•Capitulo 4•

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-Hola-

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-Hola-

Saludé al chico rubio con una sonrisa cálida; él sólo me vio e ignoró, no hizo el más mínimo sonido de palabras. Sintiendo un tic en la ceja, suspiré internamente. Había que mantener la calma, ¿cierto?
Me aclaré la garganta y volví a intentar.

-Quería agradecerte por lo del otro día, aunque fue apenas ayer... toma-

Saqué el dinero de mi bolsillo colocándolo en su mesa.
Aquí es donde el joven por fin me miró con su ceño fruncido tan característico, sólo que sin decir palabra alguna.

-Por cierto... Midoriya y Ashido me platicaban de la vez que un villano pegajoso te atrapó, ¿es cierto que él te sal- -

Ni siquiera había terminado la frase cuando un estruendo se escuchó en la banca en que estaba sentade. La mano de Bakugou posaba en ella y me miraba con ojos prendidos, ojos en llamas realmente escalofriantes, salvo que nada superaba la cercanía que estaba ahora mi rostro del suyo, se había aproximado demasiado.

-Deku no me salvó, ese nerd idiota no puede ni si quiera cuidarse a sí solo-

-P-pero ellos me dijeron..-

-¿¡Crees que soy un jodido debilucho como todos ustedes?!-

-No... yo sólo...-

Sus reclamos se estaban volviendo gritos, el salón que quedó en silencio y las miradas fijas en nosotros. Otra vez volvían los nervios como el primer día.

-Viejo, tranquilízate-

El pelirrojo con dientes puntiagudos se nos acercó y colocó una mano en su espalda.

-Lo siento, Hamasaki, Bakugou es- -

-¡¿Y por qué me hablas así?!-

Interrumpí a Kirishima para levantarme furiose contra mi compañero explosivo y presionar mi dedo en su pecho.

-¡Yo sólo tenía curiosidad! Joder, deberías cambiar esa actitud tan ridícula que tienes, ¡Nadie se interesaría en ti!-

Todos, incluido él, me miraron sorprendidos. Nadie se atrevía a lidiar así con este, y yo lo sabía. A pesar del miedo que recorría mi cuerpo, mi furia y molestia eran más; parade y firme frente suyo, con la frente arrugada y apretando los dientes, miraba con impotencia su rostro.
Estaba preparade para que su reacción fuera de lo más dramáticamente escandalosa, pero en su lugar hubo una respuesta de un chasqueo de lengua y tomo de asiento.

-Piérdete-

Fue lo último que dijo antes de que el profesor entrara e Iida diera indicaciones para que tomaran sus lugares; indignade, me di la media vuelta y volví a mi sitio.
Lo que restó de la clase, presioné tanto la pluma para tomar apuntes que rompí la hoja en más de 2 ocasiones.
Durante el receso, sólo murmuraba una y otra vez con el ceño fruncido.

•¿Tenías Qué Ser Tú?• (Incluye para cada pronombre. Bakugou x ti)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora