HUG (WonHan)

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¿Será diferente hoy? ¿Valdrá la pena salir de las cobijas? De todas formas no tienes nada más que perder Wonwoo - Se decía a sí mismo el castaño envuelto en sábanas - Seguramente tu buen amigo Seungcheol te estará esperando para darte sus cordiales saludos, y todos los demás sólo te rodearán para burlarse de ti, Joshua te enviará esa mirada de lástima mientras las chicas corren tras de él.

-Sí, seguramente eso pasará... como todos los días...

Wonwoo salió de las cobijas tallando sus ojos y caminando descalzo hasta el cuarto de baño en la primera planta. Cuando bajó las escaleras buscó instintivamente rastros de que su madre aún estuviera ahí, pero no fue así. Dejó una simple nota en la mesa de la cocina junto a una pequeña lata de atún y un jugo de arándano

"Lo siento, no tuve dinero para comprar algo más, pide a alguno de tus amigos algo de dinero.. Te amo Wonwoo" 

El chico de 20 años tomó el jugo y miró la tapa. Su madre había dibujado en ella una cara sonriente, como lo solía ser Wonwoo cuando era niño. Ahora era un chico serio, con un humor pésimo la mayor parte del tiempo, en todo el campus no tenía un sólo amigo, todos lo odiaban y comenzó por algo tan pequeño y trivial. Siendo un alumno ejemplar consiguió una beca del 100% para estudiar en la universidad más prestigiada de Corea del Sur, ¿El problema? Era un chico pobre, muy pobre, con recursos limitados todos los días, en los que incluso su madre y él no tenían sus tres comidas. 

- Soy alérgico al atún mamá...- dijo poniendo la lata a un lado y tomando el jugo.

 Aún no amanecía por completo pero él tenía que salir temprano de casa, caminaba durante una hora para poder llegar a la escuela ya que no tenía suficiente dinero para pagar el autobús de ida y de regreso, así que optaba por ir caminando, así nadie notaría que llegaba a pie a la entrada de la escuela. Pasaría por ahí sin que nadie lo viera y luego se recostaría en el jardín trasero junto a la biblioteca, por alguna extraña razón, nunca nadie lo visitaba, esperaría ahí hasta que llegara la hora de su primer clase y luego entraría a su salón como si nada, hubiera sido un perfecto día horrible y normal como todos, de no ser porque al salir de casa comenzó a llover.

Odiaba la lluvia, más que a nada en este mundo. Siempre que ocurrían cosas desafortunadas (más que de costumbre) había llovido. Cuando recién entró a la universidad, fue blanco fácil para todos, fue golpeado en la escuela como una "bienvenida". Terminó con un labio roto y moretones en los costados, en alguna otra ocasión su madre se desmayó  por exceso de trabajo, cuando fue por ella el dueño del lugar le gritó a ambos y despidió a su madre, cuando caminaban de regreso comenzó a llover... el día que su padre los abandonó... también llovía.

Decidió entonces tomar el autobús para llegar a la escuela. Cuando bajó de él muchos autos lujosos iban uno tras de otro, por los que bajaban niños ricos, con un uniforme impecable, zapatos caros, bolsos de marca y cirugías por todo el cuerpo. Un auto en particular se asomó por la entrada, las chicas de la entrada corrieron a perseguir el lugar donde el auto blanco se estacionaria. El chofer salió de su asiento y caminó hasta la puerta trasera para dejar salir a aquel joven apuesto

- ¡Joshua Oppa! ¡Por aquí! ¡¿Quieres tomar el desayuno conmigo?! - Todo tipo de comentarios alagadores salían de las chicas que rodeaban al joven apuesto - ¡Joshua Oppa! ¡Eres tan guapo!

Wonwoo vio como el chico sólo les dirigía una sonrisa sin aceptar regalos e invitaciones. Rodeó el lugar alejándose de todo el alboroto. Caminó hasta el área de casilleros y lo abrió, sacando sus libros tranquilamente. Escuchó una voz fuerte al fondo y cerró sus ojos, era él. Sus manos temblaron un poco y sus labios se secaron. Podría huir, correr y evitar lo que vendría, pero la experiencia le enseñó que eso sólo empeoraría las cosas.