Lepidóptera.

1) Pisciano.

Siempre tuve dificultades para hacerme entender e intentar expresar todo lo que me pasaba, llegué a pensar que no necesitaba hablarlo con nadie más, si leía el titular de mis cosas. Me considero orgullosa a la hora de pedir ayuda para comprender mis sentimientos, pero con vos... no me importaba nada.

Eran las 3 de la mañana, mis papás dormían y mi hermana también. Nunca confié mucho en mis amigos, no tuve la suerte de cruzarme con buenas personas. Las cosas que se me cruzaban por la cabeza a esa hora, no las quería hablar con nadie más que con vos.
Quería callar mis ganas de mandarte mensajes, para ver si estabas despierto o si por casualidad estabas pensando en lo mismo que yo o en mí, porque siempre tuvimos una conexión hermosa. Y cuando te necesitaba, llegabas por arte de magia, como si estuvieras esperándome, como si todo estuviera escrito.

Me reprimía escuchando música, porque no te quería molestar, hablándote de mis mambos. Mi cama estaba tibia por las vueltas que daba intentando dormir, miraba la pared, y se me ocurrían más cosas de las cuales te podía hablar.
Rendida, intentaba mirar la tele, y buscaba algo para comer, porque esta noche iba a ser larga, y a veces lo único que quiero es no escucharme más.

Empecé a leer los libros pendientes que tenía en la mesita de luz, sobre filosofía, que mi papá me había separado de sus cosas viejas. Medio en vano la lectura, porque cada 3 renglones me paraba para volver a empezar por no prestar atención.
Me cansé. Ésta situación era casi una tortura, ¿A qué le tenia miedo? ¿Qué me impedía hablarte? ¿Por qué nunca hago lo que realmente quiero? Creo que el simple hecho de imaginarte mentalmente tranquilo y no frustrado como yo o con ganas de hablarme, me superaba. El no tener señales o respuestas tuyas, me superaba. 

Estás despierta?  vibró mi celular, y en ese momento, dejé de masticar lo que sea que estaba comiendo, deje de pensar en lo que sea que estaba pensando, sintiendo un calor de repente revolviéndome el estómago. Sonreí porque una vez más, quizá haya ganado la ley de atracción o simplemente todo era mutuo.