Me encantaría escribir una historia perfecta. Mucho, la verdad. Pero esta no lo es. Ni de lejos.
Roxanne es la chica de mis ojos. Sus esmeraldas cambiadas por ojos me dan la sensación de estar en el mismísimo cielo. Tiene sus pros y sus contras. Es callada, pero pesada. Tímida, pero explosiva. No se puede explicar cómo es en realidad. Ella es ella. Nunca ha cambiado. Por nadie. Y no está dispuesta a hacerlo. Ella es ella. Seguirá siendo ella misma hasta los confines de la tierra. Nunca para. A veces la puedes encontrar sola, apagada y triste. Pero aseguro que al segundo debe estar con una sonrisa de oreja a oreja, brillando con intensidad, fingiendo que no pasa nada. Pero si que pasa. Finge estar presente. Mira en sus ojos. En ellos sabrás que está a millones de quilómetros de ti. Ella es ella…
No preguntéis como me he llegado a enamorar tan perdidamente de una persona así. Una maniaca. No sabéis como baila. Nunca lo sabréis. Sólo lo sé yo. Nadie más. Es una loca. Una maniaca. Una maniaca del baile. Una loca de la música. La siente tan dentro que parece no poder sentir nada más dentro de ella. Parece que no sienta nada más que eso. Solo música. Solo baile. Nada más.
Ella no sabe de mi existencia, solo sabe que estoy en su mismo instituto. No sabe ni mi nombre. Patético. Lo sé. Pero no puedo hacer que vea detrás de lo que ella ve. Encuentra sus propias lógicas y no se adapta a la realidad. Ella vive en su mundo. Un mundo en el que ni los guerreros más valientes han tenido agallas de adentrarse. Ella es cruel, pero cruel es buena.
Solo dejo una cosa más escrita: Me adentré en su mundo siendo el más cobarde.
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Roxanne.
Short Story“Esta es la historia de cómo una chica común se convirtió en mi mundo. Ella baila como una maniaca, pero no creáis que está loca, el loco aquí soy yo.” Dean es un chico que escribe sobre una chica. Lo típico. A mí siempre me han gustado los peros.
