Elizabhet buscaba desesperadamente a Laura. Como no la encontraba, empezó a hacer el silbido. A lo lejos, se oia un silbido muy flojo. Elizabhet, desesperada, corre rapidamente hasta llegar a Laura.
Cuando llego, vio a Laura, tirada en el suelo, con una apuñalada en el pecho.
Elizabhet, destrozada, coge al cuerpo de Laura sin vida del suelo, y la llevo hasta el centro del bosque, donde le hizo un pequeño entierro. Dejo su cuerpo en el suelo, mientras lloraba, la fue llenando de margaritas alrededor.