Cartas de un rey [InoTan] - Kimetsu no Yaiba

Carta 12

Querido Inosuke-kun:

Quería escribirte algo, justamente en este día, simplemente porque siento que la manera en que todo esto comenzó fue realmente curiosa, me gustas, no, de hecho, creo que hemos llegado al punto en que esto se ha convertido en un sentimiento totalmente evolucionando, estoy completamente enamorado de ti, de tu personalidad brusca pero cálida, de tu voz ronca que contrarresta con tu atractivo rostro, tus ojos que brillaban intensamente aquel día en la montaña...

Ah, ha pasado exactamente un mes desde eso, desde la conversación bajo los cerezos en que nos dimos un último beso antes de despedirnos e ir directo a nuestras casas, por lo menos yo estaba chillando de la emoción al sentirme al menos un poco correspondido.

Este último mes ha sido maravilloso gracias a tu, gracias a que siempre estás ahí, esperando para ir juntos a casa, exigiendo almorzar juntos, aunque siempre que lo haces no hay ni una pizca de malicia en ti, al contrario, me parece sumamente dulce que podamos pasar tanto tiempo juntos.

Me sorprendió que al final de verdad fuésemos al cine, creí que no te gustaba, pero creo que las películas de acción realmente te emocionan, y aún más en 3D. También el hecho de que no te gusten las palomitas simples y las prefieras cubiertas de empalagoso queso.

¡Y pude verte persiguiendo jabalíes! Más que eso ¡Los cuidaste y alimentaste! Eso fue increíble, eres genial, Inosuke.

Es por esto y más que al final mi corazón ya no pudo soportar, y por eso te dejo saber estos sentimientos, ya que te has vuelto tan especial, más de lo que ya lo eras, te quiero, Inosuke, realmente lo hago, quiero pasar más días a tu lado, quiero que volvamos a mirar el atardecer en la cima de la montaña mientras comemos tempura juntos.

Quiero que mis días dejen de ser aburridos, y eso solo lo logras tú, con tu compañía, con tus palabras difíciles de adivinar y tú extraño accionar, solo eso deseo, estar contigo todo el tiempo que me sea posible y así, poder expresarte todo este cariño desbordante.

Con cariño: Kamado Tanjirou