno, prepárate qué pasó por ti en cinco para ir al gym.

Pero pensé que haríamos ejercicio en mi casa, el gimnasio es muy grande....

– ¡NO! En el gimnasio hay chicos calientes con un culo de infarto. Tenemos que ir ahí a como dé lugar, tal vez consigo ligar con uno.

– pero...

– Nada de peros, sal que estoy fuera tu casa.

Me cuelga.

No entendía la necesidad de Sam de ir al gimnasio. ¿Ver culos dijo? Sin duda mi amiga está urgida.

Subo a mi recámara para ponerme algo deportivo, nadie va al gym en sudadera y jeans ¿o sí?

Bajo corriendo, tomo las llaves de la mesilla y me aseguro de cerrar mi casa. Volteo a ver al auto de Sam el cual está frente a mí. Ella baja su vidrio y me hace una seña que no logro entender.

– ¡Sube ya y deja de mirarme así!

Nos lleva aproximadamente quince minutos en llegar al famoso gym.

– Vamos prepárate Ana.

– ¿Sabes que mi casa tiene todo el equipo con el que cuenta este gimnasio?

– No tiene todo.

– Pero si todo lo que veo es justo lo que....

- Buenos Días señoritas. — nos saluda el ¿recepcionista?

Sam le da su tarjeta y él nos da unas llaves y un pase que no se para que es. Sigo a Sam hasta el lugar de los lockers, dejamos nuestras pertenencias ahí y caminamos hacia las caminadoras.

Duele AmarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora