1

565 38 33
                                    

—A dónde vas, Hange.

Levi entró al laboratorio improvisado de Hange, al estar escondiéndose de las autoridades, su laboratorio quedó bajo resguardo de la Policía Militar, dejándola sin su material de trabajo e investigaciones. La mujer estaba a punto de salir, se había soltado y alborotado el cabello en un intento de despistar al enemigo.

—Necesito recuperar lo que queda de las investigaciones sobre Eren y están en mi laboratorio, tengo que ir a como dé lugar.

—¿No te basta con las pruebas que se han hecho hasta ahora y lo que has estado trayendo?

—No es tan fácil, me ahorraría bastante tiempo si las tuviera conmigo. Las recuerdo perfectamente, pero si descubren el lugar donde las tengo guardadas, se perderá todo lo avanzado.

—Siendo así, te acompañaré.

—No es necesario, Levi. Tú quédate aquí, alguien necesita quedarse con los chicos por si la Policía Militar descubre también este lugar.

—No puedes ir sola.

—¿No? ¿Por qué no?

—Te noto un tanto nerviosa desde lo sucedido con Nick, ya te lo había dicho.

—Sí, bueno, lo de Nick me afectó, pero... tenemos que avanzar.

—Entonces vamos.

—Soy yo o me parece ver que no quieres que vaya sola, ¿desde cuándo te preocupas por mí? ¿Acaso te gusto? ¿Eh, eh? —ella lo codeó repetidas veces, burlándose de él.

Tch, no seas idiota, no necesitamos perder más gente —respondió él, al tiempo que giraba su rostro, evitando que la mujer mirara ese gesto de incomodidad surgido por el comentario de ella.

—Ya lo sabía, enano. Pero no te preocupes, sé cuidarme sola. Además, no es la primera vez que salgo y lo sabes. Desde que están tras nosotros, me las he ingeniado para salir sin ser detectada.

—No tientes tu suerte, cuatro ojos.

—Lo sé, así que deja de preocuparte y quédate con los chicos, no tardaré.

—Cuídate, Hange —dijo él, haciendo que la fémina detuviera su andar, se girara para mirarlo y sonreírle, indicándole que todo estaría bien.

.

Hange caminó en las calles de Trost con sumo cuidado de no ser vista por la Policía Militar, que merodeaba todo el distrito en busca de soldados pertenecientes a la Legión de Reconocimiento. Se sentía algo incómoda, pues desde que había salido de su escondite se sentía observada y que alguien estaba tras sus pasos.

Agitó la cabeza tratando de alejar esos pensamientos, debía mantenerse alerta. Siguió caminando mientras recolectaba información que escuchaba de parte de los ciudadanos, periódicos y carteles de la ciudad, que si bien, no eran fuente de información confiable, algo podía sacar de ahí. Sorteó todos los obstáculos en su camino, no iba a negar que se sentía nerviosa, pero no porque la fueran a descubrir sino hacia dónde iba y con quién.

Aunque todavía tenía instalado ese sentimiento de que alguien la seguía. ¿Debía desistir de ir al laboratorio? Necesitaba perder a quien fuera que la estuviera siguiendo. O por lo menos cerciorarse que nadie lo hacía, los nervios talvez le estaban jugando una mala pasada. Se detuvo detrás de una pared y buscó exhaustivamente en todos los alrededores, no viendo a nadie que la siguiera, pero aun así sentía que una pesada mirada caía sobre ella.

De pronto una idea descabellada vino a su mente. ¿Era Levi quien la estaba siguiendo? No, eso no podía ser posible, el enano no era alguien que dejaba sus obligaciones por intentar seguir a alguien, y mucho menos a ella, la situación no estaba como para que Levi se pusiera en un plan de espía. Sonrió ante ese pensamiento. ¿Para qué la seguiría él?, a ella le quedaba claro que su compañero solo se preocupaba por ella y nada más. Hange sentía cierta atracción hacia ese hombre pequeño, había aprendido a sobrellevar su agrio carácter y su raro sentido del humor, pero nada más, era imposible que algo se diera entre ellos, aunque ella no estaba para esas cosas en base a sentimentalismos y amor de pareja, por más que sintiera algo por su compañero en ese mundo, ¿cómo diablos podría mantener algo así? Además, estaba el hecho que él nunca se había portado con ella de manera distinta, era cierto que la acompañaba la mayor parte del tiempo, siempre y cuando Moblit no se encontrara con ella, la regañaba cada que hacía mal las cosas u omitía hacerlas, como comer o darse una ducha, le agradecía que la refrescara cuando él "le daba un baño".

DeslizDonde viven las historias. Descúbrelo ahora