CAPITULO 1

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Era mi primer día de clase, aunque ya estaba acostumbrada a despertarme todos días pronto gracias a haber suspendido tres para septiembre, por lo cual no estaba tan cansada como lo podía estar cualquiera de mis compañeros. Pero bueno, aun así yo por las mañanas no soy persona. Me levante de la cama algo cegada por la luz de la bombilla encendida por mi madre para evitar que me quedase dormida y comencé a vestirme. Ya no odiaba tanto mi maldito uniforme, en parte me parecía cómodo no tener que escoger la ropa todos los días, era un gran placer.

Baje en busca de un desayuno tremendo, aunque no tenía muchas ganas mi madre es demasiado cabezota. Me encontré la mesa de la cocina completamente vacía, esto no era normal en ella, por lo cual empecé a buscarla por toda la casa. Subí hasta su habitación y no estaba, allí simplemente estaba mi padre, probablemente con una resaca enorme. Busque por toda la casa y mi madre no estaba... ¿quién me habría despertado? ¿Se habría ido antes de tiempo porque tenía alguna reunión?

Y me acorde, tenía que hacer un viaje de tres semanas a Estados Unidos por no seque del trabajo. Mierda, me quedaría con papa sola. Mire el reloj de la cocina y daban las ocho en punto... Perdería el autobús. Cogí la mochila y salí pitando de casa sin desayunar.

En el autobús nunca conocía a nadie, siempre iban los mismos viejos con cara de pervertidos. Cuatro paradas más tarde apareció Abie por la puerta con su falda por la altura de las rodillas, la camisa por fuera, la chaqueta abierta, los calcetines arrugados en el tobillo, su pelo corto y rubio y la sonrisa de siempre a pesar de ser las ocho y cuarto de la mañana. Probablemente habría tomado algunas pastillas como de costumbre.

-Oh wooow, me gusta como llevas el pelo

-Hola Abie, ¿cuantas as tomado esta vez?

-Mm... Solo... Solo tres... Pero da igual, ¿que tal esta tu madre?

-Uh, se ha ido de viaje durante tres semanas, ¿podría dormir en tu casa?

-Oh, claro, aunque ya sabes... Mis padres no nos dejaran salir todos los días y eso.

-No importa, con tal de no estar con mi padre a solas...Además, ya nos las apañaremos como siempre.

Cuando bajamos del bus daban las ocho y media. En el portalón ya estaban la mayoría de los alumnos, pero yo buscaba uno en particular...

-¡Eve! ¡Abie!

Esa voz... Era justo de la persona a la que estaba buscando.

-¡Joshua!

Ahí estaba, mi mejor amigo. Él era el más responsables del grupo. Abie y yo suspendíamos pero había algo que nos diferenciaba aparte de ser mejores amigas y era que ella fumaba todo lo que se le pusiera delante, se drogaba y salía bastante a menudo. No la culpaba ni la juzgaba por ello, sus padres no la hacían ni caso y se pasaban todo el día metidos en su habitación, era su forma de llamar la atención, pero Joshua si lo hacía.

En cuanto sonó el timbre entramos a clase y escogimos unos sitios cada uno como quería. Me di cuenta de que estábamos los mismos del año pasado, nadie había repetido, y algunos de un curso mayor. También me fije en que había dos chicos nuevos. Los dos eran altos y fuertes. Cada uno tenía los ojos diferentes, uno azules y otro se podría decir que verdes, aunque era más bien una mezcla entre azules y verde. El que más me llamo la atención era el de ojos azules, tenía pinta de malo, todo tatuado y apoyado en la pared como si nada de esto tuviese que ver con él. Era tremendamente sexy. El que menos llamaba la atención era el de ojos verdes, aunque por supuesto, conociendo a Abie, sería el que más atención le llamaba a ella. Aun así los dos eran como unos dioses griegos.

¿Sabes esa sensación de libertad? ¿Esa sensación de que estas completamente sola y puedes hacer lo que te dé la gana? Pues imaginaros todo lo contrario. Estaba siendo observada por aquellos tremendos Dioses en personificación. No sabía qué hacer ni Abie tampoco, estábamos sentadas atrás de todo, al lado de la ventana y la calefacción, siendo observadas por esos tres engendros. Todos estaban en silencio, los chicos les envidiaban y las chicas le deseaban. Yo en cambio les miraba con asombro pues tanta belleza en un solo cuerpo es imposible. Gracias a Dios el tutor de este año, también conocido como profesor insufrible de matemáticas, interrumpió el silencio.

-Buenos días alumnos, veo que la mayoría os conocéis, muy bien. Bueno, tengo que presentar a estos chicos de aquí. ¿Como os llamáis?

Y el de ojos azules hablo -Yo soy Chase, y este es mi hermano Brian.- señalando al de ojos verdes.

¡Lo sabia! Sabía que tenían algo de parecido.

-Supongo que tu hermano sabrá hablar por si mimo, pero gracias igualmente. Pueden sentarse.

Entonces esos tremendos chicos se sentaron delante de mí y de Abie. Las primeras horas de la mañana se pasaron volando gracias a las charlas del Sr. Thompson. Llego la hora del recreo y todos salimos rápidamente de clase.

Al llegar al patio vimos a Joshua hablando con Tom, su novio, así que nos fuimos a sentar donde siempre, debajo de uno de los arboles más grandes de la escuela. Estábamos tranquilamente hablando cuando uno de los hermanos se nos acercó.

-Hola chicas, ¿puedo sentarme?

Y antes de que pudiera decirle que no estaba sentado a mi lado y hablando con Abie. Nos empezó a contar su vida, que era el más pequeño de los dos a pesar de ser mellizos, que antes vivían en New York pero se tuvieron que mudar aquí, a este pueblecillo de Inglaterra que nadie conoce, por motivos que prefería no contar y que si alguna vez necesitamos su 'ayuda', no nos olvidemos de contar con él.

En cuanto se fue Abie y yo nos miramos con cara... no sabría describirla.

-Parece majo.- soltó de repente Abie

-¿Majo? Lo que parece es un desesperado y un guarro. Ya sabes lo mal que me caen esa gente.

-Pues a mí me gusta.

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Hola, bueno estoy empezando esto y me gustaria saber si os tiene buena pinta y os gusta Graaacias ♡

Suicide victim.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora