Especial

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Hola a todos los que han llegado a "Especial"... otra de mis pequeñas historias inspiradas en el amor de estos dos ninjas. La verdad es que ellos son los responsables de que por mi loca cabeza se creen estas historias. Espero que sea de su agrado, que lo disfruten. 

Especial
Por: Adriana Jongcheveevat

Era una completa falsedad que Sasuke Uchiha fuera un tipo malhumorado, hosco, irascible y refunfuñón. A menudo solía escuchar los cotilleos de sus compañeros ninjas y demás habitantes de la aldea de que el menor de la familia Uchiha tenía un carácter de los mil demonios y que a la mínima provocación desataba una furia, que algunas veces la manifestaba con palabras o comentarios hirientes demasiado ofensivos, otras más atacando cuerpo a cuerpo con aquella desmedida y en ocasiones hasta sobrenatural fuerza que causaba extrañeza en más de uno por el delgaducho y esbelto cuerpo que poseía el dueño del sharingan. Y si en verdad lo hacían llegar al límite de su paciencia no dudaba ni un segundo en emplear su famoso genjutsu torturando de la peor manera a los osados que se atrevían a molestarlo.

Pero ciertamente le costaba creer en las habladurías de la gente, era verdad que su mejor amigo era un bastardo témpano de hielo sin sentimientos, bueno, si los tenía pero muy escondidos en el fondo de su corazón, porque contrario de lo que muchos pensaban, Sasuke si tenía corazón. Sin embargo, aunque su actitud era la mayor parte del tiempo fría, callada, reservada y hasta retraída no era un chico malo. Solo solitario, insociable y en algunas ocasiones por increíble que pareciera, bastante tímido.

Probablemente la mala fama que su amigo se había ganado se debía a que sustentaba, a pesar de todo lo que había ocurrido, con mucho orgullo el apellido Uchiha, que en la aldea era reconocido como un clan que tenía en sus filas a hombres, orgullosos, soberbios, bastante vanidosos, arrogantes, con un muy arraigado complejo de dioses supremos, altivos, sumamente engreídos, con una excesiva confianza en sí mismos y con aires de altanería que sinceramente los convertía en sujetos desagradables y de poco trato. Pero él estaba más que convencido de que Sasuke, por mucho que la sangre Uchiha corriera por sus venas, no era así. Probablemente lo único que su amigo había heredado de su afamada casta era el complejo de divinidad celestial, pero nadie podía negar que realmente aquel sujeto parecía un dios griego.

Mientras transitaba por las concurridas calles de su querida aldea, no dejaba de pensar en lo molesto que era que los habitantes del pueblo se expresaran tan mal de su amigo, era cierto que había cometido algunos errores como abandonar la aldea y traicionarlos pero los había redimido ayudando a terminar con los enemigos y a proteger a todos en la guerra que habían librado en contra de Madara, que casualmente era un Uchiha aunque muy diferente en carácter a Sasuke por muy parecidos que fueran físicamente. Además, su amigo azabache había regresado a la aldea y ayudaba en las tareas de vigilancia y protección de la misma.

Después de caminar por alrededor de veinte minutos llegó al barrio Uchiha donde vivía su mejor amigo, no tardó en llegar a la espléndida y radiante casa que pertenecía al menor del clan, vivía solo y no tenía vecinos ni a los lados ni al frente, pues el barrio que antes había sido habitado solo por el legendario clan, ahora ya era ocupado por aldeanos de diferentes apellidos aunque pocos se atrevían a establecerse y convertirse en vecinos del famoso ninja renegado.

- ¿Qué haces aquí? – fue lo primero que preguntó Sasuke con una ligera sonrisa de lado cuando abrió la puerta de su casa y se encontró con el rubio que decía ser su mejor amigo.

- Oh, Naruto que sorpresa, que gusto me da verte ¿Cómo has estado? – habló el rubio con notorio sarcasmo.

- Ni es sorpresa ni me da gusto verte – contratacó el otro la ironía de aquel comentario.

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